CANNES, Francia (AP) — No es difícil encontrar personas en el Festival de Cine de Cannes dedicadas a la vida de las películas en la pantalla grande. Pero incluso entre los rebaños devotos de Cannes, Mark Cousins se destaca como un verdadero creyente.
El cineasta y crítico nacido en Belfast y residente en Edimburgo tiene un afecto ilimitado por las películas y gustos que se extienden por todo el mundo. Ha hecho peregrinaciones siguiendo los pasos de películas entrañables como “I Know Where I’m Going!” (“Sé a dónde voy”) de Michael Powell y Emeric Pressburger, que convirtió en un documental, y ha producido enormes documentales sobre la historia del séptimo arte impulsado por su propio sentido de asombro romántico e inquisitivo.
Tal es su ardor que literalmente se envuelve en cine. Nombres de directores suelen adornar su ropa. Tiene tatuajes de Orson Welles y del actor y cineasta japonés Tanaka Kinuyo. La corbata que trae a Cannes tiene “EP” garabateado en el interior, por Pressburger. Y a donde quiera que va, como un recordatorio para preservar una perspectiva infantil, lleva un fotograma laminado de “10 Minutes Older” (“Diez minutos más viejo”) de Herz Frank con la imagen de un niño con la boca abierta en asombro.
“Fui educado como católico y, por supuesto, a todos nos gustaban los objetos devocionales. ¿Entonces por qué no?”, dice Cousins de sus accesorios. “La vida es dura en cierto modo. Es fácil olvidar o hundirse o no imaginar la vida. Entonces tener suficientes recordatorios visuales ayuda”.
Cousins es muy cercano a la pasión física por el cine. Así que resulta apropiado que el Festival de Cine de Cannes haya recurrido a él para ayudar a levantar los ánimos y marcar el tono del festival el día de la inauguración. El realizador estrenó “The Story of Film: A New Generation”, una nueva entrega de su épica de 15 horas “The Story of Film: An Odyssey” (“La historia del cine: Una odisea”)
Puede que sea un epílogo, pero además de contemplar avances y nuevas visiones en el cine del siglo XXI, el documental, narrado líricamente por Cousins, también se ocupa del presente incierto del cine.
Se hizo en cuarentena con “esa sensación de que todos hemos tenido este tipo de sueño forzado juntos”, dice. “Cuando nos adentramos en nuestras cabezas, ¿qué encontramos? Una de las cosas es el cine”.
Para cualquiera que esté deprimido por el estado del cine tras un año de pandemia que cerró las salas de todo el mundo e incrementó los pronósticos sombríos, hablar con Cousins es como un elixir. Para él, el cine es una forma de arte imparable que siempre está mutando, adaptándose y evolucionando.
“La gente que piensa que se está quedando atrás no mira en los sitios correctos. Si realmente ven en todo el mundo, el cine siempre está evolucionando en un sentido casi darwiniano”, dice Cousins. “Está obteniendo nuevas ramas y árboles”.