Richard “Randy” Cox demandó en una corte federal a la ciudad de New Haven y a cinco policías involucrados en un penoso incidente que le dejado paralitico de por vida, desde el cuello hasta toda la parte inferior del cuerpo.
Cox había sido arrestado en una fiesta en la calle Lilac en New Haven y porque éste tenía un arma de fuego dos policías decidieron su detención.
De acuerdo informes Cox habría puesto resistencia y fue esposado y transportado en un van de la policía sin cinturones de seguridad. Debido a un frenazo repentino del chofer llamado Oscar Diaz, el cuerpo del detenido fue azotado en contra del interior de metal del vehículo y sufrió severas lesiones en el cuello.
Diaz y la sargento Betsy Segul llamaron a una ambulancia, pero no la esperaron, violando así las pólizas del departamento de la policía.
A pesar de las exclamaciones de Cox de no sentir su cuerpo, la victima fue ingresada al cuartel de la policía con la ayuda de otros tres uniformados. Finalmente lo sentaron en una silla de ruedas y procedieron a llenar el protocolo de apresamiento. El herido fue ingresado a una celda.
Cox ha demandado por la suma de 100 millones de dólares por daños físicos irreversibles a la ciudad, a Oscar Diaz, a la sargento Betsy Segul, además de los policías Ronald Presley, Jocelyn Lavandier y Luis Rivera quienes le ingresaron al cuartel de la policía para después dejarlo en una celda.
R.J. Weber, el abogado de Cox manifestó que había un posible acuerdo entre su defendido y el departamento de la policía el cual podría llevar a una conferencia de convenio. La solicitud de un magistrado deberá ser decidida por un juez y una resolución podría tomar tiempo.
Mientras tanto la familia de la victima tiene dificultades para atender las múltiples necesidades de la victima que no puede llevar a cabo labores básicas de limpieza ni sustento debido a su invalidez. Cox estuvo hospitalizado en el hospital Gaylord de Wallingford, pero fue dado de alta porque de acuerdo a los doctores “la víctima requiere un alto nivel de cuido que el hospital no proporciona.”
Caso de Christopher Francisquini y nueva información de circunstancias
Posibilidades de que este sujeto de 31 años que estranguló a su hijita Camilla de once meses para luego desmembrarla en el sótano de la casa donde residía; pudiese estar afectado por problemas mentales lo cual daría nuevas perspectivas a su juicio por el infanticidio.
El sujeto compareció el pasado lunes en la Corte Superior de Waterbury con sus abogados quienes confrontarán un juicio en el que su defendido pudiese recibir una condena de prisión perpetua.
Sin embargo, se ha ido revelando como la niña no estaba suficientemente atendida en un hogar donde residía la abuela que trabajaba, y varios adultos que han dicho que el asesino escuchaba voces, tenía una conducta propensa a la violencia, y había amenazado de muerte a su padre. Francisquini tenía además un historial policial y debía llevar encima un brazalete GPS porque se encontraba bajo arresto domiciliario.
Evidencias de que había múltiples adultos en la casa donde se perpetró el cruel infanticidio demuestra un enorme grado de negligencia y en casos de infantes, es preferible que estos residan con sus madres.
¿Quién y como se decidieron las circunstancias de cuido de la infante? ¿Estuvo DCF involucrado en este caso?
Por ahora se confirma que los adultos que vivían en el hogar no intervinieron ni previnieron el asesinato de Camille y en algunas de sus declaraciones a la policía hay crasas contradicciones.
Todos estos hechos deberán ser considerados en Corte debido a la pregunta de si Camille de once meses estaba protegida de un padre delincuente, bajo arresto domiciliario y con problemas de salud mental.
Continua en Hartford ola de homicidios
Residentes en algunos vecindarios de la capital del estado afirman haber escuchado más tiros de armas de fuego comparado con años pasados.
En este año se han producido 38 homicidios y ha habido 92 casos de personas que han muerto por sobredosis de drogas. A estas estadísticas se agrega que ocho transeúntes han sido arrollados por vehículos.
El reverendo Aj Johnson, pastor de la congregación Urban Hope Refuge Church localizada en el norte de Hartford dice que los vecindarios comienzan a recuperarse del trauma de un asesinato, cuando suceden otros como el pasado miércoles, cuando cuatro personas fueron asesinadas en un lapso menor a las seis horas.
Dos hermanos de 19 y 20 años fueron baleados en la calle Barker, y otros dos cuando cruzaban la avenida Blue Hills. De acuerdo a la policía los tiros estaban claramente destinados a las víctimas en la modalidad utilizada por miembros de pandillas traficantes de drogas que disputan territorios.
Médicos psiquiatras del Institute of Living están alertando a los lideres de vecindarios donde los homicidios son habituales, que estos hechos crean un sentido de inseguridad colectiva porque las comunidades no sienten un sentido de seguridad básica que no exponga a los moradores a un permanente estado de intranquilidad, característico en situaciones de guerra o terrorismo.