En la última reunión de la Reserva Federal (FED), celebrada el 19 y 20 de marzo del presente año; el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), quien es el órgano encargado de decidir si se suben o no los tipos de interés; optó por mantener sin cambios sus tasas de interés, marcando un giro notable en su política monetaria. Esta decisión, tomada en un contexto de crecientes presiones inflacionarias y preocupaciones sobre la estabilidad económica, refleja la cautela de la FED en medio de un panorama global incierto. Los analistas esperaban una posible disminución de los tipos para contrarrestar los desafíos económicos, pero ha optado por mantener la estabilidad y evaluar cuidadosamente los riesgos y las oportunidades futuras. Esta postura genera expectativas y debates sobre el rumbo de la política monetaria en el futuro inmediato. Acompáñenos en la medida que analizamos las posibles razones para este frenazo por parte de la autoridad monetaria.
Las tasas de interés, actualmente se ubican en máximos en los últimos 23 años (5,25% – 5,50%); las mismas que han sido incrementadas consecutivamente por parte de la entidad antes mencionada; desde enero del 2022 hasta julio del 2023 y que se mantienen sin alteración hasta la fecha. La FED ha empleado una política monetaria restrictiva, a fin de controlar la inflación que en junio del año 2021 había escalado hasta el 9,1%; y que hasta la fecha no ha logrado ser ubicada en el rango meta (2%).
De este modo la Reserva Federal cumple con lo esperado, mantener sin cambios los tipos de interés de referencia por decisión unánime por quinta vez consecutiva. Pero ¿cuáles serán las razones que han obligado a la entidad monetaria a mantener sin fluctuaciones el precio del dinero? Uno de los objetivos principales del banco central es lograr estabilidad; cuando la inflación supera una tasa anual aproximada de 2%, el banco central responde aumentando las tasas de interés, con el fin de reducir los precios.
El repunte de la inflación en febrero es el principal motivo para la decisión de la FED de mantener los tipos; ante la espera del mercado de que hubiese una reducción. En términos intermensuales en el mes de febrero la inflación se incrementó del 0,3% (enero) al 0,4% y en términos interanuales; ésta repunto al 3,2%; dato pésimo que como consecuencia arrastró a los principales indicadores de la Bolsa de New York a rojo (Dow Jones, Nasdaq y S&P 500). Y se dice pésimo, porque la estimación estaba situada entre el 2,9% – 3,1%; siendo este último el dato del mes de enero. Por su parte la inflación subyacente interanualmente, aflojó algo; cayó hasta el 3,8% del 3,9% del mes anterior; frente a la estimación dada del 3,7%.
Una segunda razón, podemos tomarla de las mismas palabras de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal; quien señaló que “Estados Unidos no tiene prisa por recortar las tasas y que además necesita más confianza en que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia el 2%”, y luego añadió que “cuando obtengan esa confianza, y no estamos lejos de ella, será apropiado comenzar a reducir el nivel de restricción”.
Entre otras razones podemos considerar, que el Comité Federal de Mercado Abierto; evalúa los signos de la economía del país del “Tío Sam”; cuyas métricas son buenas y sólidas; tal es así que el Producto Interior Bruto (PIB) en el año 2023, creció más allá de las expectativas y pronósticos dados (3,1%) que hizo dejar atrás las preocupaciones de un recesión; otro aspecto importante también es la potencia del mercado laboral que creó 275 000 nuevos puestos de trabajo superior a lo previsto por los analistas (190 000) en el mes de febrero; y una tasa de desempleo bajo de tan sólo el 3,9%.
Lo que la FED tiene que hacer respecto a los tipos, como señalan los expertos es “esperar y ver”, para decidir reducir las restricciones en su política monetaria; porque hay un intermitente de que la inflación repunte en los próximos meses. Aunque hay que mencionarlo también, que mantienen la hoja de ruta; que implica bajar los tipos en 0,75 puntos hasta fin de año, hasta situarse en 4,5% – 4,75%, de acuerdo a las previsiones que fueron actualizadas el miércoles 20 del presente. Y que éstos empezarían a darse a partir de la reunión del 11 y 12 de junio, con una probabilidad del 84%. Aunque Bankinter estima que el primer recorte se producirá el 31 de julio, dando así más tiempo a la FED a monitorizar la evolución de la inflación y el empleo.
La decisión de la Reserva Federal de mantener las tasas de interés sin cambios refleja su cautela ante las crecientes presiones inflacionarias y la incertidumbre económica global. Aunque los analistas esperaban recortes, la FED opta por la estabilidad, evaluando cuidadosamente los riesgos y oportunidades futuras. Factores como el repunte inflacionario y la solidez de la economía estadounidense influencian esta postura. La expectativa ahora se centra en cómo la FED ajustará su política monetaria frente a los desafíos venideros.