…Por esto nos frustramos con el precio de los huevos culturales. Tía, Bendición
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Tía Julianita,
Me alegré cuando la vi mirando con deleite y gozo pleno la Parada de San Patricio en la hermosa ciudad capital de Hartford que compite con New Haven, esta también gran metrópoli, centro de la cultura y las ideas en Connecticut dicen, ya que allí esta localizada la Universidad de Yale donde los muchachos y muchachitas estudian para ser inteligentes, pero también lo pasan bien comiendo en la morrocotuda cantidad de restaurantes que invitan a solazarse y darse el palo, especialmente ahora que se acerca el fin del semestre.
Resulta Tía que mi abuelito al que le digo pai es de un pueblo cercano a Las Piedras donde los tipos se creen bien machos machotes y se hacen llamar los potros. Mi pai agüelo se puso contento al ver a las muchachitas irlandesas luciendo minifaldas y levantando la pierna a la altura del cuello. También se volvió loco escuchando a las bandas instrumentales de las escuelas.
El problema fue cuando escuchó el sonido estridente de las gaitas y ¡Oh, Dios! vio a unos tipos grandes, colorados y barbones con mirada fiera, pero con unas coquetas faldas plisadas.
De inmediato agüelo me miró con un rostro agriado y los ojos inyectados en sulfuro con nitrito tolueno, preguntándome encolerizado, ¡pero qué e’ eshto!
Mas aún, le enturbiaba el alma que la gente aplaudiera con regocijo a los músicos que tocaban las gaitas ante lo cual ágüelo movía la cabeza de un lado a lado y con pena profunda y recóndita repetía. “Y pensar que es cuaresma y a estos no les da vergüenza.” Tía, aunque yo le expliqué que los gaiteros se vestían así porque es una tradición, no pude convencerle.
“Es que el mundo está mal y se están viendo cosas extrañas,” le decía agüelo a mi pai que se moría de la risa ante este incidente ya que, en vez de alegrarle, le puso de mal humor, se enojó y se fue a acostar para ver el programa de la Doctora Polo donde una dama se casaba con un brujo y reclamaba porque les nacía un enanito.
“Es que estamos toos chavaos con esto del racismo y la poca vergüenza,” escuché que murmuraba repitiendo “miren que machos con faldas, &^%@# y les aplauden.”
A todo esto, mi pai se sigue riendo de mí porque me mortifico con el mal humor de agueli y me recomendó que lo llevara a otros eventos o a disfrutar al restaurante El Criollísimo de New Britain y le presentara a la dueña.
Deseo fervientemente saber su opinión para ayudar y orientar a mi aguelito para que entienda la cultura de los irlandeses antes de que se enoje y no quiera volver más a Connecticut. Es que yo lo quiero mucho.
Bendición.
Carlino
Respuesta,
Mira Carlino. Me parece curioso que tu abuelo no haya visto nunca o quizás no se haya fijado en el atuendo que usan los irlandeses y sus instrumentos llamados gaitas.
Este ropaje no tiene nada que ver con la falda o pollera femenina ya que aunque no lo creas, en el pasado, previo al uso de los Jeans; los guerreros celtas y los mal llamados por parte de los imperialistas romanos, “bárbaros;” utilizaban unas túnicas que semejaban vestidos, pero que les facilitaban los movimientos en los campos de batalla, caminar largas distancias, atravesar ríos, escalar montañas, cogerse a golpes, lanzazos, espadazos, zancadillas, chavetazos, peñascazos, flechazos, patadas, puños, gaznatadas, y garrotazos por doquier.
De este modo, los miembros de los clanes escoceses que habitaban en las elevadas, brumosas y gélidas montañas del Norte de Inglaterra; usaban este atuendo además de unas capas como las de Drácula; y dicen que desde allí viene la tradición.
Es bueno también recordar que las túnicas ya las utilizaban los romanos y era la indumentaria en Grecia. Mucho más tarde en la civilización occidental se introduce el pantalón que también tiene su historia.
Como dato curioso, el uso del pantalón se hizo obligatorio en Rusia cuando Pedro el Grande determinó en 1710, que todos los hombres debían usar pantalones y que únicamente serian permitidas las túnicas a los clérigos y campesinos. ¿Cómo la ves?
Por otra parte se ha descubierto que a diferencia de la antiquísima túnica, esta ropa que se extiende desde la cintura hasta los tobillos cubriendo separadamente las piernas y que llamamos pantalón o en inglés Trousers, se ha encontrado en restos humanos en Xinjiang, China provenientes de un periodo histórico que se inició en el siglo 13 antes de Cristo, es decir hace mucho tiempo atrás cuando los chinos ya eran los que llevaban los pantalones en la casa, cosa de machistas.
Con respecto al interesante instrumento llamado gaita, este conjunto de flautas que se activan a través del aire que el ejecutante ha depositado soplando en una bolsa de cuero que aprieta con el brazo; tiene antecedentes no solamente en Escocia desde donde se despliega a Irlanda; sino que se han visto dibujos que las representan en cerámicas hititas creadas mil años antes de Cristo. También las utilizaban los músicos griegos y eran además conocidas en Roma bajo el nombre de tibia utriculares. No tienes que memorizar estos detalles.
Se sabe de versiones de este instrumento en Turquía, el Cáucaso, Golfo Pérsico, y en el norte de África. Las gaitas se utilizaron por primera vez para animar el ánimo bélico en la batalla de Pinkic Cleugh en 1547 reemplazando a la trompeta que al igual que el instrumento clarín, elevaban el furor bélico de los guerreros. La utilización de las gaitas en los campos de batalla, se popularizó en la primera y segunda guerra mundial. Por ahora no sabemos si la utilizarán en la tercera que está comenzando porque así como van las cosas, yo no sé
Comunícale esta información a tu “ágüelo” para que entienda las diferencias culturales y las etapas en el desarrollo de las vestimentas en la historia. Finalmente y deseando que Don Ramón lo pase bien en Connecticut celebrando la Cuaresma y los rituales de Semana Santa, te dejo con un antiguo adagio español que dice “el hábito no hace al monje.”
Tu tía que les quiere mucho demasiado. Y te bendigo porque lo solicitaste, pero la próxima vez pídeselo a tu abuelita.
Julia.