Estados Unidos se enfrenta a una preocupante crisis de techo de deuda. Recientemente, ha vuelto a ser un tema candente al acercarse la fecha límite para elevarlo. Si no se eleva el techo de la deuda, podría producirse un impago de la deuda estadounidense y una posible recesión económica. El gobierno se está quedando sin dinero para pagar sus facturas; y esto ha desencadenado un frenesí de debates y negociaciones mientras que la cámara de representantes y senado intentan encontrar una solución. La crisis del techo de deuda es una cuestión compleja que tiene implicaciones de gran alcance no sólo para la economía estadounidense, sino también para el sistema financiero mundial. En este artículo exploraremos ¿qué es? sus causas, consecuencias y posibles soluciones a este problema y porqué nos importa a todos.
El techo de la deuda es la cantidad máxima que el Congreso de EE. UU. permite al Tesoro estadounidense tomar prestado mediante la emisión de deuda pública, para costear las obligaciones aprobadas por los legisladores y el presidente debido a que el gobierno tiene un déficit presupuestario y no recauda suficientes ingresos. Es decir, gasta más de lo que recauda a través de impuestos y tarifas. El gobierno presta dinero, para cubrir la brecha de financiación y así pagar una gran variedad de programas y agencias federales, desde el ejército hasta el Seguro Social y Medicare para los jubilados.
Es el congreso quien establece el techo de deuda y la última vez que lo hizo, fue en diciembre de 2021. Fue creado en 1917 durante la Primera Guerra Mundial, por el Congreso a través de la Ley de Bonos de la Segunda Libertad. Ha sufrido más de 100 modificaciones desde la Segunda Guerra Mundial y 78 veces desde 1960; 49 bajo presidentes republicanos y 29 bajo presidentes demócratas. Dicho aumento, no garantiza que el gobierno vaya a tener nuevos compromisos de gasto. En la actualidad, el techo de deuda es de US$ 31,4 billones; alcanzado el 19 del pasado enero del año en curso.
Originariamente, este mecanismo fue creado para facilitar el endeudamiento del gobierno federal; algo que ha ido cambiando en las últimas décadas, porque el congreso lo usa con fines políticos convirtiéndose en un tema polémico.
Estados Unidos llega a una situación preocupante como ésta; prioritariamente porque sufre de un déficit presupuestario crónico, debido a sus políticas enfocadas en gastos militares y reducción de impuestos; sólo por mencionar tiene más de 700 bases militares en el mundo a las que debe atender. Además, son los incrementos de gasto en los programas de vejez y jubilación, la menor recaudación tributaria y las actividades federales relacionadas con la Gran Recesión y en respuesta a la pandemia COVID-19 han contribuido al aumento de los niveles de deuda. Y también, a que puede emitir deuda, sólo hasta donde ponga el límite el congreso a diferencia de otros países.
Personalmente considero una imposibilidad, por dos razones principalmente: porque nunca en la historia de Estados Unidos ha ocurrido; y la segunda es porque primará la mesura por parte de la cámara de representantes (controlada por republicanos) y el senado (controlado por los demócratas); a fin de evitar una catástrofe económica sin precedentes que desencadene una crisis nacional con severas repercusiones en la economía global. No obstante, esbozaré algunas consecuencias asumiendo hipotéticamente de llegar a una situación así.
De no elevarse el techo de la deuda; USA entraría en una condición de impago (default), es decir que el gobierno no podría pagar sus cuentas. Se estaría frente a un desastre económico autoinfligido. Los funcionarios públicos quedarían afectados, militares, personal de servicio, etc.; porque dejarían de cobrar. También se dejará sentir sus efectos negativos en el sector social y sanitario. La siguiente amortización de intereses de deuda del país quedaría impaga. Las calificadoras de riesgo rebajarían la calificación crediticia en la que se encuentra, como sucedió en 2011 en la gestión del presidente Obama, que Standard and Poor’s rebajó el rating AAA. Produciría subidas en las rentabilidades de activos de renta fija al tiempo que caerían las bolsas y posiblemente se depreciaría el dólar. Además, el caos financiero y la incertidumbre llevarían a una contracción del consumo y la inversión y una caída del crédito, lo que probablemente llevaría a una recesión. Internacionalmente, desestabilizaría los mercados financieros generando una recesión global y el papel hegemónico del dólar entraría en serios cuestionamientos.
Estados Unidos debe optar por reorganizar sus partidas de gasto y acelerar su recaudación fiscal vía impuestos y tarifas, para evitar estos aprietos en el futuro.
¿Qué consideraban los estadounidenses sobre el tema? Una encuesta de CNN realizada por SSRS días atrás; dio a conocer que el 84 % quería que se eleve dicho techo. Apenas un 15 % señaló que el congreso no debería aprobarlo por ninguna razón. El 60 % estaba de acuerdo en que se eleve el techo de deuda, pero a la vez haya recortes en el gasto.
Al cierre de esta edición, conocemos que se ha dado lo que esperábamos. El presidente Joe Biden, firmó el acuerdo al que arribó el congreso para elevar el techo de deuda hasta 2025, el día sábado 03 del presente mes. Decisiones y actos que dan un respiro y tranquilidad a los estadounidenses y en general al mundo entero.