En un giro político que recuerda sus primeras políticas comerciales como presidente, Donald Trump, en su segundo mandato iniciado en enero de 2025, ha reinstaurado una serie de aranceles sobre importaciones a 185 países y territorios; destacando a socios comerciales de gran importancia como China, México y la Unión Europea. A pesar de los argumentos de su administración sobre la necesidad de “proteger la industria estadounidense”, los efectos económicos comienzan a sentirse con fuerza en varios sectores del país.
La política empleada por el actual presidente de Estados Unidos ha sido bautizada como “Trump Tariffs 2.0” especialmente por sus detractores. Pero es que realmente es alarmante, porque el paquete arancelario es amplio y muy agresivo; por ejemplo, a China se le cargado aranceles de 145%; a los automóviles que se fabriquen fuera del país un 25% y el 20% en bienes agrícolas y alimenticios procedentes de Europa. Y aunque pareciera una verdadera “locura” como se dio a conocer el martes 22 del presente; aranceles hasta el 3521% a los paneles solares procedentes de Camboya, Malasia, Tailandia y Vietnam; según el Departamento de Comercio, estas naciones estarían ayudando a China a evadir impuestos mediante el desvío de productos.
Se dice pronto para precisar la magnitud de las consecuencias, que ocasionará la política arancelaria; la misma que nos está arrastrando a una guerra comercial. Dentro de los efectos notoriamente se dan en tres frentes: económicos, políticos y sociales dentro del país; así como respuesta internacional y represalias.
En materia económica, tenemos:
• La confianza del consumidor, indicador que ha venido de más a menos y por ende toca al principal motor de la economía del país como es el factor consumo. De acuerdo al reporte de la Universidad Michigan en abril se ubicó en 50,8 vs 54 estimado y 57 el dato del mes anterior.
• Las expectativas de la inflación se han visto incrementadas. JP Morgan pronostica que para fines de año la inflación alcanzará el 4,4%, frente el 2,8% actual.
• Menor crecimiento económico. Las estimaciones iniciales han tenido que ser reajustadas y no sólo para Estados Unidos; sino para la economía mundial. De acuerdo al más reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB del 2025 del planeta tan sólo logrará un crecimiento del 2,8%; reajustándose a su proyección dada en enero del 3,3%. Y para Estados Unidos dicho organismo reajusta a apenas el 1,7% del 2,7% que había sido su estimación anterior.
• La alarma de la recesión ha vuelto a la escena. Economistas de Goldam Sachs han elevado sus probabilidades del 35% al 45%; en tanto que JP Morgan sitúa sus posibilidades de recesión en un 60%. Por su parte el FMI eleva del 25% al 40% el riesgo de recesión culpando a la guerra arancelaria.
• La caída estrepitosa del mercado de valores, en especial la Bolsa de New York; cuyos principales índices como el Dow Jones, S&P 500 y Nasdaq han caído a mínimos; algo que no se veía desde hace buen tiempo y que de pronto rebotan por los cambiantes mensajes que da el presidente.
• El déficit comercial disparado en un 60% en el mes de febrero. Las importaciones crecieron con fuerza al acelerar las empresas las compras para evitar la subida de impuestos del presidente.
• El sector turismo se ha visto altamente afectado. En marzo los turistas internacionales descendieron en un 11,6% con respeto al año anterior. Los turistas canadienses que son el mayor grupo de turistas internacionales, en el mes de marzo cayó en un 32%.
• Por su parte la Organización Mundial del Comercio (OMC), ha dado a conocer que la subida de aranceles provocará una contracción del 1%del volumen de comercio internacional este año; equivalente a la baja de casi cuatro puntos porcentuales con respecto a proyecciones anteriores. América del Norte liderará el descenso, con exportaciones que podrían caer 12,6%.
Aranceles que perjudican al propio país del “Tío Sam”.