Por: Luis Manuel DE LA TEJA
En el Tercer Informe de Gobierno, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), lanzó un agradecimiento tan profundo que arrancó los aplausos muy sentidos de los ahí presentes; presumió que las remesas son el principal indicador de crecimiento económico, con un alza del 14 %, lo que permite a nuestro país mantener el consumo interno y además critica a la oposición “tengan para que aprendan”, dice a tecnócratas, sin reparar que a diferencia de sus antecesores, desde Miguel de la Madrid, hasta Enrique Peña Nieto: las remesas –siendo siempre relevantes- en particular para las familias involucradas, hoy día, tienen importancia macroeconómica.
Desde 1999, salvo en algunos años excepcionales, los dólares recibidos a través de inversión extranjera directa sobrepasaban los recibidos por remesas. Durante los dos últimos años, la situación se ha revertido. En 2018 se recibió casi lo mismo por ambos conceptos, pero en 2019 la situación fue otra. Las condiciones poco favorables para la inversión y el estancamiento económico del país ocasionaron que las remesas fueran 6.41% mayores que lo recibido en inversión extranjera directa.
Si tomamos como punto de partida las afirmaciones del propio AMLO: “Queremos que la gente no se vaya a los EU por necesidad, sino solo por gusto”. El incremento de las remesas, no es una política pública exitosa, sino la ausencia de ella. Por el contrario, no solo se mantienen los niveles de emigración de 400 mil mexicanos. Lo que cambio, fue el patrón migratorio; de “sin papeles” a documentados, “con visa”.
Este es el fracaso de la ausencia de políticas económicas y el costo irreparable de la pérdida de capital humano. Lo que glorifican, las administraciones federales es la señal más clara de la miopía en la creación de empleos.
Y sí, consideremos que, dada la estructura demográfica del país, desde 1995 y hasta 2025 es necesario crear un millón de empleos anuales, que es el número de jóvenes que se integran a la edad laboral por lo que a partir de 1995 se debieron haber creado 26 millones de empleos.
Pues bien, de acuerdo a datos del INEGI se crearon un total 10,004,615 de empleos con derecho habientes en el IMSS, de los cuales 8,761,981 fueron permanentes. Esto significa que existe un déficit laboral de 16.0 millones (26 millones menos 10 millones) de empleos formales entre 1995 y 2020. Claramente esto refleja una incapacidad del país para crearlos.
Desempeño de las remesas a otros países de América Latina y el Caribe sobrepasan al México
México no es el único país que ha registrado crecimientos importantes en sus ingresos por remesas. De hecho, si se compara con otros países en América Latina y el Caribe, estos aumentos son relativamente menores. Desde finales del año pasado y hasta la fecha se han observado incrementos significativos en el flujo de estos recursos hacia diversos países en América Latina y el Caribe. Entre los 5 países analizados en la región, México fue el que tuvo el menor crecimiento en el mes de mayo. En El Salvador y en Colombia las remesas tuvieron un incremento de más de 60%, mientras que en Guatemala y República Dominicana aumentaron en más de 45%.
Algo similar ocurrió en el pasado mes de abril, cuando en México se registró un aumento de casi 40% en el flujo de las remesas, el cual fue uno de sus mayores crecimientos registrados en los últimos años. En ese mismo mes, en El Salvador y en República Dominicana aumentaron más de 120%, en Colombia crecieron 94.1% y en Guatemala 78.3%.
La mayor demanda por mano de obra de migrante en Estados Unidos, principal país de destino de la migración en la región, es uno de los factores que han impulsado este crecimiento en las remesas. Esta mayor demanda se explica principalmente por dos razones:
1) La relativamente rápida recuperación de la economía estadounidense que se vio favorecida por agresivos programas de apoyo fiscal que contribuyeron a estimular y mantener el nivel de consumo de los hogares y a apoyar a las empresas y a los trabajadores; y
2) La relativa escasez de trabajadores en diversos sectores económicos observada a lo largo de 2021, lo que puede propiciar un ambiente más amigable hacia la mano de obra migrante tanto documentada como no documentada. Es posible que, ante esta escasez de mano de obra, las autoridades migratorias sean más laxas en la detención de la población migrante y permitan un mayor flujo hacia ese país. De igual forma, los empleadores se ven en la necesidad de cubrir estos puestos de trabajo, y ante la falta de mano de obra nativa, recurren a la de la población migrante, posiblemente, tanto documentada como no documentada.
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