Fuimos a votar el pasado martes 8 de noviembre alrededor de las 3 de la tarde y enseguida notamos la enorme cantidad de personas que llegaban y salían de la escuela que era uno de los recintos de votación.
Dos oficiales de policía del sexo femenino ayudaban a los votantes que requerían ayuda para movilizarse en sus sillas de ruedas en ese hermoso día otoñal, jornada de elecciones.
Nos impresionó que los trabajadores del lugar de votación eran en su mayoría jóvenes quienes con gentileza buscaron en los registros nuestra dirección y nos solicitaron una forma de identificación. Otro joven nos entregó la página de votación y amablemente nos explicó el lugar donde se encontraba la máquina receptora de sufragios. El proceso no nos tomó más de 10 minutos mientras que los ciudadanos continuaban arribando a la cafetería de una escuela habilitada para los efectos de esta importante elección.
Nadie nos intimidó, nos tomó fotos cuando votábamos ni vimos a sujetos con chalecos antibalas mirándonos de un modo amenazador. Adultos y jóvenes continuaban llegando y eran orientados si fuera necesario por las amables policías.
Seguramente este fue el ambiente en todos los lugares de votación de Connecticut donde no había un clima de sospecha ni temor a las argucias ilegales. Es que este es un estado caracterizado por la actitud siempre civil que en muy pocas ocasiones las cuales ya he descrito, crearon el ambiente tóxico que la MAGATRUMP deseaba imponer para poner en duda la exactitud y fidelidad de un proceso tan importante en democracias.
En este ambiente hubo candidatos triunfadores y otros derrotados, pero hasta ahora no ha existido el ponzoñoso intento de Donald John Trump que utilizó en la misma noche de la elección presidencial que perdió, la Gran mentira de que le habían “robado” la elección.
Un antiguo adagio expresa que el pillo, sinvergüenza, ladrón, pícaro y bribón cree que el resto de la humanidad tiene la misma baja calidad moral propia de un gran embustero.
En la pasada elección los candidatos demócratas que no ganaron en las urnas no han caído en la utilización de los embustes y escándalos a los que Donald John Trump está acostumbrado, tanto en la vida política como en sus negocios o en su trayectoria vital de mentiroso, fraudulento, aprovechador, escandaloso, y timador entre otras características.
Su gran oleada MEGATRUMP no logró los objetivos concebidos por sujeto descarado que aún tiene el deseo de regresar a la presidencia para continuar ganando dinero mediante el fraude usando el poder ejecutivo.
Como el presidente Joe Biden lo dijo este pasado miércoles por la noche, en los Estados Unidos TRIUNFO el pasado 8 de noviembre la democracia y la larga noche de la contabilidad de votos se caracterizó por la transparencia, equidad y tranquilidad.
¿Qué podría decir ahora el líder del grupo terrorista MAGATRUMP?
Aún hay una segunda vuelta en Georgia para el próximo de diciembre y habrá una ganador y un perdedor. ¿Quién podría nuevamente inventar otros gran embuste?
Trump es capaz de hacerlo, aunque ahora en el partido republicano hay una reflexión profunda acerca de su posible candidatura para el 2024.
Es que muchos de los candidatos que Trump endosó perdieron y entre ellos el fatídico Dr. Oz quien como Trump se hizo popular en la televisión. Por otra parte, hay candidatos más jóvenes que sin ser unos super partidarios de los procedimientos de la democracia estarían preparándose para postularse como precandidatos por el partido que en sus gloriosos comienzos luchó en contra del sistema esclavista de los estados del sur con un líder llamado Abraham Lincoln que pagó con su vida su valentía y consistencia de principios humanistas al triunfar en la guerra civil que muchos malhechores del MAGATRUMP andan por allí murmurando en las sombras de la noche.
Este partido republicano tiene posibles candidatos que creen en el compromiso y la negociación y que no están dispuestos a permitir que un grupo de terroristas atenten contra la Constitución y las leyes de este país.
La actitud democrática de una inmensa mayoría en este país, incluidos líderes republicanos parecieran estar sacudiéndose de la era Trump.
Quizás algunos de estos republicanos mantengan la agenda de deportar a los inmigrantes y apoyan la maldita muralla fronteriza entre México y este país. Probablemente siguen apoyando la decisión arbitraria de una Corte Suprema republicana suprimiendo una intervención quirúrgica sana y segura para lo que las mujeres decidan. Tal vez sean partidarios de enviar a los inmigrantes en buses a Nueva York en una forma moderna de tráfico de seres humanos. Probablemente apoyen todavía la idea de que es bueno para la nación que cualesquier sujeto sean cual sean sus motivaciones o estado mental adquiera armas de fuego de combate para masacrar. No sería extraño que de un modo demagógico e hipócrita sigan con la cantaleta de Ley y Orden cuando las armas se trafican en las calles de USA.
Ellos en un sistema democrático tienen el derecho de vender sus ideas y aceptar debates como el que tuvo el Gobernador Lamont con su oponente que perdió.
El momento no es el mejor para el partido demócrata, pero ni el presidente ni los candidatos de esta entidad política están dispuestos a mentir gritando de un modo histérico que les han robado la elección.
El martes 18 de noviembre nos ha entregado lecciones y una de ellas es que el proceso democrático supera a regímenes totalitarios como el de China, la Rusia de Putin o Corea del Norte.
Un ejemplo de lo ponzoñoso de lo que hace un sistema dictatorial con los nuevos emperadores o zares de China y Rusia, es enviar a una deportista estadounidense Brittey Griner una estrella del deporte del baloncesto a una nefasta y siniestra “colonia penal” semejante a los campos concentración que usaron los nazis entre los años 1936 y 1945 para eliminar físicamente a los opositores a Hitler y a millones de judíos.
Tampoco Estados Unidos necesita un dictador como Vladimir Putin enriquecido (como lo quiso hacer Trump) que prolonga una guerra de invasión sobre Ucrania donde mueren civiles y soldaditos obligados a ser parte de una guerra infernal en la que el amo de Rusia insinúa que incluiría una guerra nuclear.
Estimados lectores ni los habitantes de los Estados Unidos, Brasil, Italia o España, ni ningún país del planeta merecen regímenes totalitarios y por eso debemos proteger y perfeccionar a la democracia.