Estos crímenes en contra de personas en el poder han sido frecuentes en el siglo veinte y Haití ha sufrido tres de ellos con los asesinatos de los presidentes Cincinattus Leconte en agosto de 1912, Jean Vilbrum Guillame Sam, asesinado y descuartizado el 27 de julio de 1915 y Juvenel Moise asesinado en su hogar el 7 de julio de 2021 por parte de un comando armado de varios sujetos.
Por otra parte, el presidente de México Álvaro Obregón fue asesinado en 1928 y en 1946 otra víctima de magnicidio fue el presidente Gualberto Villaroel de Bolivia.
En 1950 asesinaron al presidente Carlos Delgado Chalbaud de Venezuela, y el 2 de enero de 1955 fue asesinado José Antonio Remón de Panamá. En la república de Nicaragua fue asesinado en 1956 Anastasio Somoza García y el 17 de septiembre, 1980, Anastasio Somoza Debayle ejecutado en el extranjero por un comendo. En Guatemala, 1957, asesinaron a Carlos Castillo Armas.
La noche del 30 de mayo de 1961 en Santo Domingo asesinaron en una emboscada al dictador Rafael Leónidas Trujillo quien con su familia encabezó una sangrienta dictadura entre los años 1930 y 1961. Su hijo y partidarios tomaron venganza, pero finalmente debieron salir del país por no contar con el apoyo político de USA.
El 11 de septiembre de 1973 muere en dramáticas circunstancias el presidente constitucional Salvador Allende después de tres años de gobierno. Fue derrocado en un golpe de estado por parte de las fuerzas armadas apoyado por el gobierno del presidente republicano Richard Nixon su brazo internacional de la Central de Inteligencia Americana. Poco después de su muerte asume el poder Augusto Pinochet Ugarte quien se mantendría en el gobierno por 17 años y quien, por sus crímenes en contra de la población civil, fue arrestado en Inglaterra por Crímenes de Lesa Humanidad. Se le atribuyen los asesinatos de más de mil civiles cuyos cadáveres fueron arrojados al mar o al interior de volcanes.
Los vampiros y el príncipe de las tinieblas
Estos parientes de los murciélagos son descritos como un murciélago hematólogo de áreas tropicales de América del Sur que se alimenta con la sangre que extraen de animales. Según los antropólogos hay de ellos esta definición científica, pero también otra convertida en un mito.
El origen del tenebroso personaje Drácula de Abraham Stocker se basa en una novela que escribió en 1897 y desde ese tiempo, este tema de ficción ha sido la atracción principal en al menos 60 películas.
La primera y casi universalmente conocida fue la del director Tom Browning en 1931 y en la que actuó el famoso actor Bela Lugosi. Era la época del cine mudo lo cual favoreció la actuación de Lugosi quien no hablaba inglés, pero cuyos rasgos y los efectos cinematográficos estremecieron al público.
Drácula es así un personaje mítico que es un hombre/vampiro quien se alimenta de sangre humana. Su mordida en el cuello de sus víctimas especialmente mujeres, las transformaban a su vez en vampiresas. La actividad del vampiro, de acuerdo a la novela y las películas es solamente nocturna y debe ocultarse de los rayos del sol so riesgo de morir calcinado.
De acuerdo a la ficción hecha una cuasi realidad en el cine, solamente se elimina a Drácula clavándole una estaca en el corazón.
Las primeras películas mencionadas por historiadores ya que no existen rastros de ellas fueron “Drácula” en una versión rusa y “Dracula’s Death” en una producción húngara.
La más reciente versión es la estadounidense Renfield presentada este año 2023.
¿Existió realmente un personaje real llamado Drácula?
La fuente de información del escritor inglés Abraham Stoker acerca de Drácula sería un escritor contemporáneo judío/húngaro llamado Armin Vambery quien vivió en lo que ahora es Eslovaquia. Este, en uno de sus cuentos de horror menciona a un noble llamado Vlad III Drácula quien era conocido en los montes Carpetanos y habría vivido en un palacio sembrando el terror entre los lugareños y campesinos a quienes intimidaba por las noches.
El caso del chupacabras en Puerto Rico
En 1995 Madeylen Tolentino fue la primera persona que dijo haber visto por la noche a través de su ventana a un ser terrorífico semejante a un extraterrestre.
A esta primera descripción típica en los cientos de miles de leyendas y visiones provenientes de todas partes del mundo con respecto a objetos voladores no identificados y seres no humanos, se agregaron cientos de otras denuncias que relataban que el chupacabras era una criatura bípeda que media entre un metro veinte y un metro cincuenta centímetros que tenía ojos grandes, púas en la espalda y garras largas y al que se atribuía la muerte de ganado a los cuales se les había chupado toda la sangre a través de mordeduras.
La aparición de este ser llevó incluso al alcalde esa localidad puertorriqueña a hacer una guardia nocturna armado con un rifle para sorprender y matar al chupacabras.
También hubo informes de las actividades del ente chupador de sangre en México, pero en este siglo XXI no se ha vuelto a mencionar este fenómeno que hace reír a los escépticos.
Se atribuye al humorista y cantante puertorriqueño Silverio Pérez la creación del apelativo que se popularizó de tal manera que sería aceptado por la Real Academia Española de la Lengua, institución que usualmente y en un estricto procedimiento de selección recibe unas 3,836 peticiones de modificaciones y nuevas palabras para ser incluidas en el idioma de Cervantes.
Alcances políticos de la expresión “chupa sangre”
Esta expresión muy utilizada desde antiguo en la población hispano hablante hace alusión a trabajadores o empleados a quienes sus patrones no les pagan por su trabajo de un modo justo, pero también se puede referir al pago obligatorio y a veces excesivo de impuestos estatales o federales.
La expresión tiene su sinónimo en el idioma inglés como bloodsucker referida a los dueños de edificios criticados por sus inquilinos y a los patrones dueños de fábrica. Del mismo modo hay expresiones similares en contra de los nazis y fascistas en la Alemania de Adolfo Hitler (1936-1945) quienes obligaban a trabajadores calificados, prisioneros políticos y judíos a trabajos forzados sin paga ni protecciones constantemente amenazados de muerte.