Recordada Tía:
Hace años en el pasado cercano me comuniqué con usted por otra consulta que tenía que ver con mi esposo que se crio en el campo de la Isla del Encanto y en su vocabulario incluía la palabra estogamo que en San Juan no se usa.
Una de nuestras hijas, Domitila, lleva ese nombre que le impuso mi esposo recordando a su mamá de Cidra, al cual para hacerlo más escuchable usamos Domita.
Ahora Domi está a punto de graduarse de enfermera y tiene un noviecito y planes de casarse. El muchacho quien se llama Ernesto es ya maestro de español en Hartford y fíjese usted que usa unas palabras que a nosotros nos desorientan y a veces nos corrige lo cual a mi esposo le ofende y lo describe como un “come…”
Un día Floridor, mi esposo dijo “Gueno, salgamos p’afuera que el care’ gallo está calentando.” Allí mismo Ernesto le corrigió diciendo. “Don Floridor no es necesario agregar “para afuera” porque al decir salir se implica que es dirigirse al exterior de una residencia o de uno mismo. Tampoco se dice “Car’e gallo” que es un modismo y es preferible usar la palabra sol.
Tía, Floridor se prende sobre todo cuando el otro día en que este tipo vino a almorzar, mi esposo dijo “ya no me cabe nada más en el estogamo porque estoy más lleno que una morcilla y menos mal que mi hija Domi es ya una norsa y me puede atender si es que me da el hipo.”
Ernesto enseguida le dijo, “Don Floridor, por lo general se dice ya estoy satisfecho que implica que su estómago ha asimilado el alimento. Además, es mejor decir que Donita se graduará de enfermera y no de norsa que es un barbarismo proveniente de la adaptación del inglés al español de la palabra nurse.”
Allí, Flori se paró y le dijo, “mira p’allá diechudo, a mí me importa un car… como se diga y pa’esto estoy en mi casa y hablo como me salga de los…” Dicho eso se fue al cuarto, no quiso volver, y mi hija de disculpó con Ernesto explicándole que era la forma como se hablaba montaña adentro en Puerto Rico.
Ernesto se despido diciéndome “Gracias por este excelente refrigerio y me siento contrito y alicaído por haber ofendido y agraviado a Don Floro.”
Yo no le entendí mucho y mi hijita que estaba muy avergonzada le dio un besito y le acompañó al driveway.
Ahora estamos en el problema de que Ernestito desea venir con su pai a pedir la manito de Domita, pero mi esposo me dijo que le dijera que le fuera a pedir la mano a la abuelita de su pai.
Tía, le pido por favor que me aconseje
Sinceramente,
Dolores de Cuebas Santiago
Queridas Dolores, ¡ayayay!
El conflicto en tu hogar es de tipo lingüístico cultural el cual se intensifica en los momentos en que se prevén para el próximo mes de septiembre ceremonias importantes como un compromiso y la boda…si es que no truena con rayos.
Pienso que la persona quien debe variar su tendencia a corregir como si estuviese en un salón de clases es Ernesto y es él quien debe adaptarse y aceptar y respetar la respetable cultura de la que proviene Don Florencio.
El hablar un correcto español depende de las circunstancias. Un maestro de este hermoso idioma que tiene menos vocablos que el inglés, debe hablarlo de un modo impecable ante sus alumnos o en alguna conferencia académica de expertos en el uso de la lengua.
Lo de las lecciones gratuitas que nadie le ha pedido, Ernesto las debe utilizar en los salones de clases o en la universidad, no con su ¡futuro suegro! don Floro quien con razón se enfogona mucho demasiado.
Tu hijita Domi tiene el poder de pararle al carrito a Ernesto para que cambie el tono arrogante y garboso que utiliza y se comunique de un modo natural con vuestra familia y así Don Floro podrá sentirse más cómodo para hablar a sus anchas y no montar en cólera.
También debemos recordar que palabras como norsa, furnitura, lonche, sanguche entre muchas otras, son adaptaciones de la lengua anglosajona al español que con el tiempo han sido aceptadas por la Real Academia Española de la Lengua, institución que cada año acepta nuevos vocablos, incluidos los tecnológicos.
Ernesto debe variar su actitud, relajarse y reconocer la importancia de las costumbres y adaptaciones lingüísticas. Este es el caso de la palabra “chupacabras” que inventó el comediante puertorriqueño Silverio Pérez para referirse a un animal que una señora en la Isla dijo que vio por la ventana una noche oscura, al cual nadie más ha visto y del cual dicen se alimentaba de la sangre de las cabritas. ¡Cómo la ves!
Gracias por tu consulta y que todo salga muy bien en la ceremonia del compromiso de Donita y Ernesto que Dios me los bendiga. ¡Ah! No te metas al agua si es que no sabes nadar y vigila a los niños.
Tía Julia