En su última reunión celebrada (11 y 12 de junio), la Reserva Federal (FED) a través del Comité de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC) decidió mantener sin cambios los tipos de interés. Una decisión que ha generado un intenso debate entre economistas, inversores y analistas de política monetaria. Esta postura contrasta con las expectativas de algunos sectores del mercado que anticipaban una reducción en los tipos, en respuesta a diversos indicadores económicos que sugieren una posible desaceleración del crecimiento y una inflación moderada. La decisión de la Fed de no reducir los tipos de interés tiene múltiples impactos en la economía estadounidense y global; influye en diversos aspectos económicos y envía señales a los diferentes actores del mercado; que es algo que nos ocuparemos de analizar y describir en el presente artículo.
La decisión en política monetaria por la FED, ha sido tomada por unanimidad; decidiendo mantener la horquilla en el 5,25% y 5,50% la tasa de interés de referencia; el nivel más alto en 23 años. Así cumple la institución con lo esperado y es la séptima reunión consecutiva que no cede. La FED no siguió la senda a la baja del Banco Central Europeo (BCE) quien en su última reunión celebrada en el mes de junio recortó los tipos de interés en 25 puntos básicos (pbs). La autoridad monetaria de la Unión Europea redujo su tipo principal de refinanciación al 4,25%; el tipo marginal de crédito al 4,50% y el tipo de depósito al 3,75%; como habían señalado ampliamente en las últimas semanas sus responsables políticos. También lo hizo Canadá en un cuarto de punto (25pbs), dejando el indicador en 4,75%.
Entre las razones para no bajar los tipos, se encuentran: La inflación, que aún sigue por encima del rango meta (2%). El Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha descendido una décima en mayo (3,3%) con respecto a abril, dato que los mismos miembros de la autoridad monetaria han destacado al decir que ha habido “modestos” progresos en el indicador en mención, en los últimos meses; a diferencia de su comunicado anterior en el que señalaron “ausencia” de progresos en la inflación. El mercado laboral potente (4% de paro – economía de casi pleno empleo); el avance del Producto Interior Bruto (PIB), aunque creciendo a menor ritmo que en el año 2023; la confianza de los estadounidenses que aún les sigue siendo indiferente la que procuran ir alcanzándola poco a poco mientras se acercan a ese añorado 2% de inflación; y también por una cuestión de prudencia, el panorama está como “para esperar”.
La FED ha tomado su decisión y a la vez mantiene sin cambios sus previsiones del PIB para el presente año, 2025 y 2026. Pero, la inflación (PCE) revisa al alza y también la subyacente. Lejos de alcanzar su objetivo del 2% hasta el 2026. Avizora un ligero incremento de la tasa de desempleo en 2025 y 2026. Cuyas estimaciones van así:
PIB: 2024: 2,1%; 2025: 2% y 2026: 2%.
Inflación PCE (índice de precios): 2024: 2,6% vs 2,4% ant; 2025: 2,3% vs 2,2% ant y 2026: 2% vs. 2% ant.
Inflación PCE Subyacente: 2024: 2,8% vs 2,6% ant; 2025 2,3% vs 2,2% ant.; 2026 2,0% vs 2,0% ant.
Tasa de desempleo: 2024 4,0% vs 4,0% ant; 2025 4,2% vs 4,1% ant.; 2026 4,1% vs 4,0% ant.
Se cree que este año habrá un recorte de las tasas de referencia. Y en los 2025 y 2026 cuatro recortes cada año.
Ahora ¿qué efectos surte en la economía dicha medida?
A nivel global, siendo que el BCE bajó los tipos para la zona Euro; la moneda del país del “Tío Sam” (dólar) se aprecia ligeramente frente al euro y atrae capital extranjero, ya que los inversores buscan rendimientos más altos; las bolsas se muestran positivas y reaccionan con subidas. A nivel nacional, afecta el costo del crédito, al mantenerse caro baja el consumo y la inversión; tiende a controlar la inflación, porque reduce la cantidad de dinero en circulación y a enfriar la economía; incrementa el ahorro; pero también genera riesgo de recesión, porque el crecimiento económico puede ralentizarse significativamente, al reducirse el consumo y la inversión, junto con la posible disminución de la confianza empresarial y del consumidor, llevan a una contracción económica.