SAN JUAN, Puerto Rico (AP) — Un cómico que llamó basura a Puerto Rico durante un abarrotado mitin de la campaña de Donald Trump en Nueva York fue la más reciente humillación para un territorio insular que ha sufrido maltrato durante mucho tiempo, dijeron residentes el lunes en expresiones de molestia que podrían afectar la elección presidencial.
Los puertorriqueños no pueden votar en las elecciones generales a pesar de ser ciudadanos estadounidenses, pero pueden ejercer una poderosa influencia sobre sus familiares en Estados Unidos. Los teléfonos de la isla de 3,2 millones de habitantes sonaron minutos después de que el orador se burló del territorio estadounidense el domingo por la noche, y seguían sonando el lunes.
La candidata presidencial demócrata Kamala Harris compite contra Trump por el voto de las comunidades puertorriqueñas en Pensilvania y otros estados indecisos. Poco después de que el comediante Tony Hinchcliffe dijo: “No sé si ustedes saben esto, pero hay literalmente una isla flotante de basura en medio del océano en este momento. Creo que se llama Puerto Rico”, la superestrella del reguetón Bad Bunny anunció su respaldo a Harris.
El acto de Hinchcliffe también incluyó comentarios lascivos y racistas sobre hispanos, judíos y negros, todos ellos electores clave.
No votan, pero tienen gran influencia
Milagros Serrano, de 81 años, tiene un hijo que vive en Pensilvania, un estado clave en las elecciones, y dijo que toda la familia estaba indignada por los comentarios del comediante.
”Él no puede estar hablando de Puerto Rico así”, dijo mientras se dirigía a una cita médica. “Más basura será él”.
Estados Unidos adquirió Puerto Rico de España en 1898, después de la guerra entre ambos países. El gobierno otorgó ciudadanía a los residentes de la isla en 1917. Poco después de la Segunda Guerra Mundial se registró la primera gran ola de migración para aliviar la escasez de mano de obra en Estados Unidos continental. Ahora hay más puertorriqueños en Estados Unidos que en la isla.
Los que se quedaron dicen que a menudo se sienten como ciudadanos de segunda clase porque no pueden votar en las elecciones presidenciales y reciben fondos federales limitados en comparación con los estados del territorio continental.
Ese resentimiento estalló cuando Trump visitó Puerto Rico como presidente después de que el huracán María azotó la isla como una poderosa tormenta de categoría 4 en 2017. Trump arrojó toallas de papel a una multitud y negó la cifra oficial de muertos por la tormenta. Los expertos estiman que casi 3.000 personas murieron en las sofocantes secuelas.
Después del evento de campaña del domingo, la asesora de la campaña de Trump Danielle Alvarez indicó en un comunicado que la broma de Hinchcliffe “no refleja la postura del presidente Trump ni de su equipo de campaña”.
José Acevedo, un trabajador de la salud de 48 años de San Juan, negó con la cabeza al recordar lo que sintió al ver el evento del domingo.
“¡Una humillación! ¡Un discrimen!”, dijo el lunes por la mañana mientras esperaba para tomar un autobús público para ir a trabajar.
Acevedo dijo que inmediatamente envió mensajes de texto a familiares en Nueva York, incluido un tío que es republicano y planeaba votar por Trump.
“Me dijo que iba a analizar su decisión”, dijo Acevedo, y agregó que sus familiares estaban en shock. “No lo podían creer”.
Molestia en casa
Los comentarios dominaron los sitios de noticias locales hasta altas horas de la noche y provocaron que Jenniffer González, representante de Puerto Rico en el Congreso por el Partido Nuevo Progresista (PNP), que apoya la estadidad y a Trump, los calificara de “despreciables, desacertadas y asqueantes”.
“No representan los valores” del Partido Republicano, dijo.
La política en Puerto Rico se define por el estatus político de la isla, por lo que es común ver que demócratas y republicanos pertenecen a un mismo partido local.
Mientras tanto, el gobernador Pedro Pierluisi, un demócrata, escribió en Facebook: “Basura es lo que salió de la boca de Tony Hinchcliffe, y todos los que lo aplaudieron deberían sentirse avergonzados por faltarle el respeto a Puerto Rico”.
González, quien venció a Pierluisi en las primarias de su partido, lidera las encuestas a medida que se acercan las elecciones del 5 de noviembre.
Sonia Pérez, una empleada de estacionamiento de 58 años, dijo que no ha votado por un gobernador en años, pero está tan enojada por los comentarios del comediante y el apoyo de González a Trump que planea dar la espalda a González y al otro candidato que representa a los dos principales partidos que han dominado en Puerto Rico durante años.
“Es indignante que en pleno siglo XXI haya tanto racismo contra los latinos cuando hemos aportado tanto al país y que no se reconozca”, dijo.
Incredulidad e indignación
Los comentarios de Hinchcliffe también provocaron la reacción de estrellas boricuas como Ricky Martin, quien anteriormente ya había manifestado su apoyo a Harris. Publicó un video de la rutina de Hinchcliffe y escribió: “Esto es lo que piensan de nosotros”.
Los puertorriqueños indignados publicaron fotos de su isla y sus brillantes aguas turquesas en las redes sociales con leyendas que incluían: “Vivo donde vacacionas” y “Orgulloso de ser de la isla de la basura”.
Michael Meléndez Ortiz, un conserje desempleado de 33 años, dijo que él y un amigo en un principio pensaron que el video era falso, porque estaban muy sorprendidos por lo que dijo el comediante.
“Nos tenemos que dar a respetar”, dijo. “Somos personas buenas, hechas y derechas”.