Republicanos extienden sus tentáculos en la Corte Suprema de los Estados Unidos
Después de las masacres de Buffalo, Nueva York, y Ubalde en Texas, la ciudadanía de nuestro país consciente del peligro de armas en las calles, escuelas y vecindarios se había alegrado al saber que el senador demócrata Chris Murphy de Connecticut habia conseguido establecer una alianza con algunos senadores republicanos decentes como John Cornyn de Texas, para aumentar los controles en la compra desmesurada de armamento, especialmente los rifles de combate, y municiones de alto poder que se adquieren sin problemas en las armerías.
El proyecto de ley sin embargo no tocaba el importante tema de prohibir las armas mortales usadas por los asesinos de las masacres de Buffalo y Ubalde que esperaban el presidente Joe Biden y los senadores demócratas, pero, a la luz de las masacres de 20 niños inocentes en la escuela de Texas y los 10 ciudadanos afroamericanos asesinados a manos de un racista en Nueva York; se establecería un chequeo serio de aquellos menores de 21 años que quisieran adquirir armas afectados por problemas de su salud mental e insuficiencia de juicio para ser capaces de comprar y usar armamento.
El acuerdo que había hecho respirar a una ciudadanía que se da cuenta como los billonarios empresarios que fabrican armas y las venden a través de sus distribuidores controlan al partido republicano; también permitía que los Estados de la Unión implementaran la estrategia de la Bandera Roja bajo la cual las autoridades podrían requisar las armas adquiridas por individuos peligrosos o con problemas de salud mental como fue el caso de Adam Lanza que abatió a balazos en 2012 a más de 20 niñitos en la escuelita Sandy Hook.
Todo se percibió como una pequeña luz al final de un oscuro túnel donde políticos republicanos, los cabilderos de las compañías fabricantes de armas, y potenciales criminales que afectan la paz social y civil, todavía usan y abusan de la segunda enmienda constitucional de 1778 que autorizaba a los ciudadanos a formar parte de milicias, portar arcabuces y mosquetes para enfrentar un posible intento de los ingleses de reconquistar las colonias.
La cierre de esta edición llegaba la mala noticia que permite a los ciudadanos portar armas de fuego en público como sucedía en el lejano Oeste en el siglo XVIII enfrentándose pistola en mano en las calles de los nacientes pueblecitos de los Estados Unidos tales como Kansas, Ohio y otros que constituían la “última frontera” de expansión que también incluyó a amplios territorios mexicanos.
Es así como la Corte Suprema, uno de los actuales refugios de las tendencia de extrema derecha republicana, ha destruido ayer jueves las esperanzas de establecer una sociedad donde reine la paz civil.
La Corte Suprema de los Estados Unidos integrada por su presidente y ocho jueces asociados tiene de acuerdo a la Constitución el papel de evaluar las leyes, y dejar sin efectos leyes que “ellos” consideran inconstitucionales.
Donald John Trump que promovió un intento de golpe de estado el seis de enero antes, durante y después del 6 de enero de 2021, aprovechó durante su infame presidencia nombrar a tres de los ocho jueces asociados de la Corte Suprema cuyas decisiones son inapelables.
Así como sucedió con la declaración de anticonstitucional la ley del estado de Nueva York de impedir mostrar públicamente armas de fuego, los ahora supremos republicanos están en el proceso de impulsar y declarar inconstitucionales leyes referentes al importante tema del aborto y los derechos de la mujer, las leyes de inmigración, la manufactura, venta y compra de armas de fuego y quizás en un futuro no muy lejano las leyes apoyadas por el Titulo IX que aseguran que no exista discrimen en el trato hacia los ciudadanos sea cual sea su sexo, edad, origen racial y preferencia de género.
Lo de ayer jueves 23 de junio cuando la mayoría republicana de la Corte Suprema declaró ilegal la ley del Estado de Nueva York que tan temprano como en el año 1911 prohibía que los ciudadanos hicieran visibles sus armas en lugares públicos, eventos políticos, trabajos o escuelas, ha colmado el vaso de la paciencia.
El presidente Joe Biden ha manifestado su estupor ante esta medida, al igual que la gobernadora de Nueva York Kathy Hochul quien lamentó una decisión que da luz verde no solamente a la compra de armas, sino que también a exhibirlas en público.
Lo que sucede es la que la Corte Suprema se ha ido politizando y asumiendo las posturas predicadas por los racistas, los Proud Boys, Oath Keppers, y grupos que desparraman el odio racial en contra de judíos, inmigrantes, asiáticos, latinos y afroamericanos.
Hoy, jueves 23, Donald Trump y los republicanos están de fiesta porque sujetos como Richard Balboni que recientemente se presentó a una reunión del municipio en South Windsor mostrando una pistola al cinto se sentirá, al igual que otros a lucir armas que amedrentarán a los ciudadanos que aun pensamos que no hay necesidad de armas en manos de civiles cuando existen departamentos de la policía, la Guardia Nacional y el ejército para mantener el orden y la paz social.
Esta de permitir la exhibición de armas de fuego en la cintura dentro de cartucheras hará más difícil hablar de control de armas porque sujetos como Balboni y sus colegas republicanos podrían llegar a reuniones en la Junta de Educación, concilio municipal, escuelas, colegios, universidades y ¿porque no iglesias? portando no una sino dos armas como se muestra en las películas Por Unos Dólares Más, o las clásicas de John Wayne masacrando a la etnia nativo-americana del Oeste a balazo limpio.
La actual Corte Suprema continúa y continuará siendo un importante poder del estado donde siete de sus jueces son de la raza blanca, con una sola juez puertorriqueña y el fatídico y equivoco juez Clarence Thomas cuya esposa está siendo acusada en la Cámara de representantes por fomentar la invasión del Congreso por una turba descontrolada.
La mayoría de los miembros de la Suprema han sido nominados por presidentes republicanos.
George Bush Sr, nominó a David Souter y a Clarence Thomas. Su hijo George Bush nominó a Samuel Alito y John Roberts y el inefable corrupto expresidente Donald John Trump, aprovechó sus cuatro años de mentiras y apoyo al racismo para nombrar a Amy Barret, Breth “el llorón” Kavanaugh y a Neil Gorsuch.
Es un total de siete republicanos, católicos o protestantes a la antigua y decididos a poner en marcha la siniestra máquina de borrar leyes constitucionales que incluirán probablemente el favorecer los infames cambios distritales que pretenden dejar a latinos, asiáticos y afroamericanos con menos poder electoral.
Eso es lo que hay y lo que viene. La democracia de los Estados Unidos está de duelo.