Todos tratamos de recuperarnos de la ola de masacres causadas por jóvenes de 20 años o menos, o adultos a quienes las armerías les venden los codiciados rifles de guerra semi automáticos capaces de disparar municiones de guerra a una velocidad de decenas por minuto.
Los adquirieron sin problemas pistoleros terroristas o desquiciados de Dayton, Ohio donde un asesino mató a 10 personas; otro asesino de Dayton, Texas mató a 23 personas en El Paso, Texas; otro inhumano liquidó a 12 personas en Virginia Beach; un sanguinario cortó la vida de 12 personas en Thousands Dark en California; un individuo privó de la vida a 11 personas en Pittsburgh; un desalmado asesino mató a 26 personas en Sutherland Springs, Texas; otro despiadado decidió privar de la vida a 60 personas en Las Vegas; un desquiciado homofóbico mató a 49 personas en Orlando, Florida; un traicionero asesinó a 7 ciudadanos en Roseburg, Oregón; y otro perverso decidió matar a balazos a 7 personas en Oak Landa, Wisconsin.
Todos estos crímenes cuyas víctimas fueron personas inocentes desarmadas perdieron la vida, además de múltiples heridos y desde ese momento discapacitados entre los años 2019 y 2012.
¿Y cómo olvidar al insano Adam Lanza quien mató a 20 niños y seis maestras en la escuelita Sandy Hook de Connecticut con un rifle que le regaló su mamá y a quien también asesinó?
La locura, las armas “legales,” la enmienda constitucional número 2, la labor incansable de fábricas que manufacturan armas, los millones de armas de fuego en manos de personas que no pertenecen ni a la policía ni al ejército, la compra de votos republicanos en el Congreso con la acción de los cabilderos de la Asociación Nacional del Rifle, y los murmullos de otra guerra civil que ya se escuchan en este país.
¿Quiénes son entonces los que requieren atención mental?
No son los niños, ni los puertorriqueños, ni los afroamericanos, ni las mujeres ni los miembros del partido demócrata, sino que una gran mayoría de ESTA nación donde está prevaleciendo la insanidad mental sin tratamiento para ciudadanos que pertenecen a uno de los bandos de una nación fracturada por las intrigas de Vladimir Putin y su discípulo Donald John Trump quien desea volver a la presidencia en el 2024.
Sin ir mas lejos el gobernador de Florida que posiblemente se postule a la presidencia de este país ha dicho que la democracia no trabaja para Florida anticipando un gobierno totalitario.
Es que hay todavía insanos que aun creen y predican que en las elecciones del 2020 no triunfó el demócrata Joe Biden, sino que el embustero Donald John Trump quien durante la pandemia recomendaba que la ciudadanía tomara cloro y predicaba que la mejor forma para lidiar con los huracanes era lanzar en el centro de la vorágine una bomba atómica.
¿Como se puede describir a los millones de insanos que hacen del tema del aborto una maniobra letal con fines únicamente electorales que crean mayor división en una nación de 330,000,000 de habitantes ya divididos entre estados rojos y azules?
Como se puede describir una Corte Suprema donde una mayoría de jueces supuestamente imparciales han tomado partido por las políticas más conservadoras. Entre esta mayoría de los ahora Supremos, tres de ellos fueron nominados por el expresidente Trump y desde los tiempos de George Bush está allí el juez afroamericano Clarence Thomas cuya esposa apoya el intento de golpe de estado del seis de enero del 2021 animado por Donald Trump y su cohorte de nazionalistas.
Lo que vive Estados Unidos, una nación dividida por el color de la piel de sus habitantes es una forma de cáncer terminal y se caracteriza por la absoluta pérdida de confianza entre los que forman la nación.
Es cosa de notar como la gran mayoría de esta nación ya no confía en las religiones, partidos políticos, ni los medios de comunicación. Personas de esta misma mayoría rechazaron las sugerencias de científicos que recomendaban el uso de máscaras y vacunas convencidos de ideas falsas tales como los hombres perderían la virilidad y las jóvenes no tendrían la capacidad única de engendrar y de reproducir.
Los Estados Unidos ya no comparten los mismos valores, creencias, metas, ideales o las metas de justicia sonada por los padres fundadores de la nación. Nos hemos escondidos y amurallados en nuestros propios mundos enloquecidos, los websites, la pornografía, la atención por semanas a las disputas vacuas entre actores millonarios.
Pocos toman en serio temas tan vitales como el creciente y quizás irreversible aumento del calentamiento global que está secando ríos y lagos y creando sequias que obligarán a millones de habitantes a escapar de los mega e incontrolables incendios de California y de los estados del medio Oeste.
Mientras el presidente Joe Biden ridiculizado por los “humoristas” y comentaristas republicanos habla seriamente de estas cosas, gobernadores tales como el republicano Greg Abbott de Texas está disminuyendo más y más las restricciones para la venta de armas y afirma que la causa de las masacres es la presencia del “demonio” en el corazón de los que disparan. ¿Teología selectiva?
Y millones continúan comprando armas.
Las frías estadísticas muestran que durante la pandemia en el 2020 se vendió la cifra récords de 20 millones de rifles y pistolas y en el 2021 se vendieron 18.5 millones. Los mismos que adquieren más armas se negaban a usar máscaras y aceptar las vacunas que pudieron evitar que los Estados Unidos llegara a un récord mundial de un millón de muertos por la plaga.
Otros insanos como Ken Paxton el fiscal general de Texas ha dado como solución al problema de las masacres en las escuelas, armar y adiestrar a los maestros y empleados en el uso de armas que por supuesto venderán las compañías que las fabrican y apoyan con millones de dólares a los senadores y congresistas republicanos, incluido Manchin, para que bloqueen el control en la venta de armamento de guerra SIN restricciones.
Según Donald Trump y los republicanos, somos los latinos, asiáticos y afroamericanos quienes pasamos a llevar la Ley y el Orden.
Ahora preguntémonos ¿quiénes han perdido la cordura, son los insanos irresponsables que desean controlar a como dé lugar el gobierno de los Estados ¿Unidos?
Finalmente, estos trastornados y fanáticos no se sienten mal hablando de la necesidad de una segunda guerra civil que significará luchas en las calles, pueblos y ciudades con ciudadanos que han aprendido a odiarse por el color de la piel.