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Querida tía Julia.
La conozco, pero de lejos. Un día en que estaba comprando tostones en una tienda en la calle Park donde se vende mucho el mofongo, papas rellenas, frituras, y comidas patrióticas de la Isla del Encanto incluidas las mollejitas en escabeche y el arroz con gandules; usted estaba con un amiga y dos personas se acercaron a pedirle un autógrafo. Después la perdí de vista y usted se desvaneció como si hubiese entrado a otra dimensión. ¿Está usted bien o ya mira para adentro de un modo constante?
Pero como decía mi abuela creo que la conozco a usted “como si yo la hubiera parido” porque de tanto leer sus buenos consejos, usted es para mí como ella. Mi abuela que feneció a los 98 y era de Utuado, me había orientado mucho demasiado sobre las cosas de la vida porque era vaticana, aunque a veces me daba codazos en las costillas, su pescozada, cocotazos, y de vez en cuando una nalgada, pero con amol.
Como yo era en la escuela más lenta que una patada de buzo me cogí tiempo en terminar la intermedia y ahora voy para el colegio porque con estos de las plagas me han dicho que hay muchos trabajos en enfermería. La buena noticia es que convivo con un muchacho que es más bueno que el pan sobado, tiene todavía dos trabajos, corta la grama para hacerse chavos extras, y me atiende demasiado bien.
Lo que pasa tía es que esto de la pandemia me tiene paniqueá y cada vez que veo las noticias del Delta por el canal hispano me friquéo más y más. Nadie sabe cuando terminará este asunto y las cosas para el mastique están en los supermercados más caras que un trasplante de celebro. Con lo del porfiado evento tropical Henry, la cosa está peor ya que los gringos se llevaron todas la cajas con agua, el queso y las carnes.
Ahora y yendo al caso, Julio, mi conviviente me está preocupando porque por sus trabajos tiene que ponerse desinfectantes y cambiarse la mascarita constantemente. Por el uso y abuso de este sistema de seguridad y el cloro, se le pone la boca más seca que piojo de muñeca. Como tiene que mover cajones de cartón y hablar con muchas gentes, refuerza la máscara con otra que yo le hice con unos jeans viejos, pero tiene problemas para respirar por lo de las alergias, el condenado polen verde y su problema de asma.
También está enojado porque no puede jugar domino en el club “Los Piedreros Ausentes” y los fines de semana se da sus frías y anda hablando solo. El otro día cogió todas las máscaras y las arrojó al fuego de un cocaut que hicimos en el patio.
“Usando estas jodiendas me tiene más cansado que escuchar todos los días por la radio y la televisión anuncios de lluvias torrenciales, inundaciones, posible tornados, rayos, relámpagos, centellas, granizadas, marejadas, y contaminación en los lagos, ríos y playas debido a la basura,” dijo con coraje intenso.
Lo que esta pasando también, querida tía, es que en el terreno íntimo y carnal de la convivencia cuerpo a cuerpo, yo también he pagado las consecuencias porque este hombre con la ansiedad que tiene encima se ha puesto más activo en el matre que el purgante del Dr. Barrithas que le obliga a ir p’al baño de carreritas. Dizque dice que para botar las tensiones me asalta a distintas horas del día y varias veces por la noche al punto tía que las piernas se me están enchuecando y ahora camino como vaquero o más bien vaquera. Yo no me quejo, pero es que eso también cansa y se gasta. ¿Usted me entiende?
Le pediría que me diera un consejo para calmar a este hombre insaciable que anda más caliente que la plancha de satanás. Lo peor es que ahora le agrada usar la táctica del ataque por sorpresa y las posturas de la tortuga sorda y la puñalada de carne con variaciones en sol mayor.
Gracias desde ahora mismo por sus consejos. Alguien me dijo que a mi conviviente el té de valeriana le puede tranquilizar. También he llamado a una agencia de la comunidad para que le dieran servicios y quizás pastillas, pero con el Delta todo lo hacen por teléfono y hay listas de espera. Julio no quiere dejar el trabajo porque con esto de los pedidos a domicilio, está más ocupado que el gobernador Lamont. Con respeto y amol se despide de usted esperando verla nuevamente comprando tostones en el negocio de la Park.
Glorima, la vaquera
Respuesta
Glorima. Ahora me acuerdo de mi visita al lugar que mencionas localizado en la calle Park casi exactamente debajo del puente por el cual se desliza el tren. Yo soy de un perfil bajito y no me agrada que me persigan mis muchas lectoras y admiradores, pero entiendo perfectamente lo que le sucede a tu esposo en estos tiempos cuando el expresidente de cuyo nombre no quiero acordarme, pero a quien llaman el “mentiroso ultra,” todavía dice que él es el verdadero presidente y aunque ahora está recomendando a sus seguidores tostados que se vacunen, me contaron que en sus charlas circenses algunos repus le están gritando “traidor,” “Judas,” “Talibán” y otras palabras fuertes.
En cuanto a lo de las máscaras, TODOS estamos cansados y cansadas de ponérnoslas varias veces al día, y en vez de colonias o perfumes usamos desinfectantes que huelen a jazmín o magnolia y tenemos que bañarnos y lavarnos el pelo a cada regreso al hogar dulce hogar donde por lo general muchos prefieren andar calatos.
Es que esto duele y en este verano, aunque lluvioso, echamos de menos salir con shorts nalgueros, camisetas de verano transparentes, tangas, sin máscaras de ningún tipo ni acompañados por una botella de desinfectante. Mija, la pandemia es todavía un gran peligro invisible y la gente (especialmente la muchachería) se está descuidando y los cogen las variante Delta, Épsilon, Teta y Lamba
Pero en nuestro Estado el gobernador Lamont y su equipo han llevado a cabo un trabajo minucioso y concienzudo acompañándose de expertos y no necesariamente de burócratas que le tengan miedo al asumir responsabilidades en tiempos de crisis.
Tu esposo necesita ir a la playa (con mascarita) y sentarse frente al mar para relajarse. Su cura para la ansiedad con el sistema del Sistema Matre Intenso (SMI) no es que sea inadecuada, pero me parece que está exagerando y te puede afectar las caderas.
Por otra parte, es cierto que los productos de primera necesidad están caros y te menciono el caso de una señora con una familia de cuatro seres humanos y un perro que antes gastaba entre 100 y 125 dólares a la semana en el supermercado. Ahora los chavos se le hacen pocos y más aun en las bodegas. De acuerdo a las autoridades lo que mas ha subido de precio son los huevos en un 16.1%, las carnes y el pescado. El lechón subió un 7.6% mientras que la leche, con la excepción de los Super Stop Shop se ha elevado de valor dicen en un 0.6%. Te recomendaría que tu esposo coma menos huevos y lechón. También ha bajado el precio de las papas y en los CVS te rebajan 20 centavos si gastas cuarenta dólares.
Finalmente, y para despedirme sugiero a mis lectores que no boten la comida que sobre, sino que la guarden, compren vegetales en los mercados de los granjeros, coman TODO lo que compren, y si tienen tiempo hagan una huertecita en el patio.
Habla con tu media naranja para que modere su buena actitud hacia el matre y establezcan un tipo de calendario y quizás se puedan casar ya que han convivido mucho tiempo y han pasado de más la prueba. Si tiene tanta energía, que por ahora corra cinco millas diariamente en un parque, pero con mascarita.
Buena suerte, cuídate, y a mirar el futuro con optimismo, aunque a veces no es fácil.
Tía JuliaComentario a los Consejos de la tía Julia. Con el Henry se me anegó el garaje y el sótano donde guardaba discos que me había dejado mi hermano con música de la Corporación Latina, Lucecita Benítez y otros próceres. También perdí unas pinturas que herede de mi abuelo y fotos, muchas fotos. Mi esposa me acusa de ser un hombre reactivo y no proactivo y yo en un arranque de rabia la insulté. Ya nos hemos reconciliado, pero tengo pena. Jacinto