STAMFORD.- El último jueves del mes de junio a eso del mediodía el abogado Francisco Cardona, que tiene su despacho legal en Stamford, vivió de frente la mano dura de los oficiales de Inmigración ICE”, cuando al salir de las instalaciones de la Corte Superior de Stamford, su cliente fue sorprendido por los agentes de Inmigración y consecuentemente tirado al suelo, esposado y arrestado; mientras el abogado pedía la orden firmada del Juez que legalmente permite a ICE detener a un inmigrante irregular.
Este caso, narrado en primera persona por el abogado Cardona, al que los agentes ni siquiera respondieron su pregunta de: ¿Dónde está la orden firmada por el juez?, se repite a nivel nacional una y otra vez; pero no solamente los arrestos a los inmigrantes sino también la no respuestas a los abogados que están litigando en las cortes y representando a sus clientes, sino que a ellos también se los está maltratando.
Conforme con Cardona, ese mismo día, uno de sus colegas que también estaba representando a un inmigrante en la sala de la Corte Superior de Stamford, fue empujado por los agentes del ICE y su cliente, obviamente, arrestado.
Esta escena no terminó en las inmediaciones de la Corte, siguió a la cafetería del Dunkin Donuts, donde un grupo de personas al darse cuenta que se encontraban los agentes del ICE, fueron a esconderse dentro de un carro en el parqueo de ese lugar, pero los agentes los siguieron y procedieron a romper los vidrios del automotor y sacaron a la gente para luego arrestarlos y llevarlos detenidos.
Inmediatamente, este semanario preguntó al abogado Cardona: ¿Y dónde están los derechos humanos de los inmigrantes? Y él con un halo de preocupación dijo: ¿Cuáles derechos?
Acorde con el informe nacional de las organizaciones que velan por los derechos de los inmigrantes, muchos solicitantes de asilo se presentan diligentemente en audiencias de rutina antes de ser arrestados fuera de las salas de los tribunales, una práctica que ha sacudido las cortes de inmigración en todo el país en un momento en que la Casa Blanca sigue adelante con deportaciones masivas.
Los arrestos a gran escala que comenzaron en mayo han desatado el temor entre los solicitantes de asilo e inmigrantes acostumbrados a permanecer en libertad al tiempo que los jueces procesan 3,6 millones de casos atrasados, que suelen tardar años en resolverse. Ahora deben considerar si presentarse y posiblemente ser detenidos y deportados, o faltar a sus audiencias y perder sus oportunidades de permanecer en el país.
El procedimiento se ha vuelto familiar. Un juez concede la solicitud de un abogado del gobierno para desestimar los procedimientos de deportación. Momentos después, agentes —a menudo enmascarados— del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) arrestan a la persona en el pasillo e inicia un proceso rápido hacia su deportación, llamado “remoción expedita”.
El presidente Donald Trump amplió drásticamente la autoridad de vía rápida en enero, permitiendo a los agentes de inmigración deportar a alguien sin ver primero a un juez. Aunque las deportaciones rápidas pueden ser suspendidas al presentar una nueva solicitud de asilo, las personas pueden ser deportadas rápidamente si no pasan una evaluación inicial.
“La gente es más propensa a rendirse”
“Es un intento de desaparecer a las personas”, subrayó Jordan Cunnings, uno de los abogados que representan a inmigrantes buscando asilo y director legal de la organización sin fines de lucro Innovation Law Lab. “Si de pronto estás sujeto a esta horrible desaparición y no puede ponerse en contacto con su abogado, está lejos de amigos y familiares, está lejos de tu red de apoyo comunitario, es cuando la gente es más propensa a rendirse y no poder luchar por sus casos”.
El gobierno está “manipulando el sistema judicial de mala fe para luego iniciar procedimientos de remoción expedita”, denunció Isa Peña, directora de estrategia de Innovation Law Lab.
El Departamento de Seguridad Nacional, que supervisa al ICE, no respondió a preguntas sobre el número de casos desestimados desde el mes pasado y la cantidad de arrestos realizados en o cerca de las cortes de inmigración. Señaló en un comunicado que la mayoría de las personas que ingresaron a Estados Unidos sin autorización legal en los últimos dos años están sujetas a remociones expeditas.
“Si tiene una solicitud de miedo creíble válida, continuará en los procedimientos de inmigración, pero si no se encuentra una solicitud válida, los extranjeros estarán sujetos a una deportación rápida”, decía el comunicado.
La Oficina Ejecutiva de Revisión de Casos de Inmigración (EOIR, por sus siglas en inglés), una dependencia del Departamento de Justicia que administra las cortes de inmigración se negó a comentar a la prensa.
El ICE ha utilizado tácticas cada vez más agresivas en Los Ángeles y otros lugares mientras está bajo las órdenes de Stephen Miller, el subjefe de despacho, para aumentar los arrestos de inmigración a al menos 3.000 por día.
En Seattle, un hombre venezolano se sentó en una pequeña sala de espera, rodeado de otros que sostenían carpetas amarillas al tiempo que media docena de agentes del ICE enmascarados y vestidos de civil se alineaban en los pasillos.
Los manifestantes sostenían carteles en español y lanzaban insultos a los agentes, señalando que sus medidas son inmorales.El juez Kenneth Sogabe concedió la solicitud del gobierno para desestimar el caso de deportación del hombre venezolano, a pesar de sus objeciones de que él y su esposa enfrentaban amenazas de muerte en su país.
“Quiero que mi caso sea analizado y atendido. No estoy de acuerdo con que mi caso sea desestimado”, dijo el hombre a través de un intérprete. Sogabe, un exabogado del Departamento de Defensa que se convirtió en juez en 2021, le dijo al hombre que los abogados del Departamento de Seguridad Nacional podían desestimar un caso que presentaron, pero que él podía apelar dentro de los 30 días. También podía presentar una solicitud de asilo.
“Cuando me vaya, ¿ningún agente de inmigración puede detenerme, arrestarme?” preguntó el hombre. “No puedo responder a eso”, respondió el juez. “No tengo ninguna conexión con el brazo de ejecución”.