JERUSALÉN (AP) — Un ataque en Gaza mató a varios miembros de una familia el viernes, mientras Israel ordenaba a las fuerzas terrestres que avancen más profundamente en el enclave y prometió controlar más territorio hasta que Hamás libere a los rehenes que aún están en su poder.
La explosión, ocurrida en el este de la Ciudad de Gaza, provocó la muerte de una pareja y sus dos hijos y de dos menores más que no estaban relacionados con ellos pero que se encontraban en el mismo edificio, según testigos y un hospital local. El Ejército israelí dijo que atacó a un combatiente en un edificio de la Ciudad de Gaza y tomó medidas para minimizar el daño civil. Hasta el momento, no se sabe si el ejército se refería al mismo ataque.
El Ejército israelí dijo en las redes sociales que planeaba realizar incursiones en tres vecindarios al oeste de la Ciudad de Gaza y advirtió a los palestinos que evacuaran el área con anticipación. La advertencia llegó poco después de que el Ejército israelí dijera que interceptó dos cohetes disparados desde el norte de Gaza que activaron sirenas en la ciudad costera israelí de Ashkelon.
Tras retomar parte del estratégico corredor de Netzarim, que divide el norte de Gaza de su parte sur, las tropas israelíes avanzaron el jueves hacia la ciudad norteña de Beit Lahiya y a la ciudad fronteriza de Rafah, en el sur del enclave. El Ejército dijo que ha reanudado la imposición de un bloqueo en el norte de Gaza, incluida la Ciudad de Gaza.
El ministro de Defensa, Israel Katz, dijo el viernes que las operaciones en el enclave continuarían “con creciente intensidad hasta que los rehenes sean liberados por Hamás”.
“Cuanto más continúe Hamás su negativa a liberar a los secuestrados, más territorio perderá ante Israel”, dijo Katz.
Tribunal retrasa el despido del jefe de seguridad de Israel
En Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu sufrió un revés en su intento de despedir al jefe de seguridad interna del país.
Horas después de que su gabinete aprobara por unanimidad el despido de Ronen Bar, director del servicio de seguridad conocido como Shin Bet, la Corte Suprema del país ordenó una suspensión temporal de su cese hasta que se pueda examinar su apelación, con el 8 de abril como fecha límite. La oficina de Netanyahu había dicho que el despido de Bar se haría efectivo el 10 de abril, pero que podría ocurrir antes si se encontraba un reemplazo.
La fiscalía general de Israel dictaminó que el gobierno no tiene potestad legal para cesar a Bar.
En un reporte del Shin Bet acerca del ataque de Hamás en el sur de Israel, perpetrado el 7 de octubre de 2023 y que provocó la guerra, se admiten fallas de la agencia de seguridad. Pero también se indica que las políticas del gobierno de Netanyahu crearon las condiciones para el ataque.
Netanyahu ha resistido los llamados para crear una comisión estatal oficial de investigación sobre el ataque del 7 de octubre y ha intentado culpar de las fallas al ejército y a las agencias de seguridad.
Varios altos funcionarios de seguridad, entre ellos, un ministro de defensa y un jefe del ejército, han sido despedidos o forzados a renunciar. Bar había sido uno de los pocos altos funcionarios de seguridad desde el ataque del 7 de octubre que permanecía en el cargo.
La decisión de despedir a Bar profundiza una lucha de poder centrada en gran medida en quién tiene la responsabilidad del ataque de Hamás en 2023 que desató la guerra en Gaza. También podría preparar el escenario para una crisis sobre la división de poderes del país.
Los críticos dicen que la medida es un acto de toma de poder por parte del primer ministro contra un funcionario civil de mentalidad independiente, y decenas de miles de israelíes han manifestado su apoyo a Bar, incluso frente a la residencia de Netanyahu el viernes.
Netanyahu se mostró desafiante en una publicación que hizo en redes sociales el viernes por la noche, diciendo: “El Estado de Israel es un estado de derecho y, según la ley, el gobierno israelí decide quién será el jefe del Shin Bet”.
Cientos de muertos en Gaza tras colapso del cese al fuego
Casi 600 palestinos han muerto desde que Israel rompió el martes una tregua que había facilitado la liberación de más de dos docenas de rehenes y había traído relativa calma desde finales de enero.
En la ciudad sureña de Rafah, las autoridades dijeron que los bombardeos israelíes habían obligado a los residentes a salir al descubierto, profundizando su sufrimiento. Los funcionarios dijeron que detuvieron la construcción de campamentos de refugio para proteger a los empleados.
Israel ya había cortado el suministro de alimentos, combustible y ayuda humanitaria a los aproximadamente 2 millones de palestinos de Gaza, y ha dicho que intensificaría sus operaciones militares hasta que Hamás libere a los 59 rehenes que retiene —24 de los cuales se cree que están vivos— y ceda el control del territorio.
El alto el fuego acordado a mediados de enero era un plan de tres fases destinado a llevar a una suspensión de hostilidades a largo plazo, una retirada completa de Israel de Gaza y el regreso de todos los rehenes retenidos por Hamás.
En la primera fase del alto el fuego, Hamás devolvió 25 rehenes vivos y los restos de ocho más a cambio de la liberación de casi 1.800 prisioneros palestinos. Las fuerzas israelíes también se retiraron a zonas de amortiguamiento dentro de Gaza, y cientos de miles de palestinos desplazados regresaron al norte del enclave.
Se suponía que el alto el fuego se mantendría mientras continuaran las conversaciones sobre la segunda fase, pero Netanyahu se negó a entrar en negociaciones sustantivas.
En cambio, intentó forzar a Hamás a aceptar un nuevo plan de alto el fuego propuesto por el enviado de Estados Unidos para Oriente Medio, Steve Witkoff.
Ese plan habría exigido que Hamás liberara a la mitad de sus rehenes restantes —el principal recurso de negociación del grupo militante— a cambio de una extensión del alto el fuego y una promesa de negociar una tregua duradera. Israel no mencionó la liberación de más prisioneros palestinos, un componente clave de la primera fase.
Hamás dice que solo liberará a los rehenes restantes a cambio de un alto el fuego duradero y una retirada completa de Gaza por parte de Israel, como se pedía en el acuerdo original de alto el fuego mediado por Estados Unidos, Egipto y Qatar.
El grupo armado ha dicho que está dispuesto a entregar el poder a la Autoridad Palestina, respaldada por Occidente, o a una comisión de independientes políticos, pero no depondrá las armas hasta que Israel ponga fin a su ocupación de décadas de las tierras que los palestinos quieren para un futuro estado.
Hamás acusa a Netanyahu de paralizar las negociaciones
Hamás dijo el viernes en un comunicado que el despido del jefe del Shin Bet muestra una “creciente crisis de desconfianza” entre los líderes de Israel, y afirmó que Netanyahu “urdió negociaciones falsas para ganar tiempo sin ninguna intención genuina de alcanzar resultados tangibles”.
Netanyahu dijo que ordenó la reanudación de los ataques en Gaza debido al rechazo de la nueva propuesta por parte de Hamás.
La guerra comenzó cuando un grupo de milicianos encabezado por Hamás irrumpió en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, matando a unas 1.200 personas y tomando a 251 como rehenes. La mayoría de ellos han sido liberados en acuerdos de alto el fuego o de otro tipo. Las fuerzas israelíes han rescatado a ocho rehenes vivos y han recuperado los cuerpos de docenas más.
La ofensiva de represalia de Israel ha provocado la muerte de más de 49.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza. El organismo no indica cuántos de ellos eran militantes, pero afirma que más de la mitad de los muertos eran mujeres y niños. Israel dice que ha matado a alrededor de 20.000 milicianos, sin proporcionar evidencia.
En su apogeo, la guerra desplazó a alrededor del 90% de la población de Gaza y ha causado una vasta destrucción en todo el territorio.
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Rising informó desde Bangkok; Mednick informó desde Tel Aviv.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.