Por Clemente Rosales Q.
Especial para la Voz Hispana de Connecticut
Para Cesar de 68 años y nativo del pueblo de Las Piedras en Puerto Rico, la experiencia de verse obligado a ir al hospital aquejado por un severo dolor en lado izquierdo del abdomen y dificultades para respirar, lo pusieron al borde de un estado de pánico.
Jamás había sufrido problemas al corazón, y a pesar de la artritis se mantiene fuerte y optimista pese a las restricciones derivadas de la crisis. Ha tenido una buena salud, pero esa madrugada el dolor al pecho y el problema para respirar hondo, le decidieron a su pesar, guiar hasta el Hospital Saint Francis desde su departamento en Bloomfield y buscar ayuda.
“No se bien como fui capaz de llegar, pero lo que me preocupaba era la posibilidad de estar infectado por el COVI-19 y de no estarlo, posiblemente contagiarme en la sala de emergencias del hospital,” dijo relatando su traumática experiencia. Sin embargo, la buena atención de enfermeras y médicos le tranquilizaron ya que todos estaban muy bien preparados con máscaras de seguridad, una de las cuales se le entrega de inmediato.Nos dijo que le pusieron en una máquina que él no conocía y le hicieron beber un liquido con un agradable sabor a frutas.“Tenía la boca muy seca y la enfermera se sorprendió de la rapidez con que me bebi dos botellas,” nos cuenta después de esta experiencia acaecida a las tres de la madrugada del pasado lunes.
Afortunadamente para Cesar, los resultados fueron negativos tanto en lo referente al posible contagio con el virus, como el problema abdominal producido por una inflamación del páncreas.“Le dije a los doctores que había pedido una hamburguesa con papitas y al parecer eso me hizo muy mal,” nos dice después de la experiencia que al final fue positiva.
“Las enfermeras me trataron muy bien, conversaron conmigo y el doctor me dijo que el corazón estaba bien y que probablemente todo se debía a un problema gástrico producido por la carne de la hamburguesa.Me recomendó cocinar mis propias comidas evitando las carnes y guisos pesados,” nos dijo.
Es que la necesidad de ir a una sala de emergencias en las presentes circunstancias puede ser traumática dado el temor a contagiarse en los hospitales, especialmente para adultos mayores que viven solos y a quienes sorprendió la necesidad de aislarse en sus hogares.
En la actualidad las agencias de salud mental están utilizando conferencias telefónicas con sus clientes debido a que las oficinas están cerradas lo cual provee un importante contacto entre pacientes de salud mental y sus siquiatras, psicólogos y terapistas.
“Para el adulto mayor que vice solo, esta es una experiencia del aislamiento forzoso ha sido inesperada, aunque algunos tuvieron tiempo de mudarse con familiares.El gran temor de aquellos que viven solitarios o solitarias es llegado el caso la necesidad de movilizarse a las salas de emergencia y exponerse a un contagio,” dijo una trabajadora social que diariamente conversa con sus pacientes por un periodo de media hora a 45 minutos.” Debe mantener una cuidadosa bitácora de los contactos y entregar informes diarios de sus intervenciones y estado del paciente.
Por otra parte, los Centros de Adultos mayores han tenido que cerrar sus puertas, aunque se les continúa proveyendo alimentos a domicilio y el personal de estas agencias están en contacto con ellos. “Estamos hablando de personas de más de 65 años y hasta de 78 quienes hasta ahora han vivido una existencia aun independiente, pero en las actuales circunstancias del encierro, pueden deprimirse o enfermarse,” expresa Sonia.Una de las preguntas que los terapistas no pueden responder es cuando terminara este “encerramiento que nos enzorra,” usando una típica expresión de disgusto ante las actuales circunstancias.
Es importante notar que los adultos mayores latinos en su gran mayoría tienen contacto con sus hijas, hijos, nietos o bisnietos quienes les llaman o los llevan a los supermercados.Las farmacias están en comunicación directa con los siquiatras de las agencias donde los adultos mayores reciben servicios de terapia emocional y mental y desde antes de la crisis algunas habían diseñado un conveniente sistema de entrega a domicilio lo cual les quita a los clientes una presión extra. En otras, quienes buscan medicamentos no tienen que ingresar al edificio porque hay ventanas laterales de entregas.
El problema para todos adultos mayores o jóvenes es la limitación de espacio y privacidad, pero para el adulto mayor el problema es el sentimiento de soledad y de un posible abandono.
“Aquellos que tienen sus cachorritas, preferentemente gatitos o gatitas se sienten acompañados y se entretienen mirando la televisión, aunque una de nuestras recomendaciones es que no observen imágenes de hospitales en Nueva York o historias de Italia y España, países afectados gravemente por el virus que al parecer hizo primero crisis en Europa en países con una elevada cantidad de turistas,” nos dice Marta quien mantiene el contacto con sus pacientes y se asegura de su estabilidad emocional.
Para los adultos mayores puertorriqueños y latinoamericanos que tienen parientes en Nueva York, el nivel de preocupación y ansiedad es mayor debido a la gran cantidad de casos de fallecimientos que se elevan actualmente a la cantidad de 6,298.
En la Gran Manzana donde el alcalde Cuomo esta lidiando con falta de recursos para el personal medico de la primera línea, residen muchas familias puertorriqueñas, centroamericanas y dominicanas en los distintos condados de esta gran metrópoli y los adultos mayores y familiares de residentes neoyorquinos están pendientes a las noticias que transmiten las cadenas noticiosas en inglés o español.
“Me preocupa que no puedan salir de la ciudad o que tengan que ir a hospitales en los que según las noticias los médicos y enfermeras están al borde de colapsos anímicos o físicos debido a las largas horas de trabajo asistiendo a pacientes ya infectados por el coronavirus, y temiendo por sus propias vidas debido a la carencia de instrumentos médicos tan simples como las mascarillas y guantes,” dice Marcos de 77 años cuyos hijos viven en el condado del Bronx.
Una empleada de un Centro de Adultos Mayores en Greater Hartford recibió la noticia del fallecimiento de uno de sus miembros que tenía 78 años quien había desarrollo los síntomas del virus en su departamento. Afortunadamente uno de sus amigos se extrañaba de que este no respondiera sus llamadas telefónicas, fue a su departamento y allí lo encontró en cama, solo, con fiebre alta y problemas para respirar. Lo llevaron de emergencia al hospital local, y lo aislaron en el sector de pacientes en estado crítico donde falleció.
“Lo que más me dolió es no haber ido antes a su departamento cuando no respondía mis llamadas y es que no podía ya hacerlo por los problemas respiratorios.Tampoco fue posible visitarlo,” dijo Manuel con tristeza.
El aislamiento en que viven en ocasiones los adultos mayores es el peor enemigo en las actuales circunstancias y por eso las visitas de las sacrificadas enfermeras visitantes, las llamadas telefónicas de las encargadas de los Centro de Envejecientes, médicos o terapistas son un valioso alivio para ellos.
Varios de los entrevistados tienen acceso al computador y les encanta el sistema YouTube donde pueden ver películas de los baños de oro del cine mexicano, espectáculos de artistas puertorriqueños y en el Facebook, fotos y saludos de sus familiares, incluidos felicitaciones para sus cumpleaños o aniversarios. La mayoría tienen teléfonos celulares y pueden ver imágenes directas de sus hijos y amistades.
“Yo leo la Biblia todos los días y en la noche, especialmente los versos de Salomón y ahora en Semana Santa, repaso el sufrimiento de Jesús que estoy segura vela por mí,” dice Nancy de 79 años quien ha tenido que permanecer en su departamento de un dormitorio porque su hija tiene cuatro hijos que no pueden ir a las escuelas ya que están cerradas, además de su esposo y una prima que comparten un pequeño espacio.
“Quedándome aquí y recibiendo sus llamadas telefónicas me confortan, lo que deseo es que estén bien y no se enfermen. Todos los días ruego por ellos y cuido a mi gatita Filomena,” nos dice esta adulta mayor con un dejo de resignación, pero deseos de supervivencia.
Una de las preguntas frecuentes de los clientes de terapistas es cuando se acaba esto y en verdad todavía no hay una respuesta ni tampoco las autoridades lo saben.Con el sistema del aislamiento forzado, y no contactos a corta distancia con otras personas, los casos de infecciones disminuyeron en dos o tres meses en China, Italia, Francia y España. Ahora el presidente Trump y sus colaboradores desean forzar una apertura social y laboral para el próximo mes de mayo, cuestión que especialistas epidemiólogos como el Dr. Faucy consideran prematura.