NEW HAVEN.- La ceremonia de devolución de la escultura contó con la presencia del cónsul general de México en Boston con jurisdicción en Connecticut, Alberto Fierro, y el director de área de CBP en Boston, Julio Caravia, obra artesanal de arcilla que proviene del norte de México y estaba siendo comercializada en el mercado de subastas de antigüedades.
Durante la ceremonia el cónsul Alberto Fierro expreso como “muy a menudo escuchamos acerca de la importancia de la colaboración entre nuestros dos países en lo que respecta a seguridad, inmigración y comercio. Raramente escuchamos sobre los esfuerzos conjuntos que nos reúnen hoy en defensa del patrimonio cultural. “Julio Caravia declaró: “CBP no permanecerá ociosa mientras los contrabandistas intentan lucrar con el robo de la propiedad histórica y cultural de otros países”, subrayando que el organismo federal utilizará su autoridad en la frontera para identificar, recuperar y devolver estas valiosas antigüedades a su lugar correcto.
Michael Krol, agente especial del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en New England, describió la pieza arqueológica como “un objeto bellamente creado por un hábil artesano hace más de 600 años”.
En julio del 2016, la división de investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) recibió de México una solicitud bajo el Tratado de Asistencia Legal Mutua, relacionada con la recuperación de una propiedad reclamada como parte del patrimonio cultural mexicano, que fue sacada ilegalmente del país.
Entre los objetos reclamados se encontraba el pote de arcilla que ahora ha sido devuelto y que fue vendido en una subasta de Skinner Inc. en 2011. El comprador entregó el artículo a los agentes de DHS, y el Consulado General de México en Boston solicitó su devolución.
El cónsul Alberto Fierro señaló que “El actual secretario de Cultura en México ha promovido durante los últimos 5 años una campaña llamada “Mi patrimonio no está en venta, se ama y se defiende”, a través de la cual México ha logrado detener diversas subastas en diferentes países, incluyendo Estados Unidos, y repatriar objetos de nuestro patrimonio que fueron ilegalmente llevados al país donde estaban a punto de ser vendidos.