WASHINGTON (AP) — Es una de las disposiciones más reñidas del paquete bipartidista de seguridad fronteriza, y hubo que persuadir a los demócratas para que la incluyeran: un nuevo poder para que el gobierno de Estados Unidos bloquee la entrada de inmigrantes al país.
Ahora es la línea central de ataque de muchos republicanos que se oponen al proyecto, con algunos que afirman que incentivaría aún más cruces fronterizos.
En cuestión está una disposición del paquete bipartidista que otorgaría al secretario de Seguridad Nacional autoridad de emergencia para prohibir la entrada a la mayoría de las personas si un promedio de más de 4.000 personas por día intenta ingresar al país ilegalmente en el transcurso de una semana. Si el número llega a 5.000 o si 8.500 intentan entrar ilegalmente en un solo día, el uso de la autoridad sería obligatorio.
El proyecto de ley, publicado por los senadores el domingo, también haría más difícil solicitar asilo en la frontera y ampliaría los centros de detención, entre otros esfuerzos para reducir la cantidad de inmigrantes.
Si la propuesta se convirtiera en ley, la nueva autoridad podría activarse casi de inmediato, dado que los encuentros fronterizos superaron los 10.000 algunos días de diciembre, que fue el mes con mayor número de cruces ilegales desde que se llevan registros. El presidente Joe Biden ha dicho que utilizaría la autoridad para “cerrar” la frontera.
No obstante, muchos republicanos dicen que la cifra debería ser cero. Y algunos incluso han creado la imagen de que el proyecto de ley en realidad permitiría la entrada de 5.000 inmigrantes adicionales en un día, o flexibilizaría los estándares actuales.
La legislación “incentivaría aún más que miles de ilegales cruzaran nuestras fronteras diariamente”, publicó la representante de Nueva York Elise Stefanik —la republicana número 4 en la Cámara—, en X, antes Twitter.
Incluso antes de que se publicara el texto, el expresidente Donald Trump calificó la idea de un umbral de 5.000 como “algo que rompe récords”, y dijo que apoyar el paquete —que también incluye 60.000 millones de dólares en ayuda para Ucrania en tiempos de guerra— es un “deseo suicida” para los republicanos.
La rápida y ruidosa oposición de los legisladores republicanos, quienes durante mucho tiempo han pedido medidas fronterizas más estrictas, ha frustrado a algunos miembros de su propio partido. La reacción negativa sugiere que el proyecto de ley bipartidista tiene pocas posibilidades de ser aprobado, especialmente en un año electoral. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, lo calificó de “muerto al nacer” y apareció un nuevo hashtag en la cuenta oficial de X de los republicanos de la Cámara: #killthebill (#matenelproyectodeley).
Un vistazo a lo que haría el proyecto de ley y cómo algunos republicanos tratan de detenerlo:
NEGOCIADORES RECHAZAN
Los tres principales negociadores del proyecto de ley del Senado —el senador republicano James Lankford, de Oklahoma, la senadora independiente Kyrsten Sinema, de Arizona, y el senador demócrata Chris Murphy, de Connecticut— han rechazado las críticas al proyecto de ley. Enfatizan que mantendría fuera a más gente en lugar de permitir que entraran más personas, y que los migrantes no podrían solicitar asilo en absoluto si los cruces fronterizos ilegales alcanzan ciertas cantidades.
La política es similar a la que utilizó por vez primera Trump. Conocida como Título 42, justificó la rápida expulsión de inmigrantes del país en nombre de detener la propagación de COVID-19.
Lankford ha enfatizado en reiteradas ocasiones que la autoridad de emergencia “no está diseñada para dejar entrar a 5.000 personas, sino para cerrar la frontera y hacer que 5.000 personas regresen” por donde venían.
Después de reunirse con los republicanos en el Capitolio el lunes por la noche, Lankford dijo a los periodistas que las personas lo entienden una vez que él lo explica, “pero se ha dicho mal tantas veces que la gente inmediatamente vuelve a decir: ‘esto permite que 5.000 personas entren en un día’, lo cual es sencillamente incorrecto, pero si lo dices suficientes veces, suena cierto”.
Al mismo tiempo, Lankford se mostró dispuesto a modificar el proyecto de ley, ya que los republicanos se han opuesto a él.
Sinema señaló que muchas de esas personas son ahora liberadas en el país según la ley actual. “Estamos dando herramientas a este gobierno y a los gobiernos futuros para que realmente obtengan el control de la frontera”, agregó.
Murphy publicó en X: “Esta línea de ataque (que el proyecto de ley “acepta 5.000 inmigrantes ilegales por día”) es simplemente una necedad inventada de mala fe”.
Pero algunos republicanos críticos del proyecto de ley dijeron que no aceptarían ninguna medida de seguridad fronteriza a menos que cerrara la frontera por completo.
El senador de Idaho, Jim Risch, quien ha sido un firme partidario de la ayuda a Ucrania, publicó en X: “Un inmigrante ilegal. Es uno en exceso. ¿5.000? Absolutamente no”.
CAMBIAR LAS REGLAS DEL JUEGO
El otoño pasado, cuando el manejo de la frontera por parte de Biden se convirtió en un tema político importante para Trump y su partido, los republicanos de la Cámara de Representantes impulsaron por primera vez la idea de ligar la ayuda a Ucrania con la seguridad fronteriza. Algunos republicanos que se oponían al dinero para Ucrania especularon en privado que los demócratas nunca apoyarían una aplicación fronteriza más estricta.
Pero cuando los demócratas aceptaron a regañadientes la idea como una manera de aprobar la ayuda a Ucrania y comenzaron negociaciones bipartidistas serias en el Senado, los republicanos de la cámara baja dejaron claro que no estaban dispuestos a llegar a un acuerdo.
Johnson, recién elegido tras la destitución del entonces presidente Kevin McCarthy en octubre, señaló en un viaje a la frontera a principios de año que solo aceptaría una versión más estricta de la legislación de seguridad fronteriza aprobada por el cuerpo legislativo, lo que era inviable para los demócratas.
“Si se parece a la (Ley de Seguridad Fronteriza de 2023) H.R. 2, hablaremos de ello”, dijo Johnson sobre cualquier legislación fronteriza que surja del Senado.
Después de que se publicara el texto del proyecto de ley del Senado el domingo, los republicanos de la Cámara de Representantes y algunos republicanos del Senado dijeron de inmediato que se opondrían a él. Muchos ahora dicen que la legislación no es necesaria en absoluto porque Biden tiene la autoridad para realizar los cambios necesarios, mientras, al mismo tiempo, ellos impulsan su propia versión del proyecto de ley.
“No se equivoquen: las políticas del presidente Biden son las responsables absolutas de la crisis en la frontera; no existe una solución legislativa para su grave imprudencia”, dijo el representante Carlos Gimenez, republicano por Florida.
¿CERRAR LA FRONTERA?
Biden ha dicho que, si el proyecto de ley se aprueba, “me daría como presidente la autoridad de emergencia para cerrar la frontera hasta que vuelva a estar bajo control. Si ese proyecto de ley fuera ley hoy, cerraría la frontera ahora mismo y la arreglaría rápidamente”.
Si se utilizara este poder, el comercio continuaría, las personas que son ciudadanos y residentes legales podrían seguir yendo y viniendo, y los inmigrantes aún podrían presentar su solicitud en los puertos de entrada; y una vez que el promedio de cruces ilegales cayera en un 75%, el gobierno tendría dos semanas para poner fin al uso de la autoridad de emergencia.
TODO ES POLÍTICA
Independientemente de los detalles, algunos republicanos han reconocido que la política divisiva del asunto podría ser demasiado difícil de superar, especialmente en un año electoral. Y Trump, quien va al frente para la nominación presidencial del Partido Republicano, la ha condenado, lo que dificulta a muchos republicanos el apoyarla.
El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, quien ha respaldado el compromiso, admitió el desafío en una reunión con senadores republicanos hace dos semanas. El tema fronterizo solía unirnos, dijo, pero ahora nos divide. Reconoció que tal vez no tenga los votos necesarios para aprobarlo, aunque agregó que él personalmente lo apoya.
El senador de Oklahoma Markwayne Mullin, republicano y exmiembro de la Cámara de Representantes, dijo la semana pasada que la percepción de que el proyecto de ley no era lo suficientemente fuerte “ya existía” incluso antes de que se publicara el texto.
“Hay mucha gente que busca la reelección”, explicó Mullin. “Y la percepción del pueblo estadounidense es que (el proyecto de ley) es malo. Así que es realmente difícil adelantarse a eso”.
Dan Crenshaw, representante republicano por Texas, escribió en una publicación en X el domingo por la noche que “la ley de inmigración es compleja y confusa”.
“La mayoría de los miembros del Congreso en realidad no han estudiado el problema, a pesar de que expresan opiniones fuertes”, dijo. “Así que es fácil inventar narrativas porque la gente no está bien informada”.