…No me despego de mi pasaporte ni licencia de conducir ni para tomar la siesta.
Consulta
Tía Julia:
Soy una muchacha todavía joven que nació en Cartagena de Indias, Colombia, pero hija de padres oriundos de Corea del Norte quienes tuvieron que escapar de ese país por los desmanes de dictaduras más crueles que la Migra.
Al igual que muchos de nosotros los inmigrantes con familiares en USA, nos mudamos a Connecticut y por acá estábamos muy bien. Con mi familia nos hemos ganado la vida de un modo honorable en un restaurante de comida típicas llamado El Coyote Gordo y Feliz donde vendemos desde alcapurrias hasta arroz con palitos a la coreana y los cartoncitos multicolores con numeritos de la esperanza del idiota, es decir, la lotería.
Tía, el motivo de mi consulta es que cuando estudié en la Universidad de Bridgeport nunca fuimos señaladas como indeseables ni nos miraban raros e incluso se hacían anualmente eventos multiculturales donde países como Irán, Arabia, África, peruanos, y nosotras mostrábamos nuestros bailes y costumbres.
Todo estaba bien, pero esto ha cambiado mucho demasiado. Para que usted vea como están las cosas el otro domingo me invitaron a un evento social de las damas de la Hermandad de la Virgen de Pompeya, y allí mismo una mujer a la que no conocía pero que tenía cara de yegua, con todo respeto, me preguntó si era una tradición que nosotras las latinas nos dedicáramos al trabajo más antiguo de la humanidad, es decir la prostitución.
Yo no soy violenta, pero le replique con énfasis, pero con respeto, que ese trabajito se daba en todos los países del mundo, inclusive en él de ella, Italia, desde donde las exportaban a la Argentina y desde allí a Chile.
Así mismo a una amiga que llegó a Miami casada con un americano, la llevaron a una oficina aparte y también le preguntaron si se dedicaba al negocios de la carne y si el esposo era su mánager.
Ahora continúo estudiando con dolorosos préstamos Sociología Aplicada al Homo Sapiens en UConn pero allí también los tipos me están mirando raro y uno me preguntó si yo era de la misma ciudad de la tipa ésa que tiene cara de cumbia. Las nenas blancuzcas hacen los mismo, no tengo amigas y yo me siento más aislada que polla en un cumpleaños de gato.
Ahora me da vergüenza decir que soy de Colombia porque por una pagamos todas. Otro tipo se atrevió a preguntarme si yo también usaba bikini con hilito para ir a verme y discutir negocios. “¿Ustech serr di culombia?” me preguntó con sorna. Tía, ¿Usted me entiende?
Yo le puedo asegurar tía a usted y a otras personas de comunidades latinoamericanas, que ésta no es la conducta de todas las colombianas, y al menos en Bogota, nos acostamos bien temprano después de rezar el rosario, y siempre salimos con chaperonas o las tías.
Ahora quisiera hacer un llamado a la comunidad para que no generalicen, ni que, a partir de la conducta lujuriosa de algunas tipas, afecten a todas las colombianas que somos mujeres piadosas, pudorosas y más serias que la Melania que según dicen se dedicaba a la venta de carne con el amigo del presidente, el señor Epstein e ingreso al país con una visa de genial en física nuclear.
Gracias de antemano por publicar este cartita para orientar a sus lectores y lectoras y también a mí.
Elisa Vergrinni Kao
Respuesta
Elisa.
Entiendo tu frustración debido a este lío que se ha salido del ámbito meramente farandulero y que incluso tendrá influencia y relevancia infinita en próximas elecciones que estarán más reñidas que una pendencia de gallos que lamentablemente aún se practican con apuestas en Puerto Rico y México, aunque la presidenta Claudia Sheibaum ha dicho NO más a las corridas de toros ni a las amenazas del presidente de USA que deseaba quedarse con México, además de Groenlandia y Canadá.
Sobre lo que sucede con estas pocas vergüenzas y falta de respeto con las inmigrantes hay varias versiones y a mí me contaron otra que aparece en las revistas de farándula “El oasis lujurioso de Verónica la Insaciable.”
Agentes de la Migra y de los otros que andan enmascarados porque dicen que el presidente les dio este trabajito a los delincuentes que atacaron el Congreso el 6 de enero del 2021, iban a darse unos palos de scotch al bar de un bar de Stamford y que allí habría llegado una muchacha más conocida que el arroz Goya, y a la que llamaban la “Gananciosa,” porque ganaba mucho por sus servicios y las propinas por servicios especiales tales como la “conferencia de prensa,” “la tortuga,” “el champañazo” y el “vuelo del condorito.”
Como los posibles clientes no hablaban español ni la ninfa inglés, llamaban a otra mujer inmiscuida en el negocio que les ayudaba por una propina en transacciones oscuras y licenciosas. Esta dama a la que apodaban Tomasina les habría aclarado a los agentes que la tipa no aceptaba pagos con tarjetas de crédito ni cheques personales.
“Me like only cash,” le habría dicho la ramera, con un fuerte acento de la calle.
Esto es lo que circula por allí y en Washington D.C. y está muy flojo que las personas generalicen y ahora todos los jevos y tipos del Green y la Park anden haciendo bromas pesadas.
Dicen que ahora se ha establecido que aquellos agentes solteros de la Migra consigan mujeres de plástico made in Japan o que se casen lo antes posible, salvo que sean de esos tipos a los que no les llama la atención nada que tenga que ver con sexo y a los que apodan eunucos.
Lamento lo que te sucede y solidarizo contigo, porque el racismo es peor que una enfermedad venérea y la mentira ya no es un pecado para algunos abogados en los tribunales ni en los comentarios de la prensa.
Averigua en la universidad si además de vender licor en los pueblos cercanos al recinto universitario hay otros grupos como los que existen en Willimantic que recientemente y con líderes honrados y latinos, cultivan actividades sanas y dan acogida a muchachas latinas.
Cuídate y no caigas en provocaciones que te alteren tu vida de estudios sociológicos.
La Tía Julia.