Caminar puede parecer una de las actividades más sencillas del mundo, pero según el doctor Carlos Jaramillo, es también una de las más poderosas para cuidar la salud física y mental. El médico colombiano, conocido por su enfoque en medicina funcional, ha explicado en uno de sus últimos vídeos por qué caminar justo después de comer puede reducir los picos de glucosa y mejorar el bienestar general.
Jaramillo cita varios estudios científicos que avalan esta práctica. “Más eficiente que salir a caminar 45 minutos seguidos es hacerlo 15 minutos tres veces al día, después de cada comida”, explica. Esta estrategia, además de ser fácil de incorporar a la rutina, ayuda a regular la glucosa en sangre: “Si como e inmediatamente después salgo a caminar, el pico de glucosa no será tan alto”, añade el médico.
Durante esos minutos, los músculos empiezan a consumir la glucosa disponible en la sangre, lo que reduce la necesidad de insulina. “Las células dicen ‘dame de eso’, y así se regula mejor el metabolismo”, apunta Jaramillo. Es una manera simple y gratuita de prevenir el desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2, según diversos estudios publicados en revistas como European Journal of Epidemiology o Journal of Obesity.
Más allá de sus efectos metabólicos, caminar también es un poderoso regulador emocional. “Salir a caminar puede considerarse una forma de meditación activa”, asegura el médico. Al hacerlo sin distracciones o, por el contrario, escuchando un audiolibro o pódcast inspirador, se activan neurotransmisores que favorecen la calma, la concentración y la creatividad. En palabras del propio Jaramillo, “caminar te conecta contigo mismo”.
Los beneficios de caminar no se detienen ahí. Practicarlo con regularidad disminuye el riesgo cardiovascular, fortalece los huesos —gracias al estímulo muscular y articular— y reduce el dolor crónico en personas con fibromialgia, artritis o incluso cáncer. “No es solo moverse, es darle al cuerpo el tipo de movimiento que necesita para mantenerse joven”, afirma Jaramillo.
El médico también recomienda practicar lo que denomina “ejercicio de zona dos”, es decir, caminar a un ritmo que aumente la respiración sin llegar al ahogo. “Puedes seguir hablando, pero notas que te cuesta un poco más”, explica. Mantener ese nivel de intensidad entre 30 y 60 minutos, dos o tres veces por semana, mejora la capacidad cardiovascular y la resistencia.
Caminar sí, pero no solo caminar
A pesar de todos sus beneficios, Jaramillo insiste en que caminar no debe ser el único ejercicio. Lo ideal es complementarlo con entrenamiento de fuerza, estiramientos y sesiones cortas de cardio más intenso. “Caminar es un gran complemento, pero no sustituye levantar pesas o trabajar la movilidad”, recuerda.
Para el doctor Jaramillo, caminar no solo es un ejercicio físico, sino una herramienta de bienestar integral. “Es una práctica que puedes llevar a cualquier parte del mundo, que no cuesta nada y que puede transformar tu salud”, afirma.