Por Hernando Diosa
Entre cánticos y consignas de “no somos uno, no somos diez, somos millones, cuéntenos bien…”, “aquí estamos, no nos vamos, y si nos echan, regresamos…”, y “Rosa, escucha, el pueblo está en la lucha…”, un grupo de manifestantes se dio cita al frente del edificio que alberga las oficinas de la congresista Rosa DeLauro -59 Elm Street, New Haven-, para demandar el cumplimiento de un pacto de reconciliación que incluya el camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes sin un estatus legal, que a la vez cobije a trabajadores esenciales, a los Soñadores o “Dreamers”, y a las personas que tienen Estatus de Protección Temporal (TPS) en la nación.
“No podemos seguir esperando, ya que lo hemos hecho por mucho tiempo”, empezó acusando John Jairo Lugo, director de Unidad Latina en Acción (ULA).
La última vez que se hizo una reforma migratoria o amnistía en este país fue en la década de los años80’s, y lo hizo un republicano. Y supuestamente los republicanos son los enemigos de la clase trabajadora. Supuestamente los republicanos, no están con el pueblo. Sin embargo, ellos fueron los únicos que verdaderamente hicieron algo para tratar de legalizar millones de personas aquí en los Estados Unidos”, aclaraba Lugo. “Entonces por qué los Demócratas cuando tienen el poder -y estamos hablando particularmente del gobierno de Obama, y ahora del gobierno de Biden-, no han hecho absolutamente nada, y siguen alargando la discusión”.
El dirigente de ULA fue muy crítico en señalar que casi todas esas personas que no poseen documentos legales para estar en el país han sido precisamente las que se sacrificaron por el país en tiempos de pandemia. “Son gente que han muerto durante la pandemia, porque han sido como trabajadores esenciales. Son los que se han sacrificado para hacer posible que la economía siga fluyendo, no solo en Connecticut, si no también en toda la nación. Por eso considero que esto es cuestión de justicia”, remarcaba el activista local.
“Yo creo que ya es hora para que la gente del Congreso empiece a crear el camino para la ciudadanía en este país, el camino a la legalización, el camino a la justicia para nuestras comunidades. Por eso es por lo que estoy invitando a líderes como la Congresista Rosa DeLauro para que haga algo al respecto, para que haga sentir su voz. Y más que todo, para que tenga el coraje de hablar con sus colegas, para poder decirles: Escuchen, es hora de que nosotros podamos hacer lo correcto. Y lo correcto es la creación de una reforma migratoria que pueda proveer de refugio a millones de personas en nuestro suelo”, señalaba John Jairo Lugo. “Esa es la razón por la cual estamos aquí hoy Rosa DeLauro, y prometemos volver de nuevo aquí. Esta no va a ser la última vez”, advertía el dirigente, quien hizo énfasis en que la presencia de los asistentes al evento no era una acción de ULA, la entidad que dirige. No, esto es una acción de la comunidad inmigrante que ha estado por mucho tiempo que haya una reforma migratoria.
En medio de la actividad, el tráfico se proseguía, mientras muchos de los conductores que por Elm Street se movilizaban hacían sonar las bocinas de sus automotores en respaldo a los manifestantes. No faltó el desadaptado -que cruzando por el lugar-, se desmandó con un “fuck you” hacia la reunión, pero quien a la vez recibió el mismo trato.
Una de las manifestantes, de nombre Aracely, tomó en seguida la palabra para explicar su sentir con relación a las razones por las cuales estaba allí para apoyar el evento.
“En mi opinión también, yo creo ya es hora de que nos tomen en cuenta a todos. ¿Y por qué? Simplemente porque nosotros siempre hemos estado al frente, ante todos y por todos, muy expuestos a lo que es el racismo”, decía. “Aquí estamos hoy, no por nosotros, sino por un porvenir para el bienestar de nuestros hijos. Por un porvenir para ellos…”
Aracely explicaba que ella y su esposo limpiaron por un tiempo las oficinas de la congresista Rosa DeLauro, allí en el 59 de Elm Street, y que personalmente sabía que era una persona muy amable y consciente de las necesidades de los inmigrantes. “Yo sé que usted va a tomar en cuenta a todas las personas que tiene al frente de usted. Por eso le pido que tome conciencia, y lleve nuestra voz hacia los demás líderes, para que puedan ayudar a toda nuestra comunidad, porque verdaderamente necesitamos de su apoyo. Con todo respeto, se lo pedimos de todo corazón…” expresó ante el aplauso de los demás presentes.
Luego pasó al micrófono Roselina Aquino, quien también se quejó de la falta de acción del gobierno nacional en un tema tan crucial para el devenir de la nación.
“Quiero hablar en nombre de todos los inmigrantes, porque no somos ilegales. Somos inmigrantes. Le pido al presidente Biden que cumpla su palabra, ya que no somos niños. Solo ha sido promesas y promesas.
Nosotros no somos una carga pública, somos trabajadores esenciales, y aquí vinimos fue a trabajar, a darle al país. Eso lo han podido comprobar a través de esta pandemia, donde nosotros hemos sido los que hemos dado la cara. Así que actúen.”
Por su parte, Nayeli García, una joven inmigrante mexicana y quien actualmente estudia en “Gateway Community College”, destacaba que ella misma es una trabajadora esencial, que se ocupa de limpiar casas. “Y como muchos de ustedes, yo puse mi cuerpo en primera línea durante la pandemia, por lo cual considero que me merezco el camino hacia la obtención de la ciudadanía.”
“La recuperación económica de la nación debe incluir la ciudadanía y completos derechos de trabajo para los inmigrantes cuya labor es esencial”, apuntaba también Hermelinda Gutiérrez, quien es miembro de Unidad Latina en Acción.
Para finalizar, John Jairo Lugo, vaticinaba: “Los Demócratas van a pagar un precio muy alto sino materializan la reforma migratoria este año. Los inmigrantes han estado esperando el camino a la ciudadanía por más de 30 años, y por eso no aceptamos ninguna excusa. Demócratas: ¡Terminen el trabajo!”