Uno de los misterios más escalofriantes del COVID-19 es por qué algunas personas sufren síntomas moderados o ningún síntoma mientras que otras mueren rápidamente, y los científicos están comenzando a desentrañarlo.
Un equipo internacional de científicos encontró que, en algunas personas con manifestaciones severas de COVID-19, el cuerpo ataca una de sus propias defensas inmunológicas en lugar de al coronavirus. La mayoría fueron hombres, lo que ayuda a explicar por qué el virus está afectando con mayor gravedad a hombres que a mujeres.
Y otro estudio indica que los niños responden mucho mejor que los adultos a la infección, gracias a células inmunitarias de “primera respuesta” cuya presencia va menguando con la edad.
Uno de los misterios más escalofriantes del COVID-19 es por qué algunas personas sufren síntomas moderados o ningún síntoma mientras que otras mueren rápidamente, y los científicos están comenzando a desentrañarlo.
Un equipo internacional de científicos encontró que, en algunas personas con manifestaciones severas de COVID-19, el cuerpo ataca una de sus propias defensas inmunológicas en lugar de al coronavirus. La mayoría fueron hombres, lo que ayuda a explicar por qué el virus está afectando con mayor gravedad a hombres que a mujeres.
Y otro estudio indica que los niños responden mucho mejor que los adultos a la infección, gracias a células inmunitarias de “primera respuesta” cuya presencia va menguando con la edad.
Los científicos no encontraron las moléculas dañinas en los pacientes con manifestaciones leves del COVID-19 o en asintomáticos.
En otros 660 pacientes enfermos de gravedad, el mismo equipo detectó que 3,5% tenían mutaciones genéticas que no producían interferones Tipo 1.
Cada una de esas vulnerabilidades silentes fueron suficientes para inclinar la balanza en favor del virus en la parte inicial de la infección, dijo el doctor Jean-Laurent Casanova, genetista de enfermedades infecciosas en la Universidad Rockefeller en Nueva York, que codirige el COVID Human Genetic Effort. El especialista recibe paga del Instituto Médico Howard Hughes, que también ayuda a financiar al Departamento de Salud y Ciencia de The Associated Press.
Ciertos interferones son usados como medicamentos y actualmente están siendo estudiados como un posible tratamiento para el COVID-19. El descubrimiento del auto-anticuerpo añade otro factor a considerar.
ACELERADA INMUNIDAD INFANTIL
Se desconoce el motivo por el que los niños aparentemente corren menos riesgo frente al COVID-19. Sin embargo, ocasionalmente enferman lo suficiente para ser hospitalizados, dándole al equipo de Herold la oportunidad de comparar 60 adultos y 65 niños y adolescentes en el sistema de Salud Montefiore de Nueva York.
Los niños produjeron niveles mucho más altos de ciertas citocinas que figuran entre los primeros elementos del sistema inmunitario innato en responder a una infección. Cuando se activa la siguiente fase del sistema inmunitario, tanto adultos como niños crearon anticuerpos que atacaron al coronavirus. Aquí el problema: la reacción inmunitaria adaptativa en los adultos fue más del tipo que puede disparar una reacción inflamatoria excesiva.
Los hallazgos dejan entrever que la enérgica reacción inicial de los menores permite que su sistema inmunitario se adelante al virus, disminuyendo la posibilidad de una reacción exagerada “y eso es lo que los protege”, señaló Herold.
¿INMUNIDAD PREEXISTENTE?
El coronavirus que causa el COVID-19 es nuevo para los humanos. Sin embargo, el equipo de Sette estudió muestras sanguíneas que fueron almacenadas en refrigeradores antes de la pandemia y encontraron que contenían algunas células T de memoria que reconocieron una pequeña porción del nuevo virus en pruebas de laboratorio.
“Puedes decir que se trata de una célula T experimentada. Ya ha estado en combate”, dijo Sette. Investigadores en Alemania, Gran Bretaña y otros países hicieron hallazgos similares.
El nuevo coronavirus tiene primos que causan hasta el 30% de los resfriados ordinarios, así que los investigadores creen que esas células T podrían ser vestigios de catarros anteriores.
Sin embargo, a pesar de las conjeturas “aún no sabemos” que tener esas células T signifique alguna diferencia en quien se enferma gravemente de COVID-19, subrayó Rory de Vries, coautor de un estudio en Holanda que también encontró ese tipo de células T en muestras antiguas de sangre.
Todos estos hallazgos requieren una comprensión más profunda de las innumerables formas en que algunas personas sean más susceptibles que otras.
“Necesitamos observar ampliamente y no apresurar conclusiones sobre alguna faceta en particular del sistema inmunitario”, dijo el inmunólogo de la Universidad de Stanford, Bali Pulendran. También encontró algunas células inmunitarias innatas “en un estado de hibernación” en adultos gravemente enfermos y está buscando diferencias antes y después de que las personas enfermaran.
Pero “no sólo se trata del sistema inmunitario”, advirtió la doctora Anita McElroy, experta en inmunidad viral en la Universidad de Pittsburgh, quien sigue minuciosamente la investigación. ¿Una forma de decir de antemano quién corre mayor riesgo? “Aún estamos muy, muy lejos de eso”.