Médico judío sobrevivió persecución en Alemania
En el contexto de la “Solución Final,” declarada por Adolf Hitler con la asesoría de Himmler, la cantidad de 10 millones, cuatrocientos treinta y un mil, quinientos sesenta y nueve judíos en Europa fueron asesinados en Europa en la Europa controlada por los Nazis.
Las víctimas fueron enviadas a campos de concentración, ejecutados a tiros de una manera sumaria, o ahogados por gases, antes y durante la Segunda Gran Guerra Mundial que se desarrolló entre 1939 y 1945. El número de víctimas incluye mujeres, niños, jóvenes, hombres y adultos mayores.
El odio racial tenía raíces en Alemania porque se acusaba a los judíos de haber “asesinado a Cristo,” o por las increíbles y manipuladas teorías de que la raza aria era superior y merecía más espacio vital para su desarrollo como raza escogida.
De este modo el ataque del ejército alemán en contra de Polonia y posteriormente el asalto por sorpresa en contra de la Unión Soviética tuvo como motivación el exterminio de razas consideradas por Hitler y sus filósofos como inferiores, para de esta manera poblar esos territorios con familias alemanas arias.
Sin embargo, aun cuando algunos médicos judíos lograron sobrevivir la persecución, hubo uno de ellos que se enfrentó a los esbirros de la Gestapo y al cual Hitler y sus cercanos subalternos permitieron continuar con vida.
La historia comenzó cuando ya antes de la guerra se había fundado el Instituto Kaiser Wilhelm para el Estudios de Células Cancerosas. Todo aquellos médicos e investigadores debían firmar una declaración de provenir de la raza aria por la vía de ambos progenitores, oscuro concepto que en la actualidad y después de investigaciones, no resiste un análisis científico serio.
Sin embargo, hubo alguien que jamás firmó la declaración enviada por la Gestapo y ese fue el director del Instituto llamado Otto Warburg que había recibido el Premio Nobel por sus descubrimientos como bioquímico. La madre del científico no era judía, pero bastaba que uno de los abuelos si lo fuera para no pasar el cedazo del control racial.
En múltiples ocasiones agentes de la Gestapo visitaron al director del Instituto trayendo el formulario de declaración de “raza,” pero este negó a hacerlo despidiendo de un modo rudo a los fatídicos uniformados agentes.
Además de tener ancestro judío, Otto Warburg tenía también una estable y conocida relación homosexual con su chofer lo cual hacia más precaria su supervivencia en una sociedad racista y homofóbica.
¿Qué lo libro de la persecución nazi?
La madre de Adolf Hitler quien tenía por ella una marcada adoración había fallecido de cáncer a las mamas produciendo una tremenda devastación emocional en el futuro líder nazi a quien le interesaron los estudios de científicos como Warburg para combatir el alto índice de cáncer que espantaba a Alemania.
Las investigaciones del Instituto en el cual el médico judío era director le permitieron escapar de las indagaciones y acusaciones de la Gestapo protegiéndole casi hasta el final de la guerra de ser enviado a un campo de concentración y la muerte.
Warburg que relacionó el metabolismo humano y la alimentación con el cáncer, mucho antes de que los estudios de DNA descubrieran la variable genética en la aparición de la enfermedad; sobrevivió el periodo de persecución nazi y logró permanecer activo en sus investigaciones hasta los 85 años, falleciendo en julio de 1970 por un coágulo de sangre en una pierna que se extendió por su cuerpo.
Murió convencido que tarde o temprano descubriría los orígenes del cáncer.
Alcohol envenenado en USA
Fue la época en la que los Estados Unidos declara la prohibición en la venta y consumo del alcohol. A mediados de la década de los años veinte y debido a que los ciudadanos conseguían clandestinamente alcohol, autoridades del gobierno decidieron usar formas para contaminar el alcohol usando aditivos que producían mal sabor. Con esto las autoridades esperaban hacer más efectiva la ley que prohibía beber.
Así, nuevos agregados fueron realmente tóxicos para el organismo humano y su mal sabor se compensaba con tragos donde a las bebidas se les agregaban frutas.
La idea de envenenar el alcohol tuvo detractores tales como el senador Edward I. Edwards que llamó a las técnicas de envenenamiento un “crimen legalizado.” Sin embargo, Seymour M. Lowman, Asistente al secretario del tesoro a cargo de la Prohibición declaró que, si el envenenamiento ayudaba a crear una América sin bebedores de alcohol, el trabajo era objeto de admiración. De este modo unas 10,000 personas murieron debido a la fatídica técnica de