Tía Julia: Querida y siempre respetada tía.He llegado a una conclusión: el destino tiene más vericuetos que un gas en el intestino delgado de una serpiente cascabel, como decía Indiana Jones en su libro, “Por qué se me ha enchuecado la boca,” en la entrevista que concedió durante la filmación de Stars Worst.
Hace veintiún años me casé con Pito mi esposo y al comienzo éramos nada más que él, yo y nuestros gemelitos que para ser más clara son dos a diferencia de los trillizos de mi prima Cornelia que son tres. Como Pito es hijo único (y adoptado), pasado un tiempo decidió ayudarles a sus padres a instalarse más cerca de nosotros en un pueblito al sur de Tampa.Así, los visitábamos y ellos venían a Connecticut a acompañarnos y estábamos todos más contentos que presidente con comisiones y mordidas por debajo del escritorio de la oficina oval.
Poco a poco mis suegros se fueron arrugando como una camisa planchada sobre un canasto, sus espinas dorsales doblando como un bambú debido a la fuerza de gravedad y los rayos cósmicos, y sus piezas óseas, vulgarmente llamadas huesitos; iniciaron un proceso irreversible de deterioro por las cosas esas que llaman reumatismo, ciática, u osteoporosis.¿Como se siente usted?
Después de conversarlo, los trajimos a una casita en East Haven que les compramos con la idea de que siguieran independientes y nosotros también.Todo estuvo muy bien, hasta que mi suegro tuvo un problema con los riñones y de un día a otro se enfermó y comenzó a mirar para adentro forever.
Mi suegra no quiso quedarse sola en la casita ya que les teme a los muertos, aunque yo le decía que a los que hay que tenerles miedo es a los terremotos, erupciones volcánicas, los mentirosos, los pillos, al presidente y a los políticos. De este modo, nos forzó en cierta manera a mal vender la casita, y se trasladó a un apartamentito donde viven nada más que viejitos más arrugados que una pasa. Ja-ja-ja.
Pito y un compadre tuvieron que hacer la mudanza de las cosas de mis suegros al sótano de mi hogar que dejo entonces de ser un centro de diversión y se transformó en bodega.Cuando mi suegra se mudó, allá se fue nuevamente mi distinguido esposo para instalarla, pero como la mamá no quería los muebles de antes, entramos en una deuda comprándoles otros y conservando los antiguos.
Para hacer la historia más breve y menos cara, hace dos años se murió mi suegra después de sobrevivir a mi suegro por casi ocho y entonces Pitito tuvo que hacer una segunda mudanza de las cosas de la mamá a nuestro sótano, lleno ya de cachivaches.
Aunque mi esposo hizo casi todo el trabajo, hubo que alquilar el camión de mudanzas, y pagarle a un caballero al que le llaman Vitro para hacer los traslados.
Ahora nuestro sótano y ex lugar de recreación y solaz se ha convertido en otra bodega con ropas de mis suegros, muebles, y cosas que mi esposo dicen tienen más bien un valor intrínseco, palabra que no entiendo mucho, pero creo que es un antónimo de cosas desechables. no sé.
Como mis gemelos ya están grandes, el espacio del sótano es muy importante para que lo usen con unas pesas y una mesa de ping pong. No quiero tía que por la falta de espacio usen esto como pretexto, salgan a la calle y cojan malas costumbres en las esquinas.Le propuse a Pitin que regaláramos todas las cosas o hiciéramos un tag sale, y fue como si se hubiese comido un ají marca “Cordobeses,” de esos que pican no una vez, sino dos veces. Me dijo que yo no era sensible al cariño que le tiene a sus padres los cuales cuando era chiquitos le cuidaban, le decían querubín y todas esas sandeces de nenes alcahueteados.
Hemos tenido varias discusiones fuertes con respecto al tema y he tratado de explicar que de los muertos una guarda algunas cositas, pero no la ropa, zapatos ni los muebles; pero como mi esposo es más terco que el gobernador Lamont, me ha dicho nones y jamás se separara de los bienes de sus ancestros.
En mi caso, a nosotras se nos murió la mami y de inmediato regalamos sus ropas a la iglesia y estamos tranquilas, pero esto de Pito me está dando un dolor tremendo en el centro neuronal y ganas de botarle todas esas bagatelas para el patio.
Mi esposo se va algunas noches al sótano y esta allí horas mirando la bodega y suspirando.
Ya estoy cansada, ¿qué puedo hacer?
Teresa
Respuesta
Teresa: Veo que tiendes a burlarte de los adultos mayores y eso no debiera ser así pues todos vamos para allá y la tez lozana de la cual hablaba el poeta Quiltrean Macolló en su libro “Poemas para Mi Jeva,” no pasa a ser sino un recuerdo de rosa primaveral.
Si tu supieras la cantidad de parejas que tienen problemas semejantes al tuyo, te extrañarías tanto como la señora que vio a un tipo con unas pantallas en los párpados y con los pantalones por las rodillas exponiéndose.
Sucede Teresa que hay personas más sensibles y para darte un ejemplo están aquellas quienes guardan las tarjetas de saludos de cumpleaños, Acción de Gracias, y Navidades en cajas de cartón y plástico.Otras han guardado sus textos escolares desde el primer grado, y hay aquellas que archivan las cartas.
Otras como tú o yo, hacemos “limpiezas” cada seis meses y nos deshacemos ipso facto de todo aquello no usado lo cual es una idea brillante para salvar espacios.
Ahora bien, en el caso de los bienes, ropas, o álbumes de los padres o en tu caso suegros ya fenecidos, debes tener mucho cuidado.
Yo te diría uses una estrategia más discreta y menos confrontativa para convencer a tu cónyuge y se deshaga de las cosas extras.
La necesidad de espacio para tus gemelos es un argumento importante y quizás podrías usarlo para que el hombre se convenza y regale las cosas al Ejército de Salvación, institución a la que llamas y pa’luego te mandan una truca a recoger ropas y muebles que pueden servir a personas afectadas por incendios o por la pobreza y a quienes por los terremotos deban abandonar la Isla, Ay, ¡bendito!
Mija, no te apresures porque observo a tu esposo Pito experimentando aun el periodo de duelo. Vete a una agencia donde haya terapias dadas por personas con experiencia y discutan el tema en un ambiente de confidencialidad para lidiar con el apego excesivo de tu esposo a objetos tangibles e inanimados ligados al amor profundo hacia sus papis.
Ten paciencia, y quizás puedes también usar el argumento de la pobreza extrema en nuestra ciudad y de un modo semejante al de muchas personas quienes donan al momento de su muerte sus órganos vitales; los padres de Pito estarían felices de ver sus ropas y mobiliario, sirviendo a otros seres vivos necesitados.
Te deseo mucha suerte, y lo mas importante, cuídate de las rabietas o discusiones airadas acerca de este tema tan crucial.
Para ustedes y los nenes un próspero y saludable 2020 que ha comenzado medio flojo.Para los récords, no sufro aun artritis ni ciática. ¿Y tú abuelita?
Tu Tía, Julia
Comentario a los Consejos de la Tía Julia
A mí personalmente me encantarían cines donde vendan morcillas, alcapurrias y pitorro legal, además de la Medalla. También he sabido de cines donde los asientos son como lechos con matre para invitar a la amiguita o novia, pero no habría mucha privacidad.¿Qué tal un biombo o salones reservados?Así, la película la hace uno mismo. ¿Hamacas?