La educación es y será siempre el componente clave para poder darle a nuestros hijos la oportunidad de prosperar. Queremos nuestros niños tengan buenos maestros y vayan a escuelas con los recursos necesarios para aprender, y que allí aprendan todo lo que necesitan para para poder ir a la universidad o aprender un oficio y ser buenos ciudadanos.
Curiosamente, lo que consideramos como educación ha ido variando a lo largo del tiempo; la idea que la educación sea pública y gratuita desde parvulario (kindergarten) hasta el instituto (high school) es bastante nueva. A principios del siglo XX, la mayoría de los estados sólo tenían educación obligatoria hasta los 14 años; la primaria sólo se convierte obligatoria en todo el país a principios de los años treinta. Hemos ido expandiendo el sistema según lo que consideramos necesario.
Si miramos a lo que dicen los estudios recientes sobre educación, es muy probable que el modelo actual sea insuficiente. Sabemos, porque hay muchísima evidencia científica que así lo corrobora, que el periodo más importante en el desarrollo cognitivo de un niño tiene lugar durante la primera infancia. Todo parece indicar que desarrollamos nuestra capacidad de aprendizaje durante los primeros años de nuestra vida, entre los cero y los cuatro años. Es entonces cuando nuestro cerebro es aún una página en blanco, y es entonces cuando debe ser moldeado y preparado para entender, aprender, y comprender el mundo a su alrededor con actividades, estímulos, interacciones con otros niños y demás.
Dicho en otras palabras: lo que sucede antes de llegar a parvulario es casi tan importante como lo que sucede después. Los niños que han ido a preescolar a los tres y cuatro años sacan mejores notas y repiten cursos mucho menos a menudo, y tienen mejores resultados en matemáticas y lectura al llegar al instituto. Este efecto es aún más pronunciado para aquellos que han ido a guarderías incluso antes de estar en edad preescolar, especialmente si son de buena calidad.
Tenemos el problema, sin embargo, que la educación preescolar gratuita no es accesible para todo el mundo. Es más, hay muchos distritos escolares que no la ofrecen en absoluto. Sólo aquellas familias que pueden pagar tienen acceso a ella, y en Connecticut, donde el coste medio de preescolar supera los $12,000 al año, esta barrera a la entrada es considerable. Aunque existen programas para subvencionar el acceso a preescolar en nuestro estado, las ayudas no llegan a todo el mundo, creando una desigualdad inicial de entrada en nuestro sistema educativo muy importante.
Afortunadamente, parece que Washington al fin se ha dado cuenta tanto del problema como de la oportunidad que hay en la educación preescolar. Dentro del plan que presentó Joe Biden para apoyar a las familias (este famoso paquete de tres billones y medio de dólares en diez años que están negociando en el congreso) se encuentra una serie de medidas que representarían una auténtica revolución educativa en el país: hacer la educación preescolar para niños de tres y cuatro años universal y gratuita en todo el país.
De ser aprobada, esta medida tendría un impacto inmediato en las familias que ahora pagan (o no pueden pagar) preescolar y en las cuentas públicas de las ciudades que hacen un esfuerzo en ofrecerla. Pero, por encima de todo, sería un cambio tremendo en las oportunidades de miles niños en todo el país, que llegarían a la escuela más preparados, listos para aprender.
El paquete de Joe Biden no se reduce a preescolar. En educación, incluye además dos años adicionales de educación después del instituto, haciendo que los Community Colleges sean gratuitos. También, en otros ámbitos, incluye dinero para combatir el cambio climático, cuidar de nuestros mayores, y muchas otras prioridades. Es el aparto de educación, sin embargo, el que tendrá un impacto más inmediato y directo en nuestra comunidad.
La legislación está siendo tramitada ahora en el congreso, con las dos cámaras debatiendo su contenido en detalle, y es posible que decidan dejar el dinero en educación fuera del texto final, por absurdo que eso pueda parecer. Si podéis llamar a vuestro congresista o senadores, hacedlo – y decidles que deben mantener la expansión de preescolar a toda costa.