Lo Inconcebible, lo Inexplicable y lo Ilógico son paradigmas que nos mantienen en continua confusión. Presiento que la mayor parte de la humanidad o comparte esa sensación o está tan enajenada que no entiende sus circunstancias. Las tres se balancean de un lado a otro en un movimiento pendular dando golpes, unos leves y otros recios, contra los extremos del mundo en que vivimos.
Lo Inconcebible es definido como algo que no puede comprenderse. Lo Inexplicable es algo que no se puede explicar o justificar. Lo Ilógico es lo contrario a la ciencia que estudia la forma del pensamiento para establecer principios válidos para obtener la verdad.
El tiempo, ese que pasa sin pedirle permiso a nadie, nos enseña que todo se repite, sin que nos demos cuenta. Hemos sobrevivido muchos embates aunque siempre para caer en otro ciclo histórico. Hemos tropezado con la misma piedra cientos de veces. Parece que sufrimos de esa amnesia que sufren los políticos, pero el alivio para la humanidad no parece llegar. Tenemos que encontrar soluciones o terminaremos destruidos moral y físicamente.
Lo Inconcebible, lo Inexplicable y lo Ilógico son contradictoriamente concebibles, explicables y lógicas, analizadas en diversas disertaciones de académicos, economistas y filósofos quienes aclararon dudas y crean otras, todo dependiendo del lado del péndulo donde se encuentren. Unas seguramente serán más creíbles que otras.
Tomemos a Brasil, por ejemplo, donde los alegatos en pro y contra del Presidente Lula Da Silva ha traído cuestionamientos ante las posibilidades de que se repitan los problemas del pasado. El pueblo de Bolivia titubea en contra de su gobierno, invitando peligrosamente a la antigua, desacreditada y privilegiada clase social de antaño a que tome el poder nuevamente. En Venezuela el Presidente Maduro lucha en contra de las viejas artimañas de los oligarcas todavía son dueños de América. En Perú las alternativas en las recientes elecciones son malas o peores, sin grandes cambios, donde la mayoría de ese gran pueblo no logra conseguir otra realidad y el poder sigue en control de unos pocos.
El péndulo de la anti-historia amenaza con tocar las puertas de lo que antes nos parecían grandes cambios sociales y políticos en la América nuestra. Hoy esa esperanza tiembla ante lo Inconcebible, lo Inexplicable y lo Ilógico. Pero esta infecciosa plaga que ha estado latente en nuestras naciones por siglos se ha activado de forma virulenta no solamente en el sur de nuestra América sino en el norte también, donde tiene su origen.
En los Estados Unidos donde los candidatos a la presidencia para el 2024 son el actual presidente Biden y hasta ahora por la oposición republicana, el ex-presidente Trump y el gobernador De Santis, podrían ser los mejores intérpretes de ese teatro de lo Inconcebible, lo Inexplicable y lo Ilógico
Estos son presagios de un futuro menos halagador del que vivimos hoy en día.Los dos pueden competir olímpicamente por clasificarse en el primer lugar de los depredadores que mantienen el poder hegemónico en el mundo. Poco le importa quien pague las consecuencias, aunque sean sus propios conciudadanos.
En Puerto Rico la crisis en que se vive se agiganta cada día más, dando la impresión de que en cualquier momento se hundirá la tierra o una gigantesca ola del Mar Caribe cubrirá la Isla desapareciendo todo vestigio de humanidad. Solo quedará la nostalgia entre una diáspora que estará sumergida en lágrimas por sentirse culpable de lo que hubiese podido hacer. Los puertorriqueños ante la desesperanza que los paraliza y los añangota continúan agarrados a las faldas del amo aunque este se burle, aunque este los humille, aunque este continúe con su explotación. No se que otra cosa tiene que hacer el estadounidense para que el puertorriqueño reconozca este desprecio. No se puede olvidar que la Corte Suprema de los EUA dictó que Puerto Rico “belongs to but is not part of” de la nación estadounidense.
Lo único positivo de este asunto es que el mayordomo finalmente desenmascaró la relación colonial de Puerto Rico con los Estados Unidos de América, asunto negado anteriormente por el imperio aún ante las Naciones Unidas. Pero los puertorriqueños enajenados de su realidad, continúan rechazando lo ya claramente definido por los colonos del norte. Es cierto que unos pocos admiten su nueva “realidad” posiblemente porque la crisis de la Isla les está tocando la puerta, pero muchos continúan esperanzados en que esa “realidad” es una pesadilla pasajera.
Lo que es Inconcebible, Inexplicable e Ilogico es que los puertorriqueños a pesar de los temores de más de 530 años de coloniaje, de los temores a la sistemática represión ejercida por los poderes imperiales y de los temores de perder su dependencia creada por un sistema de explotación colonial no estén ya de pie exigiendo la justicia a la que tenemos derecho.
Si algo ilustra el grado de rebajarse, de despreciarse, de subestimarse y de envilecer ha sido y es cuando en una programación diaria de análisis nacional desde Puerto Rico, el mantenedor del programa se ufana de haber servido en las agencias represivas de EUA, de consumir alcohol diariamente y de ser conocedor de la historia vietnamita. Constantemente reafirma su puertorriqueñidad y que jamás podría vivir en los Estado Unidos. Se siente estadounidense, desea la anexión para Puerto Rico, reconoce la corrupción de su partido y siempre le daría el voto a su partido aunque sea King Kong el que lo dirija.
Esta persona reconoce el rechazo, el abuso, el desprecio, el racismo y el saqueo del que hemos sido objeto, pero peor aún sigue queriendo ser parte de ellos.
Entre lo Inconcebible, Inexplicable e Ilógico este podría encabezar la lista.
Más claro no canta un gallo y más colonizado no se puede ser.
Aunque sea en Adjuntas.