Tal como el presidente Trump prometió a sus seguidores de la facción republicana MAGA durante su campaña presidencial, procedió esta semana a perdonar a dos de los líderes máximos de las tropas de asalto que asediaron el Palacio del Congreso. Este acto que abre las puertas a una dictadura deja libres a lideres e integrantes de los grupos racistas y neonazis Oath Keepers y Proud Boys, dos de los más identificados como terroristas y furibundos anti latinos del país.
De este modo han sido perdonados Stewart Rhodes de Texas y Enrique Tarrio de Florida quienes cumplían sentencias de prisión como líderes del ataque al Palacio de Congreso ocurrido el seis de enero de 2021 cuando, después de escuchar una arenga del entonces presidente Trump, invadieron el edificio donde se iba a llevar a cabo el proceso de certificación de las elecciones presidenciales de noviembre 2020 que había dado el triunfo al candidato demócrata Joe Biden.
Trump había afirmado la misma noche en la que se supieron los resultados la falsedad de que “le habían robado su elección,” hecho que fuera desmentido por las autoridades de varios estados.
Antes del perdón a los delincuentes, Trump había dicho que el proceso judicial en contra de estos era injusto como asimismo que estuvieran cumpliendo penas por el delito de insurrección.
“El asalto al palacio del Congreso fue un acto de amor,” dijo en varias oportunidades y procedió ahora al inicio de su presidencia a perdonar con poderes ejecutivos a Stewart Rhodes quien servía en 18 años en prisión después de un juicio donde se mostraron pruebas irrefutables y videos de su participación en el asalto. El perdón también favoreció a Tarrio quien cumplía una sentencia de 22 años en prisión por orquestar el complot y esconder armas de fuego para utilizarlas si fuera necesario.
El sistema judicial de Estados Unidos, en el periodo democrático del presidente Joe Biden, había también acusado a 200 otros participantes en el asalto al Palacio del Congreso quienes ya fueron puestos en libertad.
Según el presidente Trump quien arengó a la horda de asaltantes que buscaban al vicepresidente Pence y a la congresista Nancy Pelosi para asesinarlos, todos estos criminales eran víctimas del sistema judicial y su perdón para la liberación de los delincuentes es una muestra de una campana de “reconciliación nacional.”
La demócrata Nancy Pelosi ha consideraron este deleznable acto del presidente Donald John Trump como “un insulto inconcebible hacia nuestro sistema judicial obviando a los héroes, incluidos policías y miembros del servicio secreto que protegieron a nuestra democracia poniendo en peligro sus vidas y sufriendo traumas físicos y emocionales.”
Edwin Vargas exrepresentante estatal de Connecticut y profesor eméritos de la Universidad Central de Connecticut especializado en el área de gobierno y derecho constitucional dijo que la acción del presidente Trump “traiciona a la nación de los Estados Unidos y a la Constitución y el perdón a insurreccioncitas no es otra cosas que una purga y castigo de Trump al sistema judicial estadounidense.”
El jurista Jack Smith había ya reunido poderosas pruebas que demostraron como el entonces presidente Trump dirigió y participó en la planificación del ataque, sin embargo, ahora en sus primeros días como presidente éste ordenó prohibir la difusión de los documentos e interrumpir el proceso legal pendiente en su contra.
Más de una docena de individuos residente de Connecticut ya acusados, procesados y condenados a sentencias de cárcel, disfrutan ahora de libertad y ya están en las comunidades de nuestro Estado, especialmente pueblos pequeños.
Este es el caso de Patrick Edward McCaughey III de 25 años del pueblo de Ridgefield quien debía cumplir una sentencia de 8 años en la cárcel, el de Richard Markey de 38 años del pueblo de Wolcott sentenciado condenado a 30 meses en prisión y a quien se le ordenó pagar $2,000 dólares por los daños que causó en la invasión al palacio del Congreso. Idéntica es la situación de Leremy K. Baouche de 24 años con residencia habitual en New London quien aprovechando su acceso a información en Electric Boat, empresa contratista del Departamento de Defensa, proveyó información de inteligencia para los asaltantes acerca de las entradas y salidas del Palacio del Congreso.
También en la lista de asaltantes perdonados se encuentra Benjamín Cohen de 22 años de Westport; James Roe Baouche de 56 años y residente de Waterford, Richard T. Crosby Jr. de 28 años con residencia en Harwinton; Jean Lavin de 57 años y su hija Carla Krzywicki de 20 años.
En la lista de los perdonados y exonerados por Trump está Gino DiGiovanni de 42 años, excandidato al puesto de alcalde en Derby, además de Victoria Bergeson y Mauricio Méndez ambos de 40 años del pueblo de Groton. También residentes en Connecticut fueron perdonados Thomas Kenny y Michael Kenny de Greenwich.
Para el senador Richard Blumenthal esta masa de perdones “es realmente enfermiza y una falta de respeto a los policías defensores del palacio que fueron asaltado brutalmente por los invasores sufriendo severas heridas y en algunos casos la muerte. Trump les ha dado la luz verde a otros delincuentes acusados legalmente por jurados imparciales. Con este perdón se ha desacreditado a la justicia y se ha quitado el poder a la ley,” dijo agregando que “mis colegas republicanos en el Congreso han protegido este día terrible y ahora están silenciosos ante la magnitud de este perdón. Debieran tener más vergüenza.”
Trump mismo había sido también declarado un felón pero una mayoría de cinco jueces de la Corte Suprema le proveyó inmunidad presidencial.