No puedo dejar pasar el titulo #17 del Atlético Nacional de Medellín (Colombia), por la cantidad de lectores, de amigos y de hinchas del onceno verde en todo Connecticut. Me imagino que aun la fiesta continua, y continuara hasta que comience el torneo colombiano una vez más. Felicitaciones a toda esa hinchada, que siguen al Atlético Nacional, a través de todos los medios y muy especialmente, aquí, en La Voz Hispana de Connecticut.
Ahora si vamos a analizar qué fue lo que paso en el Estadio Alberto Murillo Toro en la ciudad de Ibague (Colombia). En este partido de vuelta, el equipo que dirige el exjugador del Atlético Nacional, y ahora su director técnico el paisa Hernán Darío Herrera, llegaba con una buena ventaja sobre el marcador (3-1), y solo le tocaba esperar a su rival, y manejar el balón para que pasara el tiempo y se diera fácil el titulo; pero para sorpresa de todos, el equipo de casa arranco con todo y con ganas de arrasar a su oponente para llegar a la igualdad y pensar en su título.
El Deportes Tolima, siempre se ha caracterizo por ser un equipo compacto, de buen manejo de balón, con un planteamiento táctico sólido y con jugadores que saben su libreto a la perfección dentro del terreno de juego. Las estadísticas en los últimos años han estado a favor del Tolima, que se han impuesto con claridad y contundencia en varios partidos. Esa sanción era la que se sentía en Ibague, y había tranquilidad por parte de la hinchada ibaguereña que confiaban en su equipo.
Al minuto 18, el equipo de casa logra abrir el marcador por intermedio de Junior Hernández, que recibe un pase de Jeison Lucumi, hombre que con regate y velocidad dejo atrás a varios de sus rivales, para entregarla limpiamente a su compañero de equipo y este saca un zapatazo, el balón se estrella sobre la humanidad de Emanuel Olivera, de gran trabajo defensive, y el balón se desvía y termina en el fondo de la red. Solo gritos de alegría se escuchaban en las graderías del estadio Murillo Toro.
Y esto no para allí, el conjunto verde no podía conseguir el balón, y los “pijaos” con un toque sutil y muy productivo, seguía manejando los hilos del encuentro, y así con su sistema de juego “toque y verticalidad” llega la segunda anotación por medio de Juan Fernando Caicedo, que capitaliza un centro milimétrico de Miranda, y se la clava en el fondo de la red del joven arquero Mier, que fue la gran revelación del Partido y después les cuento porqué.
Nacional, hasta ese momento estaba perdido en el terreno de juego, no encontraban la forma de salirse de la alta presión del rival, y tampoco pueden encontrar como quitarle el balón a los dirigidos por Hernán Torres, que en cada pase y en cada toque ponían más nerviosos a los hinchas del Atlético Nacional. El verde se estaba ahogando en su propia zona defensive, salió con un sistema de juego ultradefensivo, quería conservar la ventaja numérica sobre el local, pero ya lo habían igualado (3-3), y el Tolima seguir manejando no solo el balón sino el partido; Nacional, nada que reaccionaba. Y así con ese marcador se fueron al camerino.
Para la parte complementaria, las acciones no cambiaban y el equipo que impone el ritmo y el futbol era el local. Llega la jugada clave del partido al minuto 56, un penal a favor del Deportes Tolima, que lo ejecuta desde los doce pasos Daniel Cataño, el hombre que hasta ese momento era vital para el equipo, y erra el cobro. El joven arquero Mier, detiene el disparo a medias y deja el balón suelto en el área pequeña, Cataño, se lanza a rematar el balón, pero se lleva con sus pies al arquero Mier. El árbitro, es alertado por el VAR, y le sacan tarjeta roja, dejando al equipo con 10 hombres.
Con un penalti tapado, y con un hombre de menos, esto motiva al conjunto verde de la montaña a irse al ataque. Llegaron Jarlan Barrera y Gio Moreno, para darle mayor verticalidad a su equipo y un mejor manejo en la zona medular. Nacional, era ahora el equipo de las ideas, de las llegadas, del transporte de pelota y del manejo de la contienda. Fue más agresivo, con movimientos y rotación en zona medular y en el ataque. Fueron varios minutos de trámite, de tensión, de presión y con Tolima, que se veía desfallecer, aunque son chispazos y contra ataques esporádicos.
Pero llega la estocada final, y es un tiro de esquina, donde la zona defensiva del equipo local se para mal, y aparece Jarlan Barrera, para cabecearla y enviarla al fondo de la red para remontar la serie 4-3, y obtener su estrella número #17. El Murillo Toro, lloro esta final, unos de tristeza y los otros de alegría, que gran final, que partidazo. Quedaron por ambas partes un héroe y un villano. Por el lado del Nacional, su arquero Mier, se consolida como uno de los mejores en este torneo, no solo salvo al verde en este partido sino en muchos más. Le dio seguridad, tranquilidad y un título mal verde en esta serie. Y por el oreo lado Daniel Cataño, en una jugada importante para obtener el título, malogra el tiro penal y se hace expulsar. Cosas de la vida, cosas del futbol y momentos de los cuales se aprende y se mejora para un futuro mejor.
Gano Nacional, con un técnico que estuvo en el banquillo por amor a la institución y por amor a su ciudad. Lo dejo todo como futbolista, y ahora en esta labor como director técnico llega como salvador. No le importo el salario que le ofrecieron, solo le importo ser parte de la Estrella #17, y de demostrarle a sus altos jefes que el amor lo puede todo, y que ahora, puede contarle al mundo entero que gano con Nacional, un título más, y que vendrán muchos
triunfo