Fieles se quejan del Arzobispado, pero no hay respuestas
HARTFORD.- En los momentos en que se requieren más templos religiosos abiertos a la feligresía y en un periodo de profunda confusión social, espiritual y política, el Arzobispado de Hartford acusó sin base legal al Rev. Charles Jacob de acusaciones de robos que éste “habría cometido con donaciones en las colectas.”
Estas imputaciones llevaron a la feligresía de la Iglesia situada entre el centro de Hartford y las calles adyacentes a llevar a cabo demostraciones en contra de las denuncias hechas por la jerarquía las cuales la justicia civil consideró con evidencias insuficientes y finalmente descartó el caso.
Para Beatriz Avalos, una de las fieles a la parroquia esto debiera haber bastado para que la Arquidiócesis permitiera al padre Jacob volver a su labor apostólica, pero la Iglesia a la cual el sacerdote ha servido por 23 años, le ha negado restituirlo y no escuchar la decisión de los tribunales civiles.
Como ha sucedió en el caso del conocido sacerdote Mario Galasso de la Iglesia de San Pedro cuya feligresía era básicamente latina, éste prácticamente fue secuestrado y sin aviso y que fue llevado a cabo por la fuerza después de celebrar la Santa Misa y trasladado a un lugar desconocido desconectándolo de los fieles y la comunidad. Cómo en el caso de Reverendo Jacob, hubo demostraciones de protesta en las afueras de esta iglesia también localizada cerca del centro de la ciudad y de la populosa avenidas Wethersfield y la calle Park.
Esta iglesia se mantuvo activa por un tiempo, pero debido al cierre de templos católicos debido a numerosos escándalos de abusos sexuales por parte de otros sacerdotes, ya no está en funcionamiento.
Una de las razones de su secuestro y expulsión como párroco del Padre Galasso fue el llevar a cabo la reparación y el reemplazo del techo de la entonces popular iglesia. Finalmente, se le envió como castigo a otra parroquia
La jerarquía eclesiástica que le acuso de robo informó del caso al periódico Hartford Courant amplificando injustamente la acusación sin pruebas al religioso que, si había sacado fondos de las colectas dominicales, era para ayudar a los pobres y personas sin hogar que acudían a la parroquia en busca de apoyo espiritual y casos de emergencias que les impedían pagar por medicinas o alimentos.
Entrevistado por los medios de prensa locales incluido el Hartford Courant el Reverendo Jacob informó que se le prohibió su labor ministerial de 23 años en el mes de enero 2025 y solamente ha recibido apoyo espiritual, emocional y financiero por parte de feligreses que le apoyan y piden respuestas de la jerarquía eclesiástica local.
Todavía está lidiando con el trauma de su separación de los fieles que han dado como resultado afecciones a su salud pero que las ha superado a través de la fe en Dios y el cuido recibido por sus apenados y fieles feligreses.
Una de las características de este sacerdote que merecería justicia eclesial porque ya la justicia civil a descartado las acusaciones de robo, es que trabajaba como maestro substituto en la escuela superior Bulkeley donde es recordado por maestros de distintas religiones que también le han apoyado. Esta labor le permitía mejorar sus ingresos, pero su suspensión y expulsión como sacerdote le ha privado a su edad de 73 años, de auxilio de retiro y seguro médico, cuestión cruel, como otras medidas arbitrarias disciplinarias no utilizadas en contra de sacerdotes que han cometido abuso de niños, jóvenes o mujeres y que fueron trasladados en secreto a otras parroquias, estados o incluso países latinoamericanos.
Recordemos que el cierre y venta de templos católicos se ha debido a las millonarias demandas a la Iglesia Católica Romana de víctimas de abusos. Por esto han disminuido los servicios religiosos dada la venta de templos católicos en la calle Park.
Sin embargo, la jerarquía eclesiástica no aplica las lecciones de humildad, respeto y buen trato a sacerdotes como el Padre Jacob.
Una de las peculiaridades de este sacerdote fue la de admitir cachorros traídos por sus dueños o dueñas a las misas porque considera el valor de sus vidas y el apego a sus amos. Sus sermones bien preparados han sido acogidos por la feligresía que han recibido apoyo espiritual en estos tiempos de confusión y señales de los efectos del abuso de la naturaleza por parte de los humanos.
Afortunadamente el Papa León Catorce seguidor de las medidas de cambios en el Vaticano propuestas y dispuestas por el Papa Francisco, está planteando incluir a las mujeres en las tareas de administrar bautizos, dar la santa comunión en la eucaristía e incluso predicar. Por otra parte, ha tomado medidas para anular el uso de la palabra “eminencias,” a obispos y cardenales porque estos usos provenientes de la baja Edad Media crean una separación sociológica de los fieles que sostienen a una de las religiones con aun más seguidores en el mundo.
también, la propuesto que cuando un sacerdote a quien se le puede llamar Padre pueda ascender al puesto de obispo, tiene que involucrarse por un año en la vida de parroquias pobres para que las comunidades no les sientan como “autoridades” sino como hermanos de una misma causa espiritual y de renovación.
Pie de foto.
El Padre Jacob acompañado de maestros que le conocen