¿Qué pasará entonces con los sistemas de ciudades grandes?
Una semana antes de que el gobernador presente su presupuesto anual, éste aseguró a los alcaldes de los sistemas escolares pequeños que ha programado millones de dólares para ayudar a cubrir los elevados y crecientes costo de educación especial.
Lamont aseguró a los 270 alcaldes del Concilio de Pequeños Pueblos que el dinero que propone para ellos les ayudará a proveer un balance en sus presupuestos para el año escolar 2025-2026.
“Enviar a estudiantes con necesidades especiales a otras ciudades o pueblos cuesta $140,000 al año lo cual no es positivo para los niños ni tampoco para el presupuesto de vuestros pueblos,” dijo la primera autoridad.
Para Connecticut el lidiar con la educación de unos 90,000 niños y jóvenes con necesidades especiales significa una lógica preocupación financiera porque requieren de educadores con conocimientos en estudiantes afectados por deficiencias de aprendizaje, problemas del habla, un creciente caso de estudiantes afectados por autismo, otros con dificultades físicas y lo que implica un mayor obstáculo para los educadores, aquellos niños o jóvenes con severos problemas de conducta.
Así lo dejo entrever la alcaldesa Dionna Carlson de New Canaan quien si bien hay estudiantes a los que pueden responder los pueblecitos con los recursos actuales, hay otros que interrumpen a los maestros e impiden que otros pupilos aprendan.
Curioso es este concilio de alcaldes de pueblos pequeños y suburbanos en un gran porcentaje de áreas con familias acaudaladas o capaces de lidiar con los fondos para educación especial.
A modo de ejemplo si se compara los pueblos suburbanos de Avon, Simsbury, Farmington con Hartford o New Britain, los ingresos de sus habitantes son muy superiores a centros urbanos como Bridgeport, New Haven, Meriden, y Waterbury.
En la reunión de esos alcaldes afiliados al Concilio de Pueblos Pequeños se encontraban, por supuesto representantes del pueblito de Darien donde el promedio de ingreso por familia es de $251,200 dólares al año, South Port con un promedio de ingreso económico por familia de $310,831 dólares y casos semejantes en los pueblos de Old Greenwich, Wesport, Fairfield, Weston, Riverside, New Canann, Wilton, Cos Cob, Groton Long Point y Madison entre otros.
Lo que ha sucedido tradicionalmente cuando llega el momento de lidiar con la distribución de fondos para la educación en Connecticut, estos representantes de pueblos acaudalados exigen del gobierno estatal más dinero privando así a otros de más recursos para las necesidades de los centros urbanos.
A modo de ejemplo, Hartford, la capital del estado ya empobrecida donde el 80% de sus habitantes alquilan sus viviendas y los impuestos los pagan los pocos dueños de edificios, el sistema escolar debe afrontar los gastos de educación de un 17.1% de niños y jóvenes afectados por discapacidades. De este porcentaje, más de la mitad son a los que los demógrafos llaman “estudiantes de color” es decir afroamericanos, latinos y puertorriqueños.
Este sistema escolar, a diferencia de los pueblos chiquitos, pero acaudalados, debe proveer educación a 16,500 estudiantes entre los grados PK a 12 que se distribuyen en 39 escuelas, 18 de ellas magnetos.
A estas escuelas magneto llegan estudiantes de los “pueblitos” y en muchos casos, los niños o jóvenes con discapacidades son enviados a los sistemas de centros urbanos porque los padres no desean dar a conocer en sus vecindarios las incapacidades intelectuales, físicas o mentales de sus hijos.
Hartford ha sido un ejemplo.
Ahora, con el peligroso instructivo del presidente Donald John Trump de eliminar el Departamento de Educación, los estados deberán de acuerdo a lo que ha dicho cuando firma y firma decretos, enfrentar por si solos los gastos presupuestarios en educación, una catástrofe para aquellos que como Connecticut proveen albergue a una gran mayoría de población “de color.”
El Gobernador Lamont y Miguel Cardona, ex ministro del Departamento de Educación de los Estados Unidos, tendrán la tarea de convencer a los pueblos suburbanos a compartir fondos, cuestión difícil políticamente debido al avance republicano en las elecciones donde personajes como la alcaldesa Eric Stewart de New Britain, ha anunciado su candidatura para gobernadora.
Recordemos que para Trump y su equipo de ministros billonarios, los ciudadanos de color no acaudalados, no somos su prioridad y no habrá compasión.