Querida Tía:
Quizás se sorprenda de que sea un hombre quien comparta con usted preocupaciones, pero, aunque las féminas no lo crean, nosotros también sufrimos y como decía mi abuelo, “una vez que te casas, cada uno carga su cruz.” Mi tía abuela también decía que “después de la noche de luna de miel, todo cambia, hummmm.” Menciono estos ejemplos reales, pero con respeto para no ofender y es que es solo una metáfora como decía un poeta cuando metía la pata.
Resulta que Mariana desde que la conozco es algo fantasiosa y le gusta vestirse con elegancia, zapatos caros y tiene frecuentes citas con la pedicura y manicure además de masajes. Los dos trabajamos para el Estado de Connecticut, tenemos dos hijos en el colegio, una casa con doble hipoteca y los chavos se nos van como empujados por un viento.
Tía, Mariana tiene una enorme cantidad de trajes para las seis estaciones como dice ella que ya nos caben en los armarios. Ya a solamente dos años de nuestro retiro, he comenzado a deshacerme de cosas que en mi vejez serán innecesarias iniciando con tiempo lo que se denomina la época de la disminución o de reducción. ¿Para que necesito chalinas cuando con una para los matrimonios y otra para funerales bastan y sobran? Me he deshecho de trajes y camisas que doné al Ejército de Salvación.
Mi esposa no piensa así y trato de ponerla en la perspectiva de que no necesitamos un casa de dos pisos, pero ha puesto el grito en el cielo. Yo he sugerido un departamento con tres cuartos o un condominio, pero dice que sus amigas pensarán que nos fuimos a la quiebra o que el banco nos quitó la casa. ¡Yo no me voy a un condemonio!
Llevar a cabo este plan de deshacernos de lo innecesario y superfluo nos ahorraría fácilmente $2,000 billetes que podríamos utilizar para viajes a Puerto Rico, aunque con lo de Ernesto hay que vigilar las anomalías del tiempo.
Esto me produce zozobra y mi hermano Bitín me aconseja que me ponga macho y me amarre los pantalones, pero yo no creo en el abuso verbal ni físico. Para consolarme veo los programas de la Doctora Polo que me parece tan buena consejera como usted y leo un libro que se titula “Como lidiar con personas tóxicas,” y el otro “Saca pecho y enfrenta las inundaciones.”
También veo películas mexicanas con 35 episodios tales como “La Vida y Muerte del nieto de Juan Charrasqueado,” y “El Apocalipsis y la invasión de los gusanos.” En las tiendas, cuando Mariana decide devolver trajes y zapatos se demora el promedio de una hora y yo mastico un cable.
Desde ya agradezco su ayuda y espero que no le esté afectando el cambio de clima porque dicen que va a nevar a fines de agosto.
Andrés
Mijo,
Lo de los matrimonios, “las cruces que cargamos” y el triste día después de las noches de bodas, “depende del caso y el coso” como decía el filósofo Pantaleón Licursi.
Siento que estás en una encrucijada y confluencia vital en tu vida porque a diferencia de tu cónyuge, estás pensando desde ya en el retiro o jubilación y es este el momento de la vida cuando ya no necesitamos tantas cosas.
Por lo demás agradezco que me compares con la Doctora Polo quien es en realidad una jueza quien se hace asesorar por el policía Piñeta, una psicóloga y en ocasiones con el Dr. Cabezas, siquiatra especialista en ansiedades changeriosas.
En cuanto a tus distracciones para relajarte, no te recomiendo las películas mexicanas porque son por lo general de un ambiente tétrico, sombrío y lúgubre. No te concentres demasiado en los anuncios de tormentas, torbellinos, rayos, centellas y relámpagos ni la interpretación de algunos pastores que relacionan estos fenómenos con la llegada del apocalipsis y cobran más diezmos.
La diferencia en planes futuros con tu esposa me parece un tema de singular importancia que a veces es difícil de resolver y tiene que ver con el futuro de ustedes como pareja.
A pesar de todo, su hábito de comprar ropas y zapatos para después medírselas en el hogar y luego devolverlas no le hace mal a nadie. Esto me parece más bien una distracción y tú puedes también distraerte mirando fruslerías y simplezas en Marshall o en el Mall, pero sin comprar nada.
Para lo de la venta del hogar, este es un tema muy delicado porque después de 34 años hay mucho elemento emocional, tela que cortar y nostalgias que surgen de la residencia tales como recuerdos de la crianza de los hijos y eventos importantes de vuestra vida tales como el Dia del Pavo.
Habla con tus hijos acerca del tema, y especialmente con vuestra hija Kilonia para que también se preparen para un cambio y no se quejen. Menciónales tus problemas de artritis en las rodillas y tus dificultades para sacar la basura, palear la nieve, cortar el césped y otras tareas que nunca faltan y en la cual ellos no colaboran. ¡Oh, Dios!
Invita más a menudo a tu esposa, cuando no haya tormentas, a un paseo, a ver una película o a caminar por el parque para que se recreen antes de que llegue el invierno. Déjame saber cómo te va.
La Tía Julia