STAMFORD.- Aunque la ley impide preguntar a los estudiantes si tienen o no la vacuna del COVID-19, el sistema escolar tiene la forma de revisar esta información solo con ingresar su nombre al Departamento de Salud del Estado, admite el director del Departamento de Enlace Comunitario del Sistema Escolar Público, Mike Meyer, quien también aseveró que el estrés y la ansiedad siguen siendo los síntomas que muestran los estudiantes y sus familias ante la nueva sepa del COVID.
“Por ley no se puede preguntar si un alumno tiene la vacuna, pero se ingresa al Departamento de Salud y ahí se sabe si o no está inmunizado”,
Mike Meyer y Lucas Romero, Sistema Escolar de Stamford
“Empezamos el 2022 y estamos enfrentando esta nueva ola de contagios en las escuelas”, dijo Mike Mayer, quien admite lo “increíblemente difícil que se ha vuelto lidiar con la pandemia no solamente para el sistema escolar, sino para los maestros, administradores, los alumnos y sus familias. “Hay ansiedad porque no sabemos de que se trata todo esto”, respondió, en la entrevista ofrecida al noticiero En Vivo con Maricarmen, transmitida en 103.5FM La Voz Radio.
“Es una nueva forma de vivir. Estamos pensando que ya salíamos de esto y nos empieza otra ola. No es tan letal, pero si me asusta personalmente que siempre está mutando y no entendemos bien”, repuso Mayer, que también reconoció que las autoridades de salud, los científicos y el Gobernador Ned Lamont, saben que es muy importante tener a los niños en las clases porque hay que evitar causar problemas emocionales. “Necesitamos estar presentes en las aulas y mantener al mismo tiempo las distancias. Ha sido muy difícil a nivel del distrito”, dijo.
Lucas Romero, maestro de la secundaria Westhill y mano derecha de Mike Mayer, en cambio, dijo que hay varios factores que influyen en el estado emocional de los alumnos, los padres, los maestros y administradores, porque se confunden los síntomas con la gripe estacional de invierno (flu) y con la necesidad de los padres de que sus niños sigan en la escuela para ellos poder trabajar.
“Hay protocolos muy estrictos de seguir para evitar el contagio. Al menor síntoma un niño debe ser referido a la enfermería, pero la enfermera, por ley, no puede preguntar si tiene o no la vacuna, ahí se produce un alto estrés en los chicos porque muchas veces no quieren admitir que no tienen la vacuna y empiezan a minimizar los síntomas como un solo resfriado”, indicó Romero.
Al momento de indagar que está pasando en el entorno familiar, los padres empiezan a decir que no tienen seguro médico, que se van a retrasar en la tarea escolar; pero las disposiciones están escritas por el Estado y la realidad es diferente a partir de ese momento en las familias.
Sobre: ¿Que esta escrito?. Mayer y Romero respondieron a que es una lista a la que la llaman “Check list”, donode los padres de familia deben seguir al pie de la letra para asegurar que sus hijos estén en buena salud y puedan venir a la escuela.
En la lista, de acuerdo con Romero, debe tomarse la temperatura a diario, la enferemera debe seguir los protocolos y au cuando sea un simple resfriado debe llamar a sus padres para que venga a recoger a su niño y llevarse a casa.
La lista, también está delineada en tres partes: Para los niños no vacunados y cuales son las disposiciones, para quienes si están vacunados y tienen síntomas muy notorios o para quienes son asomaticos.
Mike Mayer y Lucas Romero, admiten que es muy difícil lidar con los padres que no tienen vacunados a sus hijos y que a fuerza insisten en que solo tienen un resfriado y quieren dejar a sus niños en la escuela. “Ese momento es muy difícil porque por ley no se puede preguntar si tienen o no la vacuna, y la enfermera debe revisar el estado de salud del alumno, obviamente, exponiéndose al contagio y también revisar dentro del Sistema de Salud del Estado el nombre del alumno, para determinar cuál es la lista (check list) se debe aplicar.
Acorde con la UNESCO, los niños en el mundo han retrocedido once años en torno a la educación formal académica, ha ascendido los cuadros de depresión y ansiedad en forma alarmante y se cree que se necesitarán por lo menos dos décadas y una alta inversión a la educación para estabilizar la curva y la brecha educativa.