NUEVA YORK (AP) — Kristia Leyendecker ha lidiado con una serie de diferencias de opinión con sus dos hermanos y otros familiares desde 2016, cuando la victoria electoral de Donald Trump marcó un doloroso punto de inflexión en sus discrepancias políticas, porque ella se alejó del Partido Republicano actual y los demás no.
Entonces llegaron la pandemia, las caóticas elecciones de 2020 y más conflictos sobre mascarillas y vacunaciones. Aun así, ella se esforzó por mantener las relaciones intactas. Eso cambió en febrero de 2021 durante una gélida ola de frío en la zona de Dallas donde vive la familia, ella con su esposo y dos de sus tres hijos. Cuando el mediano inició una transición de género, el hermano de Leyendecker, su esposa y la hermana de Leyendecker cortaron todo contacto con su familia. Su madre se quedó atrapada en medio.
“Me quedé destrozada. Si me hubieran dicho hace 10 años, incluso hace cinco, que estaría alejada de mi familia, les habría dicho que mentían. Éramos una familia muy unida. Celebrábamos todas las fiestas juntos. He pasado por todas las fases del duelo varias veces”, dijo Leyendecker, de 49 años y que es maestra de secundaria.