“Los hombres una y mil veces han caído en la trampa de los ambiciosos, seducidos por los cantos de sirena, no han logrado descubrir que detrás de esos espejismos se encuentran los mismísimos abismos del infierno”
La crisis en Puerto Rico no parece tener fin, deteriorándose a pasos agigantados. El poder está en manos de unos enardecidos cavernícolas: fundamentalistas religiosos y políticos corruptos, todos dispuestos a imponer, a cualquier precio, sus disparatados criterios. Estos personajes, queriendo adueñarse de los valores de nuestra sociedad, sedientos de un poder ilimitado sin importarle la humanidad, pretenden destruir dignidades, costumbres y cultura.
No se trata de otro sangriento conflicto, ahora la barbarie cristiana, dictatorial y derechista, convenientemente ha invadido y se ha apoderado de los recintos legislativos, judiciales y ejecutivos de nuestros gobiernos, pretendiendo escribir las reglas de conducta a nuestra nación. Esa imposición de estos aberrantes desertores de los procesos democráticos obliga a advertir las funestas consecuencias ante sus atentados de destruir los derechos civiles ya alcanzados. Recientemente una decisión de la corte suprema de los EUA permitiendo a los estados regular el aborto en la nación estadounidense, revocando el derecho de la mujer a decidir a someterse a un aborto (en Puerto Rico hasta el presente, no se viola la ley al hacerse un aborto) pero provoca y amenaza que un minúsculo grupo de energúmenos conservadores, intimiden a políticos de los dos partidos tradicionales (que tienen mayoría en el proceso legislativo) a tomar posiciones iguales o peores respecto a los derechos civiles de la población puertorriqueña.
Recientemente una legisladora radicó un proyecto de ley en que una mujer que aborte podría ser condenada a 99 años de prisión. Esta legisladora (fundamentalista cristiana), poseída por una mente siniestra, desenfocada, llena de odio para con sus semejantes, retiro afortunadamente el dichoso proyecto de ley ante el furor creado. Pocos días atrás un joven en una entrevista televisada, insinuó, entre sonrisas, que los embriones podrían estar sujetos a ser cortados en pedazos en el vientre de la madre por médicos que intentaban facilitar un aborto. Cualquier individuo que su fanatismo lo lleve a llegar a esas repugnantes y falsas conclusiones tiene que ser condenado por todos.
José Luis Dalmau, presidente del Senado de Puerto Rico y del Partido Popular en la Isla en un exabrupto digno de un troglodita, declaro que la mujer que se someta a un aborto era una asesina. Palabras con luz. Una figura pública que se exprese así no se merece el respeto de nadie, aunque dudo que él se respete a sí mismo.
Consecuencias
La decisión de un Tribunal Supremo (EUA) revocando el derecho al aborto abre las puertas a revocar otros derechos alcanzados por los estadounidenses y puertorriqueños, luego de largas luchas para alcanzar estos derechos. Clarence Thomas, uno de los jueces de dicho tribunal dijo que después del aborto habrá más(cambios), tales como reexaminar el derecho de las parejas de adquirir métodos anticonceptivos, la prohibición de relaciones sexuales entre hombres y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Una de las razones esgrimidas por los jueces del Supremo es que esto no está contemplado en la constitución de los EUA. Tampoco está en la constitución el derecho a una educación, pero si el derecho a portar armas.
¿QUIENES SOMOS Y DE QUÉ ESTAMOS HECHOS?
Cuántas veces me he preguntado: ¿qué somos y de qué estamos hechos? No han sido pocas las ocasiones que he buscado la respuesta a esa importante interrogante para mí y no la he encontrado.
He compartido con algunos compatriotas míos y estamos de acuerdo que la crisis nuestra, con sobrada razón se ha convertido en el centro del universo,
Las respuestas, aunque no sean totalmente satisfactorias, nos deben poner a pensar sobre la gravedad del asunto. No hay duda de que nos exponemos a escuchar comentarios diferentes y contradictorios: unos alejados de la realidad, otros desvinculados de lo que nos rodea y otros que sin perspectiva histórica alguna pueda resumir un análisis inteligente del tema.
Aquí no hay margen a especulaciones.
¿Pero qué somos y de qué estamos hechos que tenemos que acomodar al que nos ofende?
¿Por qué tenemos que eludir la responsabilidad de indicar la verdad sin subterfugio alguno? ¿Por qué tenemos que guardar silencio ante los desmadres que otros cometen en nuestro nombre? ¿Por qué tenemos que respetar a quien no respeta y en forma criminal continúa ejerciendo poderes que ponen en riesgo nuestra propia vida?
¿Estaremos destinados a ser los tontos útiles, víctimas de toda clase de sabandija que se acerque a nuestras costas? ¿Será que no podemos valernos por nosotros mismos? Aunque nuestras habilidades y capacidades ya están comprobadas, siempre optamos por alquilarnos como lastimosos arrimados, incapaces de tomar en nuestras manos nuestro propio destino.
¿De qué estamos hechos, que permitimos en cómplice silencio que los mismos usureros y estafadores responsables de la peor crisis económica y moral continúen dándonos pautas y dirigiendo nuestras instituciones?
¿Quiénes somos y de qué estamos hechos cuando mansamente le rendimos culto y respeto a los irrespetuosos, arrogantes, homofóbicos, misóginos, xenófobos o simplemente embaucadores y embusteros que deambulan en nuestra sociedad y nos tratan como si fuéramos unos pobres diablos?
¿Qué somos y de qué estamos hechos cuando permitimos que los mal llamados religiosos nos traten de imponer caprichosamente sus criterios violentando el más elemental mandamiento de amarse los unos a los otros? Esos autoproclamados líderes religiosos cabalgando sobre una hipócrita rectitud moral se oponen al aborto, pero contrario “al no matarás”, descargan su violenta ferocidad a cuanta persona que no piensen como ellos con el agravante cuando uno escucha a estos modernos fariseos mentir, tratando de imponer tergiversados alegatos, engañando a nuestro pueblo, manipulando su inocencia.