Hace un par semanas lo llame para que me concediera una hora de su tiempo y conversar acerca de cuáles serán sus nuevas funciones después de renunciar a su posición como representante Estatal por el Sexto Distrito. Como siempre, Edwin Vargas nunca dice que no y me dijo que cuando yo quisiera él sacaría el tiempo para mí de su apretada agenda. Me contagié de Covid y cancelé la cita. Después de dos semanas me puse a pensar si lo llamaba o espontáneamente escribía acerca de la gran persona y el prestigioso maestro el cual me honra con su amistad y protección. Esto es lo que me sale del corazón a la figura alta y elegante que en el cuerpo de un ser humano sus padres al nacer le llamaron Edwin Vargas.
Edwin nunca dice “no puedo” dice: “Deja ver que hago” y en verdad hace la diligencia. Nunca me dio la espalda cuando necesité su apoyo moral. Edwin apoya iniciativas comunitarias y siempre está presente donde se le llama. Edwin es el bohemio aventurero de esta ciudad que todos recordamos en las tardes de verano de la Casona o Costa del Sol.
Edwin es amante de la conversación entre amigos, un educador de primera línea y calidad. Cien por ciento defensor de los derechos humanos, guerrero en cualquier batalla en defensa de la clase trabajadora y magisterial. Describir la personalidad del Maestro es como querer comprarle un regalo al buen amigo que lo tiene todo…es muy complicado. Este no es un artículo para hablar de su vida pública; estas líneas son para decirle al Maestro Edwin lo mucho que le queremos y que estamos agradecidos de su existencia. Para decirle que en sus nuevas ocupaciones como maestro en la Universidad Central de Connecticut le deseo muchos éxitos y que no se olvide de nosotros lo que les queremos y que les deseamos larga vida y salud así como también a Silvia Vargas.
Mientras escribe este articulo me llego a la memoria esta canción del gran compositor, cantautor, actor y musico español Joan Manuel Serrat y con algunos arreglos a ti te la dedico. A ti que aún sigue con nosotros para bien de todos.
“Quizás porque su niñez sigue jugando en su Puerto Rico y escondido tras las casas, duerme su primer amor, llevando luz y olor donde quiera que valla. (Ella es Silvia Vargas).
Edwin lleva en su piel el sabor amargo de la lucha en las calles desde el Norte hasta el Sur de Hartford y a fuerza de desventuras su alma es blanca y oscura.
Le gusta la guitarra y el buen vino, tiene alma de niño.
A él se le respeta y se le quiere.
Si algún día para nuestro mal viene a buscarle la parca empujad al mar su barca con un levante otoñal y dejad que el temporal desguace sus alas blancas…. entre la playa y el Cielo”.
Sigue volando alto como vuelan los triunfadores como vuelan las reinas de las aves como se oye el rugido del rey de la selva.
Tomada de la canción “Mediterráneo”
Marzo 8, 2023