Por Juan D. Brito
En este tema nada se puede anticipar, aunque muchos aficionados dedicados a las profecías anuncian peores catástrofes que la Pandemia para el futuro. Hemos sobrevivido 14 meses en una sociedad y civilización afectada por el Covid-19, un enemigo invisible que modificó nuestras formas de comportarnos, los rituales sociales, la manera como miramos al prójimo y un obligado aislamiento.
Todos sin excepción vivimos atormentados por historias que nos llegaban desde las Unidades de Tratamiento Intensivo de hospitales cuando millones de pacientes exhalaban su último suspiro observador por sus familiares a través de infranqueables barreras transparente. Muchas fueron las pérdidas de familiares y amistades.
Hoy, salimos de nuestros forzados aislamientos, pero aun mantenemos los protocolos del uso de la máscara, el distanciamiento social y el uso diario de desinfectantes al salir y regresar de farmacias o supermercados.
Cómo si hubiésemos vividos los tiempos cuando los Estados Unidos fueron afectados en 1860 por la guerra civil, y las turbulencias sociales y políticas de la década de los 60, los que estamos y somos hoy día sentimos que hemos sido tocados por algo apocalíptico y que nuestras acostumbradas circunstancias han cambiado quizás para siempre.
La imaginación popular excitada por alarmistas ha anticipado la completa y final destrucción del mundo. La palabra apocalipsis proviene del griego y significa “revelación” que da a conocer cosas no previamente conocidas de la que no nos enteramos, sino que a través de lo que se revele. Un buen ejemplo son los profetas del antiguo y nuevo testamento.
A pesar de los pronósticos de los medios de comunicación y las predicas alarmistas; las estadísticas de los casos de personas infectadas muestran un progreso, pero ni siquiera el Dr. Fauci de cuya autoridad en el tema de la inmunología y el posible futuro nadie duda; ha dado un veredicto acerca de lo que vendría y en estas materias el tiempo para predecir no va más allá de cinco años. Lo demás es mera especulación.
Todo depende de la forma como el virus que causa el Covid-19-SARS-CoV-2 (o severo a agudo síndrome Coronavirus 2) vaya evolucionando. Aunque lo que sobrevivimos fue letal con más de sesenta millones de personas infectadas a nivel mundial y 1,450,000 muertes; estos efectos son increíblemente menos letales que la Ébola.
La buena noticia por ahora es que el virus ha tenido solamente pocos cambios genéticos desde que emerge en diciembre del 2019 lo cual ha dado un alivio a las empresas que desarrollaron las vacunas.
Pero avanzando hacia un escurridizo futuro, vale la pena notar cambios en nuestras actitudes cuando se nos dice que quienes hayamos recibido las dos vacunas y no hemos sido infectados podemos relajar la costumbre de la máscara, la distancia social y los desinfectantes.
En la cultura occidental algo tan simple como el acostumbrado apretón de manos se ha prácticamente eliminado lo que es considerado como positivo por los expertos ya que no hay intercambio directo de gérmenes o fluidos humanos que puedan provocar brotes de influenza.
En los países latinos y comunidades hispanas de los Estados Unidos y en la población europea, los besos en el rostro ya son historia pasada y se reservan, con limitaciones, para miembros cercanos de una familia porque permanece la sospecha de que un abrazo nos ponga en contacto con alguien ya afectado por el Covid-19. Este hecho también ha impactado la relaciones amorosas y hay una tendencia a mantenerse con una sola pareja.
Vivimos en un periodo de sospecha, cautela y mantenemos las máscaras en los bolsillos, carteras o en el espejo visor del automóvil.
Los viajes, y avanzando hacia el tema de vacaciones en otros países e incluso dentro de los Estados Unidos y el Caribe, ahora en junio han aumentado los viajes aéreos y los aeropuertos señalan un consistente aumento de pasajeros que todavía no llegan a la cantidad registrada en el 2019, pero avanzan.
En la economía, los expertos anuncian que esta se va a recobrar como la ha sido en periodos históricos de depresión o recesión. La temida inflación provocada por el aumento del dinero circulante a través de una cantidad aproximada de 1.3 billones dólares aprobados con el Acta Covid-19Cares Fondo de Auxilio que distribuyó el gobierno de Joe Biden, no será un problema insoluble y el dinero activó la economía y aumentaron los trabajos disponibles.
Sin embargo, los negocios y empresas que fueron afectados por la epidemia no volverán a recobrarse, incluidos los colegios universitarios pequeños, y universidades salvo que cuenten con una generosa ayuda y donaciones. Pero también recibirán daños irreparables las medianas y pequeñas congregaciones religiosas, los periódicos y revistas y otros medios de comunicación social.
Los enormes departamentos de ventas de ropas como los situados en los malls y que cerraron debido a la pandemia no volverán a reabrir sus puertas lo cual ha sido capitalizado por la gigantesca compañía Amazon que ha afectado a través de sus ventas online a compañías como Walmart y Costco.
Como nota positiva acerca de lo que sucederá con las enormes construcciones de los malls, estas enormes y amplia salas se convertirán en lugares para ejercicios físicos, grandes bodegas, centros médicos que acogen a una creciente población de la tercera edad, museos, departamentos e incluso nuevos condominios.
Los viajes de negocios, congresos y encuentros a nivel nacional decrecerán tanto como los viajes de empresarios ya que en catorce meses se ha incentivado la comunicación virtual y hombres y mujeres de con dirección a alto nivel ejecutivo se han habituado a trabajar desde sus hogares. Ciertamente que continuarán los viajes para negocios que deberán llevarse a cabo forzosamente cara a cara, pero la nueva y eficaz tecnología dependerá más de las conexiones online.
Por otra parte, se ha descubierto que mientras los empleados y trabajadores puedan hacer sus trabajos desde el hogar, hace predecir cuerpos más saludables, y mejora las relaciones familiares.
El estar más en las casas está provocando una ola de arreglos y remodelación de los hogares, jardines y patios. Mas tiempo en el hogar significará un continuo repunte de comidas enviadas a los hogares que ayudará a sostener los restaurantes y evitará que las dueñas de casas y trabajadoras utilicen su tiempo de merecido en las cocinas.
Las vacaciones tendrán lugar en lugares cercanos al hogar lo que hará declinar a los grandes hoteles de las usuales metrópolis como San Juan, Hartford, Boston y Nueva York. Las familias comenzarán a explorar su propio ambiente lo cual a la vez acentuará el esfuerzo de las autoridades por mejorar el estado de carreteras, caminos, parques, jardines y espacios recreacionales.
Durante la Pandemia los ciudadanos leyeron más y se acentuó la meditación, la práctica del yoga, caminar por el vecindario, guiar bicicletas y otras actividades excelentes para preservar la salud mental y el buen estado físico.
En los sistemas educacionales se continuarán adoptando muchos de los métodos de tecnología online ya existentes y un tipo híbrido de enseñanza. Los elevados precios que cobran universidades de prestigio serán motivo de reflexión para los padres porque la pregunta es; ¿para qué pagar miles de dólares por un curso presencial cuando está la opción de clases virtuales que incluyen el contacto vía zum con el catedrático?
Recordemos que cientos de miles de estudiantes y sus padres vivieron durante la pandemia la experiencia de permanecer en sus casas y aun cuando son preferibles las clases presenciales, los ciudadanos estarán menos dispuestos a pagar los elevados gastos de residencia en los campos universitarios y los costosos cursos que han hecho de la educación universitaria un canal de movilidad social inaccesible.
A modo de ejemplo, hay cuatro universidades regionales que han recibido fondos para que los estudiantes que sean elegibles no paguen por sus estudios preparatorios y el gobernador Lamont está apoyando la idea de las admisiones automáticas.
Este tema de las predicciones da para largo, pero continuaremos con la forma como se dará la política, la salud pública y la seguridad en este periodo post pandemia.