PHOENIX (AP) — Cuando Katherine Rutigliano y su esposo se mudaron de San Francisco a los suburbios en el 2013, pensaron que nunca volverían a toparse con un demócrata como ellos.
Pero las viviendas eran más accesibles en las afueras de Phoenix. Ya no estarían apretados. No tendrían una hipoteca que los asfixiaba. Los suburbios les ofrecían la oportunidad de hacer una vida más tranquila, tanto ellos como sus hijos, siempre y cuando no hablasen de política.
Un día, sin embargo, una visitante inesperada golpeó su puerta. Era una voluntaria demócrata que buscaba votos para un candidato a senador en el 2018. Rutilgiano la invitó a pasar y analizó el mapa que ella tenía en su iPad. Se reconfortó al ver que en su barrio al norte de Phoenix vivían una cantidad de demócratas.
No estaban solos.
“Fue como un regalo de Navidad”, comentó Rutigliano, una chef de 37 años, que tiene tres hijos y ahora les envía propaganda por correo a los demócratas de su zona.
Sin saberlo, Rutigliano se había mudado a lo que es hoy uno de los grandes frentes de batalla de la política estadounidense. Viejo bastión republicano, los suburbios están cada vez más divididos y podrían decidir no solo quién ocupa la Casa Blanca sino también quien controla el Senado y da forma al debate sobre las armas, la inmigración, las escuelas, la vivienda y la atención médica por años.
Las razones de este cambio son variadas. Por un lado, los suburbios son cada vez más accesibles a las minorías, a gente educada, próspera y liberal, sectores más proclives a votar por los demócratas. Los expertos señalan otro elemento: la densidad. Los suburbios están más poblados que antes. Se parecen más a las ciudades y tienden a votar como en las ciudades.
Por años, la cantidad de habitantes por kilómetro cuadrado fue un buen indicador de las ideas políticas dominantes. Las áreas con mayor densidad tienden a votar por los demócratas, las de baja densidad por los republicanos.
Es una tendencia tan confiable que puede ser cuantificada y aplicada a la mayoría de las ciudades. Cuando hay menos de 800 hogares por milla cuadrada (2,6 kilómetros cuadrados), el azul de los demócratas empieza a tomar el tono rojizo de los republicanos.
En cada suburbio se percibe un anillo que es la zona de transición.
Las elecciones de mitad de término del 2018 demostraron que ese anillo se ha corrido durante la presidencia de Donald Trump, con enormes consecuencias. Los demócratas penetraron más en los suburbios y encontraron votantes más alejados de las ciudades. Se alzaron con 39 bancas republicanas y pasaron a ser la mayoría en la Cámara de Representantes.