BRIDGEPORT.- Para celebrar la fiesta de Corpus Chirsti, es decir, la presencia de Jesús en cuerpo, sangre y alma en la Eucaristía; en la Iglesia Saint Peter se celebró a las 9:30AM la Misa de Primera Comunión de cincuenta niños hispanos, quienes durante dos años estudiaron la Catequesis preparándose para comulgar; posteriormente hubo la procesión del Santísimo por las calles aledañas a la parroquia entre Fairfield y Colorado Avenue.
Luis Avilés, fue uno de los primeros en llegar a la misa de las 9:30AM., él es nativo de Guerrero (Acapulco) México, pero desde hace 20 años reside en Bridgeport y es feligrés de la parroquia. Luis, a igual que cientos de fieles escucharon semanas antes que la misa dominical de las ocho iba a ser movida a las 9:30AM para dar paso a la celebración de Corpus Chirsti con las primeras comuniones y la procesión.
“Vengo a misa todos los domingos tal cuál iba en mi pueblo. Soy devoto de la Virgen de Guadalupe y entre nosotros nos organizábamos para ir en peregrinación a la Basílica de la Virgen de Guadalupe en México DF. cada doce de diciembre”, dijo Avilés, que, aunque no es miembro de ningún grupo de la iglesia, acude devotamente cada domingo a la misa de ocho y sigue atentamente cada momento de la Eucaristía.
Así como él, cientos de feligreses seguían con atención el cortejo de entrada de los niños que iban rumbo a su Primera Comunión escoltados por el Padre Alexis Moronta, un grupo de monaguillos, diáconos y servidores de la iglesia; mientras escuchaban el alegre canto de entrada: “Alegre la mañana que nos habla di…”, cantada por el Coro de Niños de la Parroquia, quienes bajo la dirección de la maestra Cecilia Santiago, sus voces se escuchaban ensambladas totalmente.
Cerca de los niños cantores estaba Anthony Gomes, de doce años, el niño organista, que apenas sus pies alcanzaban a los pedales del órgano, quien leía las partituras del repertorio de los cantos para la Primera Comunión y acompañaba a los niños cantores.
“No soy hispano mis padres son de Bangladés, por eso tengo que concentrarme mucho porque no hablo español”, dijo Gomes, en tanto, su padre, en forma discreta grababa en video los cánticos del coro y el tocar del órgano de su hijo.
Cuando los cincuenta niños ocuparon sus lugares en las primeras filas de la iglesia, la hermana Anna Rodríguez, del Convento de María Inmaculada, dirigía al grupo de catequistas y también a los niños, a quienes uno a uno les ayudó a pasar al reclinatorio a la hora de realizar su Primera Comunión.
El Padre Alexis Moronta, párroco de Saint Peter, fue el encargado de celebrar la misa y la procesión. Durante la homilía dijo a los niños en inglés: “¡Alcen la mano quién quiere ir al cielo!”, todos los niños alzaron, entonces, volvió a preguntar en español y ahí alzaron todos los presentes.
Para dar paso a una reflexión sobre el significado de la celebración del Corpus Chirsti, los símbolos que se realizan durante el momento de la Consagración y la Eucaristía y trajo a la conversación las palabras del niño beato, Carlo Acutis: “La Eucaristía es mi autopista para llegar al Cielo”, una frase del joven italiano conocido por su profunda fe y devoción a la Eucaristía, porque él creía que es el camino más rápido y directo hacia la santidad y la unión con Dios.
Kristel Arias, de once años, alumna de la escuela César Batallas, nacida en Honduras, fue una de los cincuenta niños hispanos que hicieron su Primera Comunión. Ella, quien no tiene ningún recuerdo de su país porque se mudó a Bridgeport cuando tenía dos años, recuerda claramente, en cambio, las indicaciones del catecismo y del Padre Alexis, que debe exigir a sus padres que deben venir cada domingo a misa y participar activamente en la parroquia.
Y como parte de ese activismo inicial en su parroquia, fue a la hora que fue elegida parte de los niños que llevaron en procesión las ofrendas para presentarlas a la hora del ofertorio; así como el sentarse en la cuarta fila al costado izquierdo de las bancas destinadas a los niños de la catequesis y ser parte del cortejo durante la procesión del Santísimo, que fue después de la misa de su Primera Comunión.
Cerca de las once de la mañana, finalizada la misa, una camioneta en forma de altar adornada con flores, esperaba en la calle Colorado al Padre Alex, para, que acompañado de sus feligreses y los niños de la Primera Comunión, presidiera la procesión del Santísimo, mientras la maestra Cecilia, entonaba con otras mujeres, cantos dedicados al Santísimo.
En la calle Fairfield y Colorado, el Padre Alex subió a la camioneta, se arrodilló frente al Santísimo y empezó a recitar las Alabanzas al Santísimo y dio una bendición especial a la concurrencia. “…Bendito sea Dios…Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos…”.