Hay miles de preguntas que nos hacemos, pero seguimos sin encontrar una respuesta. Muchos anhelos se quedaron en el olvido mientras crecíamos, aquellos sueños que invadían nuestras mentes y corazones se desvanecieron con el paso del tiempo, todos aquellos anhelos desaparecieron, y solo quedó un adulto atrapado en las frustraciones de la rutina cotidiana.
Muchas veces la vida se torna en un mar de sin sabores, tal parece un montón de chatarra acumulada que ya no nos permite avanzar, mientras caminamos en la vereda del confort, cargando el pesado equipaje de nuestras preocupaciones y ansiedades, proyectos inconclusos, y si eso fuera poco, los problemas familiares que llegan como bomba atómica que explota sin pedirnos permiso, contaminando todo a nuestro alrededor, deshaciendo todo a su paso, dejándonos moribundos y sin esperanza.
Los problemas económicos tocan a la puerta e invaden nuestro hogar como una nube espantosa; tratamos por diferentes medios de salir adelante, pero entre más lo intentamos, más nos hundimos. Las exigencias de la sociedad cada vez son mayores; el dinero no alcanza, los hijos crecen y demandan más, las puertas de las oportunidades parece que nunca se abrirán, mientras sientes que mueres a pausas.
Pero, la manera en que definas la vida determina tu destino. Tu manera de ver las cosas influirá en cómo empleas tu tiempo, tu dinero, tus talentos y cómo valoras tus relaciones. Hay tantas preguntas como tantas respuestas que varían una de la otra, pero que en realidad no cuentan con la solución para tus problemas.
Muchas veces escuchamos que la vida es un círculo; una amiga decía, «La vida es una tómbola», y siempre repetía esa frase que se incrustaba en mi mente, mientras yo luchaba por mis sueños sin tener ningún éxito, sus palabras seguían sonando como eco dentro de mí.
La gente afirma que la vida es un campo de batalla, un rompecabezas que debes de armar cada pieza en su lugar, una sinfonía, un viaje, o quizá, un baile. La vida es una montaña rusa, unas veces estas arriba y otras abajo, y a veces das vueltas y vueltas sin detenerte. La vida es como una bicicleta de diez velocidades, y algunas de ellas, nunca las usas…
Pero independientemente de lo que la gente diga, la vida va más allá de toda creencia, ya que, en medio de todo, hay un propósito para tu vida, el cual determina tu destino. Cuando conectamos nuestra mente, alma y espíritu, y dibujamos la razón de nuestra existencia, encontramos que va mucho más allá de todo lo que nuestros ojos puedan ver y percibir.
La gente expresa a menudo la perspectiva de sus vidas en la forma de vestir, los automóviles, los peinados, los adhesivos en los parachoques e incluso los tatuajes. Tu perspectiva silente influye en tu vivir más de lo que te imaginas. Ella determina tus expectativas, tus valores, tus relaciones, tus metas y tus prioridades.
Por ejemplo, si crees que la vida es una parranda, entonces tu valor primordial en la vida será pasarla bien. Si ves la vida como una carrera, le darás valor a la velocidad y es posible que siempre andes de prisa. Si ves la vida como un maratón, la perseverancia será valiosa para ti; y si la ves como un deporte o una batalla, entonces, ganar será muy importante.
Es muy posible que mires tu vida con una imagen errónea. Para poder cumplir los propósitos por el cual naciste, tendrás que cuestionar la sabiduría común y mirar más allá del horizonte, enfocarte en tu espíritu, donde gobierna la verdad que sobre pasa todo entendimiento.
Una vez que comprendes que la vida es mas que vivir aquí y ahora, comienzas a vivir de una manera diferente. Cuando vives a la luz de los propósitos incrustados dentro de tu ser, cuando te mueves sin perder el Norte y disfrutas a cada instante el regalo y la dicha de vivir, tus valores cambian, y eso te da la pauta de como manejar toda relación, tarea y circunstancia.
Muchas de las actividades, metas e incluso problemas que parecían importantes se tornaran triviales, pequeños e insignificantes, como para que les prestes atención. Cuanto más te valores a ti mismo y puedas conocer tu interior, más pequeñas se ven los problemas de la vida.
Tus valores cambian cuando vives bajo la luz y la claridad de tu ser. Haces uso de tu dinero y tu tiempo de una forma sabia. Le das valor mucho más alto a las relaciones y el carácter, que, a la fama, la fortuna o los logros.
Recuerda que, sin un propósito claro, seguirás cambiando de dirección, de trabajo, de relaciones y muchas cosas más, esperando que cada cambio pueda resolver la confusión o llenar el vacío de tu corazón.
No hay nada mas impactante que una vida centrada, vivida con propósito. Los hombres y mujeres que han causado mayor impacto en la historia han sido personas con un enfoque bien definido. Encuentra tu propósito, y encontraras un tesoro invaluable para tu vida.