Pregunta
Querida Tía:
Mis saludos desde este hermoso y pujante pueblo de East Hartford lugar en que vivimos con mi familia desde hace más de cuarenta años disfrutando de la tranquilidad aburrida, monótona y tediosa que no hay en otros lugares y lo vamos a dejar así. Es cierto que ahora hay restaurantes latinos y de México lindo que frecuentamos con mi novio Gervasio y alegran un poco el ambiente empalagoso.
A este muchachón que responde al nombre de Gervasio, va para los treinta y le conocí con gafas oscuras con las cuales tiene cierto parecido al cantante José Feliciano. En un comienzo pensé que tenía algún problema óptico tales como estrabismo, cataratas o alergia murciélaga a la luz, pero ya a los primeros meses de noviazgo me di cuenta de que era para el “look” y otros menesteres que describiré con serenidad, aunque asustada con estos de la guerra con Putin y el chino que observa para ver quien es el ganador y meterse a la pelea. ¿Cuándo terminará esto? ¡Ay, Dios!
Con el correr de los meses y cuando estábamos a punto de asistir a la Parada de San Patricio que lamentablemente postergaron por los vaivenes de las ráfagas heladas, he concluido el por qué este sinvergüenza estaba tan pendiente de este homenaje a Irlanda y al afán constante e inquebrantable de los irlandeses de darse el palo.
Y era que Gervasio usa las gafas para disimular y evitar que me dé cuenta para donde está mirando ya que lo que hace es estar pendiente de otras mujeres o muchachas y aunque parece que está mirando siempre para el frente, los ojos le bailan más que habichuelas en proceso de cocción. Eso explica su interés en las Paradas donde las participantes levantan las piernas con énfasis o muestran las pechugas como pasados desfiles puertorriqueños (y esto no es una crítica).
Gervi me invita a comer a restaurantes de West Hartford o cercanos a colegios universitarios e insiste en que nos sentemos en mesas que estén cerca de los ventanales. Mientras esperamos la orden; su mirada inquisitiva parece comerse con la vista los tacos de pescados o cosas semejantes a las paellas del BarTaco, pero en realidad, no le quita los ojos de encima a las mozas, o a las muchachas que van allí con los jeans más apretados que mano de baby, con rasgaduras en los muslos, y que tienen pretensiones de parecerse por detrás a la JLo.
En otras palabras, este hombre es adicto a observar en extremo y usa las gafas para disimular hacia donde pone los ojos. Lo positivo de esta verdadera enfermedad, es que siempre anda cariñoso y cálido conmigo y mientras más mira, se pone más activo para el baile privado en el matre King Size, pero también me está cansando, ¿usted me entiende?
Yo he hablado este problema con la mamá de Gervasio que es una señora muy buena y asegura que me entiende ya que este tipo comenzó con esta tendencia desde temprana edad y ya en la intermedia las maestras le daban quejas por las miradas procaces que este batracio pecaminoso lanzaba hacia sus piernas y la espalda.
La mamá de Gervito, me dijo que una vez en sexto grado se le había declarado a la maestrita a lo que ésta le respondió con coraje que “no le agradaban los niños,” a lo que Gervasio le dijo que “podían evitarlos usando…” ¿usted me entiende?
En la escuela superior fue peor ya que no faltaba un día a la escuela y tenia a las nenas vueltas locas porque se las comía con la vista y los ojos inyectados en semen. Por esto un médico le recomendó las gafas oscuras para que no se metiera en problemas.
Después de estos primeros ocho meses debería haberme acostumbrado al extraño hábito de mi Gerva que también me vela a mi exigiéndome que use minifaldas, pero que ya cansa y me da frío.
Le he dicho que su adicción a mirar me avergüenza en público, sobre todo en restaurantes donde no pierde de vista a las nenas con jeans. Ya en dos ocasiones unos tipos lo han mirado mal, pero a él no le importa ya que es grande e intimida con las gafas de agente encubierto. Ahora dice que desea ser voluntario para pelear en contra de los rusos a los que acusa de abusadores.
Por favor aconséjeme que me siento observada constantemente, agotada y avergonzada.
Sara
Respuesta
Querida Sara:
Tu problema tiene un aspecto positivo y otro más negativo que circuito de corriente alterna, y me explico.
Desde antaño, es decir retornando a la época en que el homo sapiens caminaba con dos patas y una mano ya que se iba de lado por la falta de costumbre de permanecer erguido; el placer de mirar el paisaje u a otros y otras, ha sido la distracción predilecta y más barata del ser humano.
Esto sucedía ya en Roma y en Grecia y las miraditas demasiado enfocadas en la parte posterior de la espalda de una mujer, provocaron incluso conflictos tales como la guerra de Troya donde los griegos se hicieron harina y para que decir el caso de Cleopatra que tenia vuelto loco a Julio César que se creía el cheche y que la ligaba, dijo, observaba, constantemente.
El concentrar los ojo en el paisaje o a las muchachas en edad de merecer en las plazas; es algo natural ya que como decía el filósofo gallego Manolín Quevedo, autor del libro, “Donde las dan las toman,” o “Los hoyos abiertos del lívido inerte,” la facultad de mirar y aprehender el mundo es un tesoro que debemos preservar ya que, sin esa destreza sensorial, como que el ser humano se deprime y comienza a mirar para adentro, ¿me explico?
Qué te mire a ti y el tipo se entusiasme con tu anatomía me parece algo grande, ya que hay otros individuos que por la noche apagan la luz y miran a las esposas cómo de lado y a disgusto.
Más, ¿como lograr que este mequetrefe dosifique su tendencia a la observación enfocada en la espalda de otras damas quienes, aunque usen esos pantalones ceñidos color carne y más apretados que tarro de conservas Goya, no les gusta estar expuestas a miradas impertinentes que en México o Perú son fuentes de tragedia, sobretodo si la jeva anda con un tipo de malos cascos?
“Mirar o no mirar, he allí el dilema” como decía Hamlet y creo que el uso constante de gafas, incluso para ir al baño, es una solución parcial e ingeniosa. En conclusión, creo que Gervi no se moderará y te aconsejo que cuando puedas, le expliques haciéndole cucas monas como te sientes cuando mira a otras, y recomiéndale que se dedique a la pintura, armar rompecabezas, o se compre un telescopio para ver si de tanto mirar al universo, se le cansan los macos.
Lo de ir a Ucrania a pelear como voluntario y aunque el pertenece a la Guardia Nacional es más que riesgoso pero loable para ayudar a esa pobre gente invadida por el Putin, a quien en los círculos diplomáticos apodan reptilosaurio.
En estos tiempos en el que la tendencia de las jevas es provocar con vestimentas ajustadas, minifaldas o short con hilito; la tendencia de Gervi y de otros viejolos es mirar ya que como dice el dicho, “allí donde mucho muestran, mucho se va el ojo.”
Suerte con el ligón y espero que no se involucre en riñas por esta mala costumbre.
Tu tía que te quiere.
Julia
Comentario a los Sabios Consejos de la Tía Julia. Pienso que ya es la hora de que al expresidente que sigue con la jodienda de que ganó la elección presidencial del 2020, le desconecten los micrófonos porque ya cansa con tanta basura verbal y halagos a si mismo. Que se vaya a Rusia a lamerle el ojo a su amo Vladimir Putin y no fastidie más con sus zanganerías. Tristán de Bridgeport. Gracias.