El viaje en auto de dos ministros, de Cabo Haitiano a Puerto Príncipe, y el mercado binacional de Dajabón demuestran que en Haití no hay “caos generalizado”. La nación está estable y funccional, los campamentos de “refugiados haitianos” en la República Dominicana, son absolutamente innecesarios.
El mercado binacional de Dajabón funciona normalmente, los haitianos llegan, venden, compran, y retornan. Con “caos generalizado en Haití”, pedirían asilo, pero regresan porque tienen a quien venderle los productos dominicanos.
La ministra de Justicia de Haití, Emmelie Prophète, y el canciller, Víctor Généus, aterrizaron en Cabo Haitiano, llegaron en la aerolínea bandera nacional haitiana, Sunrise Airways.
Los dominicanos, incapaces de administrar una línea bandera nacional, deben “refugiarse” en Haití para aprender administración de aerolíneas.
Los haitianos son eficientes administradores, mantienen una aerolínea funcional, recién le pagaron $500 millones a Venezuela, pero no pueden garantizar el orden interno; resulta incongruente, “altamente sospechoso”.
Entre Cabo Haitiano y Puerto Príncipe, los ministros viajaron en autos casi seis horas, más que de Higüey a Montecristi, sin inconvenientes, tienen “seguridad vial”.
El “caos generalizado en Haití” es una falacia.