SANTIAGO (AP) — “No soy extremo”, afirma el abogado ultraderechista José Antonio Kast, que en las elecciones del 21 de noviembre buscará por segunda vez convertirse en presidente de Chile y que, según coincidentes sondeos, pasaría a segunda vuelta junto con el postulante de la izquierda.
“Yo no me siento de ultraderecha”, dijo en un encuentro con corresponsales de la prensa extranjera, en la que se definió como “un candidato del sentido común”.
Kast —55 años, casado, nueve hijos, católico— ha tenido que desmentir varias veces que su padre, un soldado alemán que luchó durante la segunda guerra mundial, fue nazi. “Fue enrolado obligatoriamente a los 17, 18 años”, no pudo “decir que no”, asegura.
Sus padres llegaron a Chile en la década de los cincuenta y se instalaron con una granja de pollos en las afueras de Santiago y luego crearon una próspera fábrica de cecinas.
Kast, un adicto al agua mineral y a las redes sociales, ha tenido que explicar durante su campaña electoral algunas de sus controvertidas propuestas de gobierno, como la que pretende derogar la ley de aborto en tres causales, vigente hace cuatro años, y cavar una zanja en la frontera para impedir la llegada de inmigrantes. “La zanja es para un control fronterizo”, explica, y dice que los inmigrantes indocumentados van a ser invitados a salir o sino, “en algún momento les vamos a poner transporte”, para que retornen a su país de origen.
Suele escuchar y sonreír mientras le formulan preguntas y sonríe a menudo. “Soy optimista y me gusta lo que hago”, cuenta. Públicamente no se altera nunca, porque “no hay preguntas difíciles, hay que contestar con transparencia… yo vibro con la política, con la cosa pública”, afirma.
Su programa, que entre otros temas destaca la seguridad, el orden, la paz y la familia, no contiene políticas explícitas de género o relacionadas con la comunidad LGBTIQ+ y propone fusionar con otro el Ministerio de la Mujer en un país donde el movimiento feminista es fuerte y poco más de la mitad de la población son mujeres.
“Respecto a la diversidad sexual, yo soy una persona respetuosa. Siempre he respetado la dignidad de las personas, por lo tanto, ningún tipo de discriminación es aceptable. Otra cosa es que yo no comparta la ley de matrimonio civil y la adopción por parejas homosexuales”, señala y sobre el aborto dice que “yo por convicción defiendo la vida”.
En la fase final de la campaña ha dicho que “los programas no son inmodificables, no están escritos en piedra” y que, “si hay una frase que quedó mal redactada la podemos cambiar, pero veamos el conjunto”.
Entre sus planteamientos hay uno que dice que un presidente, durante un estado de excepción, pueda tener la facultad de “interceptar, abrir o registrar documentos y toda clase de comunicaciones y arrestar a las personas en sus propias moradas o en lugares que no sean cárceles”.