Querida e inigualable tía Julia,
No comenzaré este texto lamiéndole el ojo como muchas y muchos zalameros porque en primer lugar usted no cobra por las consultas y la sabiduría, gnosis y sapiencia que se derrama en sus respuestas debieran ser publicadas en un libro con tapas color oro y merecería una medalla olímpica. ¿Cómo la ve?
Resulta tía que ante de la Pandemia y estando yo matrimoniado por muchos años, Elena, una hembra a la que yo conocía en la agencia donde trabajábamos se enamoró perdidamente de mí y comenzó a mostrarme el colmillo y allí pasó lo que pasó lo cual sin entrar en detalles me había ya sucedido con amores fugaces y efímeros después de años unido a mi distinguida esposa. ¡Ay Bendito!
Lo pasábamos muy bien y mi esposa comenzó a notar que mi salario disminuía por los viajes a moteles y unos seminarios acerca de la Administración de Personal Tóxico que yo inventaba en Acapulco, México. Eran unos artificios fatulos para disfrutar libremente donde estos encuentros íntimos se intensificaban con el olor salado del mar, el rumor de las olas y la visión nocturna del universo sin humo.
Yo admito que soy hermoso y varonil no como mi hermano que es más feo que contarle mentiras a la abuelita. Me dejo una barba viril parecida a la de Vance candidato a vicepresidente del Partido MAGA que nació en una villa de los Apalaches donde tocan mucho una guitarra extraña y no hay bibliotecas. Creo que en Kentucky donde nació el Fried Chicken.
Soy de verba fácil y entretengo a las mujeres con mis cuentos, boleros y chistes, pero este adulterio pecaminoso parecido al del candidato Trump a quien su esposa Melania no le besó la con labios para protegerse de enfermedades; ha llegado al clímax.
La cuestión es que decidí alejarme de esta yegua que comenzó a acosarme en el Internet y se paseaba con ropa apretada frente a mi hogar acompañada de un perro chihuahua con ojos saltones. Reconozco que fui débil y retorné a unos encuentros apasionados al departamento de ella donde nos hacíamos trizas. ¿Usted me entiende?
Tía ahora no sé qué hacer para terminar con este enredo que pone en peligro mi matrimonio y está más cargante que pulga en la oreja. He intentado acabar con ella, aunque mucho acababa.
Lo último que se le ocurrió fue dedicarme poesías que publica en el Facebook y escribió un libro acerca de nosotros con sonetos que intitularía “Oicirt, Papi, te extraño Mucho Demasiado.” Un consejero al que veo para que me ayude me dijo que le contara todo a mi esposa y que ella me perdonaría, lo cual yo no creo.
Tía agradeceré su ayuda en este momento álgido y escabroso de mi existencia. Continúo siendo atrayente y viril, pero ahora me corte la barba y parezco Testigo de Jehová.
Saludos,
Tircio
Respuesta:
Con todo respeto, tu nombre no es muy común y como te has dedicado a engañar a tu esposa con Elena y otras; te acostumbraste a inventar cosas, mentir, falsear y timar como ese que hace discursos con una gaza blanca en la oreja y predica que es ahora inquebrantable y que está con vida por un milagro de nuestro Señor. ¡Qué herejía!
Lo que sucede Tircio es que te crees todavía el cheche, pero recuerda que el tiempo pasa tal como la uva que también pasa, y pronto te pondrás más arrugado que carpa de camión.
Estamos hablando embaucador, nada más ni nada menos que de lo que se denomina en las leyes de Moisés el pecado de adulterio y se menciona porque este acto creaba confusión, barullo, embrollos, caos y anarquías en las comunidades judías. Leyendo tu texto lleno de sinónimos innecesarios y aburridos se me viene a la mente esa adagio que reza, “árbol que nace torcido, muere torcido.”
Tircio, por los demás, canto de atrevido, nosotras las féminas no somos yeguas sino mujeres, damas, mozas, doncellas o muchachas, según sea la edad.
No creas que porque me doras la píldora y te pones adulón y marrullero no me doy cuenta de que eres de esos tipos quienes cuando se ven la careta en el espejo le hacen una venia porque se creen bonitos y eso es caer en el narcicismo, como el expresidente.
Lo del libro de poemas que te dedicó la dama del chihuahua puede complicar tu vida y aunque lo dirige a Oicrit en vez de Tircio, este en un truco más viejo que respirar y hay allí mucha información privada. Con tus recaídas en el motel de “Tres se van y llegan ocho” del Berlin Turnpike también conocido como la Avenida de los Polvos Lunares, le sigues creando a Elena ilusiones vanas y ella sufre.
¡Recógete escribidor! que un día si tu esposa se entera de lo que hay te vas a quedar más solo que Adán en el Día de la Madre.
Hazme caso porque cuando el rio suena, es porque trae un piano y como en USA no hay control de armas mortales y hay atentados, un alma desesperada es capaz de mucho. Dios no lo quiera desdichado.
Tía Julia