Tía Juliana,
En el DD donde trabajo dos turnos, leemos de un modo asiduo y constante sus consejos más sabios que las sentencias dictadas por la Dra. Polo a quien, la pobre, le llegan problemas tan extraños como el de un bisabuelo virgen y de un tipo enamorado de una gallina.
Abusando de su valioso tiempo y su buena voluntad, mi consulta tiene que ver con aprietos y conflictos que me tienen tan nerviosa como la posible campaña a la reelección del dúo de pillos Trump/Musk en el 2028 lo cual es como pasarme películas de terror de Drácula en blanco y negro por el celebro.
Debo decirle que llegamos a Connecticut hace dos años apoyados por mi hermanita que vive en Stamford y nos estamos medio ajustando a este nuevo ambiente como lo hicieron muchos. Por acá nos pillaron las pasadas y sorpresivas elecciones del 5 de noviembre 2024 y aquí estamos volando bajo buscando un permiso de trabajo. Ahora el presidente ofrece 1,000 dólares para auto deportarnos y regresar a nuestros países en primera clase, pero ya nadie le cree.
Como si eso fuera poco me trabaja ahora en la mente es lo que algunos dicen de aquellos que practican deportes, como lo hace mi distinguido esposo. Por allí dice que son unos cabeza de músculo y no muy inteligentes. Pero para que usted vea, en mi querido país donde nací, se baila mucho la cumbia, se canta el vallenato y se juega mucho el soccer. Mi esposo Damián domina la esférica y jugaba con el número 9 en la selección juvenil del prestigiosa club Deportivo Los Brutales de Cali.
Pero para que sus lectores vean y aprendan como se prepara el café puya, Damián, además de futbolista se graduó de filósofo especializado en ética y honestidad, un tema que por acá pasó de moda desde el 2017.
Dicho lo anterior, quiero decir que mi esposo nunca jamás fue un cabeza de músculo, aunque cogió patadas en las rodillas y por usar tanto la cabeza para enviar la pelota al fondo de las redes sufre a veces dolores en la testa y tiene que tomar Tylenol Extra-24 Full. Para el dolor cuello donde se unta con Penetrex que penetra más fuerte, pero suavecito.
Siempre en esta onda, debo decirle que ahora estoy preocupada porque mi esposo impulsa a mis hijos a saltar la garrocha, nadar, correr los 100 metros planos y a veces el tenis que es más aburrido que la telenovela mexicana de 50 episodios “El amor imposible de la hiena enamorada de una vaca.”
Llegando a este país mis dos muchachos y una muchacha se interesaron en el boxeo, en el karate, el judo y ahora les ha dado con este deporte donde encierran a dos púgiles en un cuadrilátero con rejas para que se hagan trizas con una mezcla de box, patadas, empujones, y cabezazos.
Ahora el menor de mis polluelos que tiene 24 se ha convertido en un boxeador profesional y temo que después de algunos años quede mal de la mente y comience a peinar muñecas. El mayor de 25 estuvo un tiempo en el rugby, juego donde el lema es aplastar al otro y partirlo en dos.
Sin embargo, e insisto, ¡no son cabezas de músculo!
El mayor desea aprender latín y el otro ser analista de programas de Inteligencia Artificial con el cual los ricos pillos se hacen y harán más ricos y el presidente se viste de Papa. ¿Cómo la ve?
Gracias por su ayuda y espero conocerla en la feria anual de Stamford para felicitarla en persona.
Isabela o Chabela, que es mi apodo familiar
Respuesta
Lo primero es lo primero y mi nombre es Julia así es que no vuelvas a cometer el error de llamarme Juliana porque después me insultan con el insulto de “vieja re’ juliada.
Chabelita, bienvenidos a Connecticut donde ya no decimos “Abril, lluvias mil” sino que “Mayo con truenos y rayos,” además de las malas noticias que nos llueven como granizo de piedrecillas con las sandeces de las que habla el presidente que se hace cada día más rico, embustero, embrollador y tramoyista. Y ahora, como tú dices, hasta se disfraza de Papa. ¡Mucho descaro!
Tienes toda la razón en esto de los que dicen sin información que los que practican deportes son “cabezas de músculo.” En relación a tu actual desasosiego relacionado con ciertos deportes lamento informarte que las estadísticas y estudios de accidentes y juegos deportivos tales como el box y las tácticas de “agárrese como pueda,” “métale debajo de la lengua,” y “rómpele la espina dorsal,” son muy preocupantes.
Fíjate que en el baloncesto y de acuerdo a la Universidad de Loyola se producen 515,230 accidentes e infortunios al año mientras que en el ciclismo ¡485,000! En el peligroso fútbol americano hubo 418,000 lesionados graves, mientras que el fútbol que juega creo todavía Messi hubo 174,685.
Imagínate Chabela que en el beisbol que pareciera un juego con menos contacto físico entre jugadores, se registraron 155,898 lesiones mientras que en los novedosos skateboards los médicos atendieron a 136,544 aficionados.
Dile a tu hijo e hija que desean ser boxeadores profesionales sin protección con cascos; que desde el año 1884 han muerto 576 boxeadores en el ring side y que estudios recientes entregados por autoridades médicas indican que cada vez que un boxeador recibe un cantazo en el frontis del cráneo sufre el lóbulo frontal del cerebro donde está el sentido del juicio y el habla y por este motivo la víctima va perdiendo el control de la dicción y el sentido de la cautela y el juicio.
Ahora bien, aquellos que se meten al cuadrilátero con rejas, a la larga los golpes y patadas les afectan el control motor, el equilibrio, y no logran recordar su domicilio habitual ni el nombre de la esposa (huyyy).
Suerte con tus hijos, que estudien otras cosas tales como adquirir experiencia en joyería, finanzas o tecnología para captar vientos siderales y cosas que no les expongan el cerebro a castigos. Se me cuidan y espero que tu esposo encuentre otro trabajo que no sea la enseñanza de filosofía porque en USA ya no se cree ni en la metafísica, la epistemología, el estudios de los valores (salvo los chavos) ni la lógica porque se fomenta desde el gobierno la crasa y espesa mentira.
Tía Julia