DANBURY.- La presencia del padre Harry Prieto que pertenece a la iglesia de Saint Mary del poblado de Bethel a pocos minutos de la iglesia de Saint Peter, ubicada en la Main Street, en el área histórica de la ciudad, fue la garantía para que en este templo también se celebre la Semana Santa en español, tanto como las confesiones, liturgia del Viernes Santo y la misa del domingo de Ramos, Jueves Santo y la de la Pascua de Resurrección.
En la iglesia de Saint Peter que está en pleno centro de la ciudad, Delani Africane, de ascendencia salvadoreña, de once años, fue una de las servidoras del Altar (monaguillo) que ayudó a los fieles a encender las velas en la ceremonia de la Vigilia Pascual; entre ellos a Ofelia Bruno, nacida en Veracruz, con más de veinte años de acudir a la iglesia y en sus palabras: “para renovar su fe y su amor a Cristo”.
Acompañamiento que lo hizo durante la Semana Santa en la ceremonia del Jueves Santo con la renovación del sacerdocio, la del Viernes Santo con la Adoración de la Cruz, el sábado en la Vigilia Pascual de la luz y el domingo en la misa en español de la 5:0PM en la Pascua de Resurrección.
El Viernes Santo, en la ceremonia de conmemoración de la muerte de Jesús, el Padre Harry Prieto, que vino ayudar desde la parroquia de Saint Mary de Bethel, reflexionó sobre cómo Jesús siendo el hijo de Dios cumplió su misión en el mundo quien no fue excepto de la traición por parte de Judas o de ser negado por Pedro; reflexión hecha con el fin de entender de quién fue Jesús, porque cargó la cruz hacia el calvario por el sufrimiento de todos y cómo fue un sacerdote que no hizo sacrificios de animales, sino que se sacrificó asimismo inmolando su vida por la humanidad.
Reflexión que el domingo de Gloria, en cambio, fue diligente para explicar que sin la resurrección no hay vida. El mismo Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25) y esa es la garantía para que los creyentes sepan que luego de la muerte hay una vida eterna.
En su mensaje a sus fieles el Padre Gregg Mecca, párroco superior de la iglesia de Saint Peter (San Pedro) dijo: “El Señor ha resucitado de entre los muertos, levantándonos a nosotros. La Cuaresma han terminado y hemos fortalecido nuestros votos bautismales de renunciar al pecado…”.
Además dio la bienvenida a la plena comunión con la iglesia a tres nuevos miembros de la parroquia de origen hispano, quienes estudiaron durante este año y fueron presentados para recibir el sacramento de la Eucaristía (primera comunión) y la Confirmación.
Carolin Rodríguez, Franklin Paccha, y René Yanza, fueron presentados como tres jóvenes aspirantes a recibir la Primera Comunión y Confirmación, quienes recibieron su instrucción bajo el programa de catequesis en español para adultos conocido como RCIA, teniendo como maestro a Álvaro Tovar, un joven colombiano que trabaja voluntariamente preparando a niños y adultos para que reciban los sacramentos. Ceremonia que se realizará el día de Pentecostés.
En el boletín semanal el Padre Gregg habló de cómo San Gregorio de Nacianceno (ca. 329-390) compuso un sermón de Pascua en el que contrasta al ser humano con el Señor y escribió: “Hagámonos como Cristo, ya que Cristo se hizo como nosotros. Hagámonos de Dios por Él, ya que Él por nosotros se hizo Hombre… Él fue deshonrado para poder glorificarnos; Él murió para poder salvar a nosotros; ascendió para atraer hacia sí a nosotros…
Aunque el obispo Frank Caggiano ha pedido a la Diócesis que se haga un censo dos veces por año para saber exactamente cómo y de dónde vienen los feligreses a la Diócesis de Bridgeport, el P. Gregg acepta que es difícil tener un número puntual de miembros, porque la iglesia cuenta con una población flotante del poblado de Bethel y de fieles que acuden a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe; además de un aumento constante de nuevos inmigrantes que cruzan a diario la frontera y llegan a Connecticut.
“Creo que cada fin de semana tenemos en las misas y ceremonias religiosas un promedio de 900 personas. La mayor parte de miembros de la comunidad son de Ecuador y hemos notado que después de la pandemia hay nuevos fieles que también vienen de este país”, dijo el P. Gregg.
Por eso, una de las preocupaciones y medidas que está tomando la iglesia a la hora de dictar los cursos para padrinos de los sacramentos es asegurarse que sean personas que profesen la fe católica y que estén cercanos a sus ahijados porque se convierten en modelos a seguir.