A solamente ocho semanas de las elecciones generales del martes siete de noviembre, los resultados en la Convención del Comité del Pueblo Demócrata del pasado mes de julio y la reciente elección primaria demócrata de este pasado martes 12 de septiembre dieron por segunda vez la victoria a un candidato que llegó a Hartford desde California y se estableció en la ciudad capital.
Los resultados de las dos primeras pruebas electorales que ha pasado Arunan Arulampalam sorprendieron y con razón, a los círculos políticos tradicionales. En la Convención Demócrata logra los votos de 46 delegados superando a Eric Coleman que consiguió solamente 10 y a John Fonfarra apoyado por 21 delegados.
En esta segunda prueba y ahora con el voto directo de los residentes demócratas, llegó el segundo sentimiento de asombro. En cómputos aun extraoficiales, Arulampalam consigue un 40% de los votos directos, Coleman logra un 30.5% y John Fonfarra baja a un tercer lugar con un 29.9%
Estas han sido las dos primeras etapas de un combativo proceso en el cual el partido demócrata ha auspiciado foros y debates donde los vecinos han conocido a los candidatos, han tenido la oportunidad de hacerles preguntas y plantearle sus problemas en las áreas de la creciente criminalidad en la ciudad capital, el grave problema de vivienda agravado por un creciente número de personas viviendo en albergues de emergencia y refugios de las cuales un 40% no son de la ciudad, y finalmente la creciente insatisfacción acerca del funcionamiento del decaído sistema escolar.
Los periódicos hemos informado acerca de la visión de los candidatos hacia la ciudad capital y del futuro alcalde que se enfrentará a problemas no fáciles de resolver y al parecer no hay recetas mágicas a corto plazo. Debiera ser la primera prioridad, ¿el problema del crimen, la crisis de vivienda, o la educación de nuestros jóvenes?
Por ahora, Arunan ya no es un desconocido y con sus dos victorias ha recibido dos importantes y significativos respaldos que aunque simbólicos, llaman la atención de los electores porque el abrazo de Luke Bronin cuando Arunan triunfa en la Convención demócrata y la presentación que le hizo al triunfante Arulampalam el gobernador Ned Lamont en una celebración de su triunfo diciendo que reconoció la labor del candidato para la ciudad pronosticando que este sería “un gran alcalde y que espera trabajar cercanamente con él, son dos bendiciones que impresionan al electorado que regresará a los comicios del martes 7 de noviembre.
De acuerdo a encuestas efectuadas a la salida de los recintos electorales, quienes votaron este pasado martes por el candidato victorioso dicen estar impresionados por la edad de Arunan que tiene 37 años comparada con los 67 de John Fonfarra y los 73 de Eric Coleman. También crean un lazo de simpatía de electores latinos y afroamericanos el hecho de que de los tres candidatos sea el único casado con cinco hijos, y cuatro de los cuales asisten a escuelas en el sistema escolar de la ciudad. Todos reconocen que la idea de rescatar edificios abandonados o semidestruidos para convertirlos en propiedad de los que no la tienen es novedosa.
El endoso del alcalde Luke Bronin tuvo importancia y significo un bautizo político que sería refrendado por las palabras de felicitaciones del gobernador del mismo gobernador Ned Lamont que sabe como funciona Arulampalam en tareas públicas porque fue uno de sus comisionados.
El dinero de campaña ha sido un factor importante en las pasadas pruebas y lo serán en las próximas ocho semanas. Arunán ha recibido donaciones que ascienden a la suma de $434,254 dólares, Eric Coleman ha conseguido entre un préstamo bancario de $80,000 dólares y donaciones la cantidad de $136,000. Finalmente, John Fonfarra ha recolectado $430,613 dólares.
¿Cómo se han invertido estas donaciones?
John Fonfarra comenzó sus anuncios por televisión y cadenas noticiosas antes de la Convención demócrata de julio en CNN, MSNBC, Telemundo y Univisión las que sus críticos consideran ineficaces tanto en los mensajes como en el hecho de que se han transmitido a lugares como Cheshire y Tolland donde no hay votantes de Hartford. El candidato ha dicho que en su trabajo y el de sus trabajadores de campaña “puerta a puerta,” estos aseguran haberle visto en lo que se ha calificado como un “bombardeo publicitario” que continuará.
La estrategia publicitaria de Arulampalam ha sido diferente porque lanzó sus arremetidas comerciales en las dos semanas previas a la elección del martes pasado resaltando ser un padre de familia con su esposa Liza y sus cinco hijos, cuatro de los cuales asisten a las escuelas de Hartford y derrochando una nota de energía, optimismo y confianza.
Coleman simplemente no ha utilizado la poderosa televisión diciendo que ha encontrado mejores maneras de invertir su dinero de campana. Sea cual haya sido su táctica, ésta pareciera ser exitosa ya que igualó en las elecciones del pasado martes al mismo John Fonfarra.
En las próximas ocho semanas se observarán los esfuerzos finales de las respectivas campañas en los 22 distritos de Hartford, pero en la célula electoral no estarán los nombres de solamente los tres candidatos, sino que se agregarán otros tres, gracias al sistema democrático. ¿Tendrá esto un significado en los resultados?
Arunán se enfrenta a dos rivales con experiencia en campañas electorales y Eric Coleman se precia de haber sido el ganador en 18 elecciones previas y John Fonfarra ha servido en la legislatura por 37 años participando decenas de campañas, aunque la carrera para el puesto de alcalde exige contactos con electores en toda la ciudad y no solamente en el ámbito legislativo.
En un hipotético triunfo del candidato Arunán Arulampalam el martes 7 de noviembre se podría teorizar diciendo que en una ciudad con tantos problemas que serán difíciles de resolver y que requerirá de un esfuerzo enorme del alcalde de 37 años, recientemente residente en Hartford, pero política y laboralmente activo, la actual generación busca políticos jóvenes que pudieran romper con las acostumbradas prácticas políticas a nivel nacional donde dos de los posibles candidatos presidenciales bordean ya los 80 años.
Otros teorizan que lo que sucede en Hartford es la necesidad en USA de un definitivo traspaso del poder político y financiero a alguien distinto, joven, carismático, eficiente y con contactos tantos demócratas como republicanos.