Por Jabez Choi
Gracias a una extensión que alimenta su máquina de CPAP, Joel Nieves sigue viviendo en un minúsculo refugio en el patio trasero de la calle Rosette, dos meses después que el ayuntamiento ordenara cortarle la luz a él y a sus vecinos sin vivienda.
Al mismo tiempo, la administración de Elicker también ha ofrecido a Nieves un nuevo lugar donde alojarse, junto con una ayuda para el depósito de seguridad.
El problema para Nieves, por lo que rechazó esa ayuda de vivienda, es que el nuevo apartamento queda muy lejos, en Branford.
Nieves, de 49 años, y su media docena de vecinos sin hogar, viven desde abril en uno de los seis refugios prefabricados de menos de 100 pies cuadrados del Rosette Village Neighborhood, detrás de la Amistad Catholic Worker House, en el 203 de la calle Rosette, en Hill, incluso después que la ciudad pidiera en julio a IU que cortara la luz, al vencer un permiso de 180 días para dar luz a ese patio.
Nieves utiliza ahora una extensión que lleva la electricidad desde la casa principal de Amistad hasta su pequeño refugio, para poder utilizar la máquina que le ayuda a conciliar el sueño. Nieves sufre de diversas dolencias, como hipertensión y complicaciones cardíacas. Hasta ahora, no ha aceptado el traslado.
Según Nieves, el 12 de agosto le contactaron desde la Oficina de Vivienda y Servicios para Personas sin Hogar de la ciudad, para ayudarle con un nuevo alojamiento.
Antes de 24 horas, le comunicaron que se le había asignado una vivienda a través de BHCare, centro comunitario que presta servicios integrales a clientes con problemas de salud mental y drogodependencia.
La oferta, sin embargo, suponía trasladar a Nieves a Branford, lejos de la comunidad que le proporcionó apoyo durante su período de desamparo.
Antes de mudarse a Rosette Street en abril, Nieves dijo que era guardia de seguridad personal en Bridgeport.
Dijo que le tirotearon durante ese trabajo, dejándole peligrosamente herido y traumatizado.
Durante su recuperación, se hizo adicto al Oxycontin y al Percocet. Tras diez meses en un centro de rehabilitación, Nieves se recuperó, pero no sin el TEPT residual y los problemas de ansiedad que le persiguen hasta el día de hoy.
Como quería irse de Bridgeport, pidió al programa que le enviaran a New Haven.
Fue entonces cuando Nieves oyó hablar de Rosette Neighborhood Village y se mudó a una de las pequeñas casas de Hill, una decisión que, según él, mejoró su vida.
Mark Colville, de Amistad, considera que el posible traslado de Nieves a Branford no sólo es malo para su salud, sino que también forma parte del intento de la ciudad de sacar de New Haven a las personas sin vivienda y con bajos ingresos. «Un ejemplo no es un estándar», replicó el alcalde Elicker. «No es como él dice».
Mencionó la renovación de 2.000 viviendas en toda la ciudad, la mitad de las cuales son asequibles.
Subrayó las necesidades médicas especiales de Nieves, que hicieron «más difícil» el traslado.
“Quiero quedarme en New Haven”
Shaunette James-Marquis, funcionaria municipal de extensión comunitaria, ofreció al Independent una versión ligeramente distinta a la de Nieves en un comentario por correo electrónico para este artículo.
Dijo que en agosto se comunicó con Nieves para conseguirle una vivienda permanente. Despues de esa reunión, llamó a «numerosos» propietarios de New Haven buscando vivienda en la ciudad.
Dijo que todos esos propietarios informaron que sus apartamentos estaban ocupados o proponían apartamentos fuera de las posibilidades económicas de Nieves.
Finalmente, James-Marquis encontró un apartamento en el complejo de viviendas Briarwood de Branford adaptado a las necesidades de Nieves.
James-Marquis dijo que Nieves estaba «encantado y agradecido por la oferta de Briarwood».
Por una carta de Mark Colville, James-Marquis se enteró de que Nieves rechazaba la oferta.
James-Marquis se comunicó con Nieves para confirmar que lo escrito en la carta era cierto.
Más tarde, le informó a la dirección de Briarwood que el cliente había rechazado la oferta.
Nieves, por su parte, contraatacó, diciendo al Independent que eso «no es cierto», ya que había expresado a James-Marquis que se sentía «incómodo» con el traslado a Branford, porque su «mundo entero» está en New Haven.
Nieves está esperando una carta de su psicólogo en la que le comunicará oficialmente lo que ya le ha dicho: un traslado fuera de New Haven le causaría daños mentales.
Colville insiste en que la ciudad no ha mejorado la ayuda ni la comunicación con el colectivo, y que el alcalde Justin Elicker ni siquiera ha visitado la comunidad.
En respuesta a la afirmación de que no ha visitado Rosette Village, Elicker no «duda de que haya un sentimiento de comunidad en el lugar», pero no ve «ningún propósito» en visitarlo, ya que hacerlo no «modificaría la ley».
«Van a insistir en que rechazamos los servicios, que cuando te ofrecen un apartamento tienes que aceptarlo, sea donde sea», dijo Colville. «Y si no lo haces, te estás resistiendo a que te ayuden».