Querida Tía Julia,
Entiendo que usted está más ocupada que los meteorólogos, respondiendo y tranquilizando a las personas que le textean con ansiedad por la cuestión política y los festivales a balazos en New Haven, Bridgeport y Hartford. Como este verano está inusualmente caliente, la gente está más apresurada, conducen mal, hay accidentes y no continuaré con el tema porque me deprimo en momentos en que una nueva situación en mi hogar me tiene con los nervios de punta y el alma afligida. ¡Ay!
Mi esposo Tarín que ahora anda por los cuarenta es uno de esos fiebruos que se entretienen en el club de motocicletas “Los Intrépidos Cool” y salen por la noche a practicar maniobras peligrosas, pero gracias al Gran Creador, aun no se ha quebrado el espinazo.
Resulta que este año y quizás por consejos de su pana Guito, se puso a mirar los juegos olímpicos 2024 después de llegar a nuestro hogar desde su trabajo en el Taller de Mecánica La Pana.
A mí no me gustan esos juegos ni la forma como se están vistiendo las atletas que corren con unos trajes parecidos a bikinis que les resaltan sobre todo las nalgas. Esto se está transformando en una mala costumbre porque ahora tipas en los 50 se andan luciendo con short apretados y unas sudaderas que muestran todo por delante y por detrás. ¡Tía ya no hay vergüenza! Pero mire usted lo que pasa en mi hogar.
A Tarín le ha dado por reunirse con cuatro amigotes, se dan las frías, miran con ojos empapados de deseo a las corredoras y las aplauden, aunque no ganen. Eso es porque apuestan a cuál de todas destaca más la parte donde la espalda cambia de nombre, ¿usted me entiende?
Pero donde el griterío y la batahola aumentan y ya me han reclamado las vecinas, es cuando estas atletas y desvergonzadas mujeres juegan vóleibol en la arena y usan una forma de bikini mostrando todo, incluso aquello Allí, estos desvergonzados y asquerosos descarados comienzan a gritar, ¡Se lo vi todo! ¡Ahhhh! ¡Ahora de frente! ¡Mami! ¡Dame la espalda!
Desde hace años y en mi barrio, las nenas ya han cogido la mala costumbre usando esos shorts lo cual me parece el inicio de un tiempo de degeneración. Los hombres corruptos y viciosos ya no se fijan en los ojos, el cabello, ni el rostro, sino que en los traseros y fondillos de nosotras las féminas.
Le escribo a pocos días de finalizar este festival de pocas vergüenzas y quisiera que los organizadores de esta poca procacidad e impudor debieran limitar el uso por parte de las participantes de shorts estilo bikini, shorts con hilo dental, y los bailes ornamentales de las atletas que también han sido los preferidos del depravado de mi marido y sus compinches.
Ya le dije a mi esposo que comenzaré a usar trajes apretados de gimnasta y sostenes transparentes más apretados que mano de baby para ver cómo reacciona.
Tía, feliz verano y espero verla nuevamente comprando guineos en CTown de la Park o Bravo Supermarket.
Jimena
Estimada sobrina Jimena:
Tu nombre es muy conocido en la historia de España y se escribía Ximena quien era la esposa del Cid Campeador. Eran los tiempos en el siglo XI cuando las mujeres no son descritas por la apariencia del cuerpo ya que se lo cubrían como las musulmanas y lo que resaltaban los poetas de esos tiempos era lo que se veía es decir los ojos, el cabello, la dentadura, el cuello y la voz.
En Francia famosa por sus revoluciones y giros de la moda, en los tiempos del emperador Napoleón Bonaparte que no era francés, sino que corso, y de acuerdo a pinturas; las mujeres comenzaron a mostrar el inicio y hasta la mitad de los senos y en las cortes, usaban vestido que les dejaban al descubierto los muslos.
Ahora, según nos dicen los antropólogos culturales, profesión que está en declive, en el cerebro de los humanos quedan vestigios de las preferencias sexuales en la Edad de Piedra donde la imagen de la mujer era de fortaleza, muslos fuertes, caderas amplias y energía para dar a luz muchos hijos. La imagen del hombre era la fuerza física y el aspecto de macho machote. Mucho de estas preferencias se dice, nos llegan a través de la carga genética.
Pero ¿que atrae a los ojos de los varones hacia las féminas en la sociedad contemporánea?
Según la profesora Devendra Singh de la Universidad de Texas en un estudio que publicó en 1984, de acuerdo a encuestas y estadísticas, al hombre le atraen formas especificas en el cuerpo de las féminas y esto se refería en esos tiempos al tamaño de las circunferencia de la cintura de la dama y el radio de las caderas. Una cintura pequeña y de caderas anchitas como las de Maripili.
Ahora, y en otros estudios llevados a cabo en la misma Universidad de Texas y revelados en 2015, la mirada de los varones se dirige mucho más, y esto es importante, a la curvatura que se extiende desde las vértebras lumbares hasta la parte superior del trasero. En esta preferencia el ángulo preferido es el 45.5. Saca la cuenta.
Dicho esto, te recomiendo que tomes lo de tu esposo con cierta paciencia y filosofía porque ya he recibido textos de damas quejándose de que sus esposos esconden en la playa, piscinas y calles sus miradas curiosas tras gafas oscuras mirando el área anatómica que describen los entendidos y que se destacaron en las atletas afroamericanas en las Olimpiadas 2024 de Francia.
Mija, esto es lo que hay y lo que resta a las esposas y novias es destacar esas partes del cuerpo yendo al gimnasio o caminando.
Abrazos, calma y paciencia.
Tía Julia